Naty Abascal, eterna inspiración.

Naty Abascal recorre, a través de sus vestidos y recuerdos, su trayectoria como modelo, estilista y eterna musa para todos.

Naty Abascal ha conquistado el mudo de la moda gracias a su estilo, profesionalidad y saber hacer. Con su gusto único ha atesorado una de las colecciones más envidiables del planeta, que fueron exhibidas el pasado año en la exposición “Naty Abascal y la moda” en el museo Jumex de ciudad de Mexico. Ahora Rizzoli recoge esa colección de piezas excepcionales y la acompaña con algunos de sus recuerdos personales y profesionales: Naty Abascal, la eterna musa que inspira a diseñadores.
Ella afirma que “la moda no perdona y olvida rápido” pero sería imposible olvidarse de algunos de sus momentos más icónicos en la industria junto a Richard Avedon, Oscar de la Renta o Valentino. Naty Abascal es, y siempre será, la mejor embajadora de la moda de España.

Entrevistamos a Naty Abascal para conocer todos los detalles de su meteórica carrera que ha servido de inspiración para muchos estilistas.

¿Cómo surgió la exposición en Museo Jumex? Hablando con mi querido amigo Eugenio lopez, fundador del museo Jumex de la ciudad de Mexico, surgió la posibilidad de hacer una exposición de moda, diría que una de las primeras en el país, en donde el dialogo entre moda y museo se hiciera realidad. Como todos sabemos, es un tema que siempre genera debate y controversia, y tengo que decir que el museo Jumex asumió un gran reto con esta exposición. Es un viaje emocional a momentos importantes de mi vida, narrados a través de los vestidos, accesorios e imágenes que se exhibieron en el museo y que ahora vemos en gran parte, recogidos en este libro que ha publicado la casa editorial Rizzoli en colaboración con el museo. 

Arriba: Portada del libro Naty Abascal, la eterna musa que inspira a los diseñadores; publicado por Rizzoli. Foto de Mario Sierra.

Naty Abascal, eterna inspiración.

Islas de Barbados, 1982. Archivos personales de Naty Abascal

De esa exposición surge este libro que recoge parte de tu colección de moda y de recuerdos, ¿cómo fue el proceso? ¿Ha sido difícil escoger las fotografías? Teníamos una limitación: 82 maniquies. Ese fue el punto de partida. Cómo editar todo lo que llegó a Mexico y porqué vino a continuación. Hubo muchas cosas que me hubiese encantado añadir, pero el lema de “menos es más” en este caso era una necesidad y una decisión al mismo tiempo. Luca Stoppini fue el responsable del montaje. Un laberinto de metal y espejos que permitía recorrer la exposición desde multiples angulos. No había cronología sino criterios de color, de texturas, de volúmenes, en una palabra, las cosas que más me gustan de la moda.

Cuando desmontamos la exposición se fotografiaron todos los looks y con la ayuda de Rizzoli empezamos a construir el libro. Desde el inicio teníamos claro que las imágenes de mi vida, de mi carrera, tenían que ser un refuerzo a las de los vestidos. Muchas proceden de mi archivo personal, otras se tuvieron que pedir, con sus correspondientes derechos de publicación, a los fotógrafos o a sus agentes. Contacté a las personas que quería que escribieran sus impresiones sobre nuestra amistad, nuestro vinculo profesional, y tengo que decir que todos respondieron con una enorme generosidad, sin dudarlo ni un minuto. Eso fue algo muy importante para mí. 

Si tuvieses que elegir un pódium de tu colección, ¿cuál sería tu oro, plata y bronce? Mi podio tendría una sola altura y sería de…Titanio!!! Es un material noble pero resistente. Discreto y a la vez potente. Mi carrera es una mezcla de todo eso.

Naty Abascal, eterna inspiración.

Vista de la instalación de Naty Abascal y la moda. Museo Jumex, 2019. Foto de Ramiro Chavez.

La carrera profesional de Naty Abascal merece ser contada ¿Te has planteado hacer un libro con tus memorias? ¿O quizás un documental? Me han ofrecido ambas cosas y he dicho que no. Mi carrera se ve en mis trabajos para los medios de comunicación, en exposiciones como esta, en el resultado de mi asesoramiento a firmas de moda… de ahí a contar mi vida… honestamente, no. Soy una persona enormemente privada y discreta. No podría exponerme a ese nivel. Y sería traicionar la confianza de todas las personas con las que he vivido momentos irrepetibles. 

Empezaste por todo lo alto con dos mitos de la moda Richard Avedon y China Machado, ¿cómo recuerdas esa primera sesión de fotos que te catapultó a lo más alto de la moda? Ahora con terror. Entonces sólo sentía la curiosidad del principiante. Imagínate ponerte delante de Avedon! Un hombre de un refinamiento extraordinario, pero que con cada imagen narraba un film, una historia. En la primera sesión que tuvimos mi hermana Ana María y yo con él, también fotografió a Elizabeth Taylor y Maya Pliseskaya… al poco tiempo hicimos mi primera portada para Harper’s Bazaar. Nunca olvidaré la sensación de caminar por las calles de Nueva York y ver mi cara en todos los quioscos de la ciudad con la revista expuesta. Fue un momento extraordinario. Un vértigo. 

¿Cómo recuerdas tu vida de modelo en NY? Fueron unos años maravillosos. La modernidad, el futuro, algunas de las corrientes artísticas más importantes estaban sucediendo allí. Conocí a Oscar de la Renta y Valentino al poco de llegar, y allí nació una amistad y complicidad para siempre. La ciudad era un melting pot de culturas, razas, todo era nuevo y sorprendente. 

Naty Abascal, eterna inspiración.

Norman Parkinson, Islas de Barbados, 1982. Cortesía de ©The Norman Parkinson Archive/Iconic Images

Vreeland, Warhol, Allen… ¿qué aprendiste de cada uno de ellos? Con Vreeland no trabajé directamente pero su influencia se sentía en todas partes. Su visión del momento era extraordinaria. Es la editora por excelencia, con mayúsculas. Visionaria, imprevisible, su vida como su carrera eran un proceso constante de reinvención. Su lenguaje visual hoy sigue siendo no solo enormemente actual, sino fuente de inspiración para las nuevas generaciones que han descubierto en ella a un ser original, auténtico, en todo el sentido de la palabra.
Warhol era un personaje particular. Siempre jugando el papel de tímido, de persona con aparentemente poco dialogo, pero con una enorme capacidad para observar, para rodearse de gente única y singular, y hacer que pasaran cosas a su alrededor. Era culto, con una colección de arte fantástica que solo se conoció cuando falleció, pero hacía enormes esfuerzos para no demostrarlo. Creo que su personalidad reflejaba de alguna manera la esencia del concepto artístico que inventó. El era su mejor producto, su mejor obra.
Woody Allen es una persona de una educación singular, persona de pocas palabras pero capaz de expresar de forma sucinta lo que quiere de ti. Es un genio y su cine refleja como pocos la esencia de una ciudad que es un universo en si misma: Nueva York. Piensa que todos estos personajes estaban ahí, vivos, construyendo el mito, la leyenda. Solo el tiempo y su trabajo les ha convertido en las leyendas que son hoy en día. eran una parte importante de la ciudad. Eran la “historia” de la ciudad.  

Los más jóvenes no sabrán que Dali pintó sobre tu cuerpo para un spot, ¿cómo fue ese rodaje? Como todo con Dalí. Surrealista. Fue quizás el rodaje más rápido de mi carrera. En teoría tenía que pintar sobre mí siete veces, pero al terminar la primera me dijo: “Naty, vámonos a almorzar a La Grenouille”. Terminó la comida y los publicistas no paraban de perseguirnos y llamarnos porque esperaban que Dalí continuara con el trabajo, pero Dalí dijo que con lo que había hecho era suficiente, dio por terminado el trabajó y se fue. Como te dije… surrealista.

Naty Abascal, eterna inspiración.

Foto superior e inferior: Roberto Cavalli: Kaftan en chifón de seda con estampado animal y dos cabezas de aves de presa sobre el pecho, 2013. Foto de Javier Hinojosa.

Como modelo que disfrutabas más ¿desfilando o posando para una revista?  No concibo una cosa sin la otra. La pasarela es como el teatro, no puedes cometer errores. Durante unos segundos tienes que dar vida a un traje, hacerlo deseable, crear un personaje que tiene que conectar de manera automática con el público. Una sesión en un estudio, o en exteriores, es como el rodaje de un film, la preparación, el intercambio de ideas, el dialogo con el fotógrafo, con el editor de moda, es discutir un guion para luego plasmarlo en una imagen. Las dos experiencias eran igual de emocionantes. Todavía hoy lo siguen siendo.

“Antes yo era el centro de atención, ahora soy responsable de que otra persona lo sea.” Afirma Naty Abascal sobre su papel como estilista.

Naty Abascal, eterna inspiración.

¿Hay alguna anécdota que recuerdes con especial cariño? Nuestro encuentro con Avedon. El New York Times se hizo eco de una modelo española que se cambiaba tan rápido que siempre estaba en la pasarela. No habían entendido que eramos dos. Mi hermana gemela y yo, por eso siempre había una desfilando. Avedon se sintió intrigado y quiso conocernos.
Hicimos una primera historia de moda, y enseguida vinimos a España. A Ibiza. Imagínate, dos españolas viajando a su propio país, a una isla entonces remota y apenas conocida, de la mano de un extranjero. Nos fotografió en la playa, sofisticadas hasta el límite, fumando en boquilla y jugando a las cartas. Manicura perfecta, maquillaje impecable, todo gritaba exotismo, enigma. Para hacer la imagen aún más intrigante nos fotografió con un brasileño, de una belleza indescriptible, vestido con un albornoz, la capucha sobre la cabeza. No puedo explicar la belleza, el misterio de esa imagen, pero hoy, después de 55 años, me sigue pareciendo una obra maestra. Lo que capturó en esa foto es extraordinario. El merito… todo suyo.

Después llega tu etapa como estilista, ¿cómo fue pasar de estar delante de la cámara a estar detrás?  Diría que una consecuencia lógica. Era una forma natural de llevar a una imagen todo lo que había aprendido siendo modelo. Regresé a España con la idea de estar temporalmente y me quedé. Empecé a trabajar con fotógrafos y a hacer reportajes de moda y campañas publicitarias. Ser editor es algo fascinante porque eres el nexo entre el cliente, el fotógrafo, los modelos… tienes que proponer la idea, el setting, el mood de la sesión. Es como ser el guionista de un film. Y además te permite entrar en contacto con otra realidad, la de la producción. Aprendes a resolver problemas que antes no sabía que existían, a improvisar, a desarrollar tu imaginación. Es un trabajo duro porque requiere estar siempre en movimiento, buscando ideas nuevas, conociendo cada día a personas nuevas, diferentes. Antes yo era el centro de atención, ahora soy responsable de que otra persona lo sea.

Personas que han trabajado contigo siempre cuentan lo profesional, trabajadora y detallista que eres pero ¿cómo prepara Naty Abascal un shooting?  Primero está el concepto de la producción, la idea, que queremos comunicar. Después hay que escoger los modelos y el lugar donde vamos a fotografiar, y en base a todos esos elementos, se escoge la ropa, los accesorios, se decide el tipo de maquillaje, peluquería, si hay que preparar algún decorado… es como hacer un film pero en imágenes.

Naty Abascal, eterna inspiración.

Naty Abascal con Sergio Marin en Roma para Valentino’s Tribute en 2008. Cortesía de Mario Sierra.

Karl Lagerfeld dijo “la moda es algo divertido, y uno no se la puede tomar demasiado en serio” ¿crees que uno de los problemas actuales en la industria es que se toma demasiado en serio? La moda es divertida?… sí. Pero el negocio de la moda no perdona y olvida rápido. Esa es otra realidad con la que hay que convivir todos los días. Creo que la moda se ha corporativizado en exceso, y hoy las compañías someten la creatividad a la rentabilidad. Siempre hemos tenido presente en nuestro trabajo hacer creible el sueño, pero ahora más que nunca un producto tiene que ser comercial. Y eso puede acabar dañando la ilusión de querer poseer algo, simplemente porque es bello, porque te produce placer, felicidad. Y creo que hay que volver a poner el producto en primera persona, y dejar de vincularlo siempre a celebrities. Un producto, el que sea, un bolso, un abrigo, una gafa… tienen que ser deseables por ellos mismos, no exclusivamente porque lo lleva alguien famoso. Como dijo Chanel: “El lujo empieza donde acaba la necesidad” y ella sabía mucho de ambas cosas.

¿Cómo estás viviendo las fashion week virtuales? Con paciencia y a la vez con enorme curiosidad. Las circunstancias han obligado a los diseñadores a seguir creando y mantener viva la llama en condiciones rozando lo imposible. La primera temporada fue un test, en donde se vieron cosas interesantes y otras que se quedaron en el esfuerzo. Pero esta segunda temporada ya empiezan a aparecer presentaciones que desafían en creatividad a los desfiles tradicionales. Es cierto que la emoción de estar en persona viendo un desfile, yendo a un showroom, hablar con un diseñador… no se pueden reemplazar con una videollamada. Pero creo que el regreso a las fashion weeks va a ser muy interesante por el mix de ideas que vamos a ver. Real y virtual de la mano… interesante reto!!!

Naty Abascal, eterna inspiración.

Cristóbal Balenciaga. Vestido y bolero de fiesta en seda. Chaqueta cubierta con tul y bordados con forma de flores en lentejuelas y strass, 1965. Lucina en la fiesta del pabellón español en la Feria universal de Nueva York en 1965. Foto de Javier Hinojosa.

¿Te fijas en los jóvenes diseñadores? Por supuesto. Siempre!. No hay nada más estimulante que ver la energía de los que empiezan. Es una de las razones de seguir en este mundo, los nuevos talentos. 

¿Qué diseñadores llaman ahora tu interés? Hay gente muy interesante en todas partes y no solo me interesan los nuevos talentos sino como se reciclan los consagrados. Iris Van Herpen, Proenza Schcouler, Marine Serré, el trabajo de Galliano para Margiela, Jacquemus, Prada (sigue siendo una continua sorpresa, algo vital en la moda), Etro siempre, Daniel Rosberry para Schiaparelli, la nueva etapa de Valentino con Pier Paolo Piccioli… realmente hay gente con propuestas magnificas, que resumen el momento vital que estamos viviendo. Y no olvidemos a la heredera del polifacético e infatigable Karl Lagerfeld, Virginie Viard para Chanel, una mujer de enorme talento, capaz de meterse (con éxito) en los zapatos de uno de los fenómenos de la industria de los últimos 60 años. 

¿Qué consejo daría Naty Abascal a los jóvenes que quieren dedicarse a la moda?  Que tengan enorme paciencia, humildad, ideas claras. Que tengan mucha pasión, energía, que aprendan a escuchar, a ver, a mirar. Es una profesión maravillosa. Muy dura. Pero un vehiculo fantástico para expresar tu creatividad.