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Arabesque, Peter William Holden

PROMETÍA Y CUMPLIÓ

La primera sorpresa: el recinto. Un nuevo y diáfano edificio ubicado en las afueras de la ciudad obra del arquitecto ourensano Luis Collarte. Versátil y moderno. Perfecto como escenario. Lo más comentado: el buen tiempo que hacía. El sábado amaneció con un sol resplandeciente. El interior del recinto filtraba la luz produciendo la sensación de estar dentro de una nave espacial. Todo muy acorde. “Empezamos bien”, pensé. Después, una vuelta por la feria para disfrutar de obras como “Arabesque”, de Peter William Holden con su ballet de extremidades corporales o “Sonic Body”, una suerte de estomágo que emitía sonidos al tacto de los visitantes.

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Solargrafica, Andreas A. Zingerle

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B.I.O., Alfonso Carrasco

Por la noche fue otra historia. El público se concentró para ver a los austriacos Kruder & Dorfmeister, que acompañaron la sesión con imágenes en una gigantesca pantalla. La noche del sábado más de lo mismo. En esta cita el musicón corrió a cargo de los alemanes diyéi Hell y Ellen Allien, entre otros.

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Diyéi Hell

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Kruder & Dorfmeister

Además de la feria y la música, en Move hubo también espacio para las artes escénicas. Llegué con el tiempo justo para ver a Javier Martín, que presentaba “CsO” (cuerpo sin órganos). Una parte de la organización (impecable), me estaba esperando. Javier fue elegancia en estado puro, y eso que yo no pude sentarme en las primeras filas. Imagino que desde allí se disfrutó mucho más. Impresionante e intensa fue “Pájaros”, a cargo de Cranämour. Dos chicas semivestidas de negro y con el cuerpo pintado de blanco que se contorsionaban y ponían los ojos en blanco al más puro estilo Butoh (confieso que me dio un poco de miedo). Y por último, los más esperados no defraudaron. Pisando Ovos presentó su última pieza, “30.000”. Una reflexión sobre el papel del dinero en la sociedad actual representada por dos bailarines magníficos, Rut Balbis y David Loira.
Y el domingo todavía hubo más, pero yo tuve que volar de nuevo a Madrid. Un fin de semana estupendo. Seguro que el próximo año se repite. Hasta el año que viene.

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Pisando Ovos

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Pisando Ovos

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Javier Martín