Neil Jordan: de Irlanda a Los Ángeles pasando por Barcelona

Desde el 12 de mayo está en cines “Marlowe”: la nueva película del director de “Juego de lágrimas” y “Entrevista con el vampiro”, Neil Jordan. Irlandés hasta la médula, novelista y cineasta al mismo tiempo y admirado por Kubrick, Jordan ha recreado Los Ángeles… en Barcelona.

“Marlowe” no se basa en ninguna de las novelas clásicas de Raymond Chandler, creador del mítico detective, sino en la mucho más reciente “La rubia de ojos negros” de John Banville. En los libros, Philip Marlowe no tiene más de 40 años, pero en la nueva película lo interpreta Liam Neeson, 71 años en junio. Y sus aventuras transcurren en Los Ángeles, pero Neil Jordan ha rodado “Marlowe” en Barcelona, por razones (no sólo) presupuestarias. Riesgo y audacia jamás le han faltado al cineasta irlandés, a lo largo de su fascinante carrera. En estas líneas investigamos, igual que Marlowe, qué le ha llevado hasta “Marlowe”.

Neil Jordan: de Irlanda a Los Ángeles pasando por Barcelona

Por qué recrear Los Ángeles en Barcelona

No sólo por dinero: dice Neil Jordan que la ciudad de Los Ángeles de los años 30 “ya no existe en absoluto”. Según Jordan, la ciudad que retrató en su día Raymond Chandler parece haber “abdicado de su propia memoria”. Y añade que “El Benedict Canyon de Chandler se parece más a una ciudad europea ahora mismo que a la montaña de asfalto en que se ha convertido”. Era, por tanto, mucho más sencillo buscar el viejo Los Ángeles en otra ciudad. Por eso Neil Jordan ha recreado California en Cataluña, adoptando como plató principal una vieja fábrica de papel abandonada de la Ciudad Condal.

Los libros y el cine en la vida de Neil Jordan

Llevar novelas al cine está en el ADN de Neil Jordan. Lo hizo ya en su película más taquillera, “Entrevista con el vampiro”, adaptando la novela superventas de Anne Rice con mucha más fidelidad al libro que la primera versión del guión que había escrito la propia Rice. Pero es que, además, Jordan es un consumado escritor. Empezó su carrera escribiendo relatos infantiles de fantasía, ha publicado ya nueve novelas y tiene otras dos, pendientes de publicación, escritas durante la pandemia. Algunos hicimos yoga viendo vídeos on-line; Neil Jordan escribió dos libros. Y su doble habilidad, como cineasta y escritor, llamó la atención del mismísimo Stanley Kubrick.

La llamada de Stanley Kubrick

En 1982, Neil Jordan estrenó su primera película como director y guionista, “Danny Boy”. Para sorpresa del irlandés, a los pocos días del estreno recibió una llamada del legendario Stanley Kubrick. El neoyorquino director de “2001”, asentado ya en Londres en aquel entonces, quiso saber cómo Jordan, más conocido entonces como escritor, había logrado adaptar su narrativa al lenguaje visual. Y dos años después, cuando Jordan estrenó “En compañía de lobos”, Kubrick quedó tan impactado con el diseño del film que contrató a su director artístico, Anton Furst, para que le hiciese los decorados de “La chaqueta metálica”. En ese momento Neil Jordan tenía sólo 34 años de edad.

Neil Jordan: de Irlanda a Los Ángeles pasando por BarcelonaNeil Jordan junto a Liam Neeson.

De dónde viene el talento de Jordan

Neil Jordan nació en Sligo, en la República de Irlanda, muy cerca de la frontera con Irlanda del Norte. Su padre era profesor, su madre era pintora y, en ese cultural ambiente familiar, a nadie extrañó que el joven Neil estudiara Historia de Irlanda y Literatura Inglesa en la Universidad de Dublín. En sus propias palabras, los mitos irlandeses y la religión católica le marcaron “hasta cierto punto”. Pero más le marcó conocer entonces, en cursos de teatro, a Jim Sheridan (futuro director de “En el nombre del padre”) o a John Boorman (autor de “Excalibur”). Tras una vida vivida entre libros, el cine llamó a las puertas de Neil Jordan.

Neil Jordan: de Irlanda a Los Ángeles pasando por BarcelonaNeil Jordan junto a Stephen Rea.

La inquebrantable amistad con Stephen Rea

En su primer largometraje, “Danny Boy”, conoció Neil Jordan al que sería su actor fetiche, Stephen Rea. Dirigido en teatro por Samuel Beckett o por Harold Pinter, el experimentado Rea ayudó a Jordan en sus inicios a encontrar su propia voz. Y Jordan le ha devuelto el favor contratándole en casi todos sus films… salvo, curiosamente, en “Marlowe”. Aquí ha sido Liam Neeson el protagonista, en su tercera colaboración con Neil Jordan, tras “Michael Collins” y “Desayuno en Plutón”. Pero Stephen Rea siempre ha sido el alter-ego de Jordan. Y su amistad creció al mismo ritmo al que crecían… los presupuestos de las películas de Neil Jordan.

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Hacer películas de aspecto “A” con presupuesto “Z”

“Danny Boy” narraba una historia contemporánea, fácil de filmar con un presupuesto ajustado. Pero “En compañía de lobos” era una película de época: una reimaginación de Caperucita Roja, inspirada en el cine de terror de la Hammer, en Salvador Dalí y en Gustavo Doré. Era un film de hombres-lobo que pedía a gritos (o más bien aullaba por) un presupuesto generoso, pero Neil Jordan la rodó con sólo 2 millones de dólares. Los boscosos decorados los hicieron con apenas 12 árboles, moviéndolos de un plano a otro para que pareciesen más. Los actores, incluso estrellas como Angela Lansbury o Terence Stamp, trabajaron casi gratis por pura simpatía hacia Jordan. Y Stamp, de hecho, tan sólo pidió como pago un traje nuevo, que Jordan pagó de su bolsillo.

Viaje de ida y vuelta de Irlanda a Hollywood

La buena acogida internacional de “En compañía de lobos” y de su siguiente film, el (magnífico) thriller “Mona Lisa”, hizo que a Neil Jordan le ficharan en Hollywood… para rodar dos auténticos pestiños: dos comedias sin gracia tituladas “Nunca fuimos ángeles” (con Robert DeNiro y Sean Penn) y “El hotel de los fantasmas” (con Peter O’Toole y Daryl Hannah). Tan espantado por los resultados como los propios espectadores, Jordan regresó a terreno conocido. Y de nuevo en Irlanda, escribió el guión de un film netamente irlandés, mezclando intrigas criminales, amores fatales y terroristas del IRA. Así nació “Juego de lágrimas”.

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“Juego de lágrimas”, la película que cambió su vida

Dice Neil Jordan que hoy no podría filmar “Juego de lágrimas” como la filmó en su día, y que no podría contratar a un hombre gay como Jaye Davidson para hacer de transexual. También es discutible que el gran “plot-twist” de la película pudiera funcionar hoy como funcionó entonces, provocando auténtica sorpresa en los espectadores. Fue hace más de 30 años, y eran otros tiempos. Pero aún así, “Juego de lágrimas” sigue funcionando hoy en día como relato de intriga, de emoción y de obsesión romántica. Con esta película Neil Jordan ganó el Oscar de mejor guión original, y estuvo nominado al Oscar de mejor director. Y eso le llevó a ser contratado para cierto film de vampiros.

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Anne Rice, Tom Cruise y la secuela que Jordan no hizo

Dice Neil Jordan que “cuanto mayor es la estrella, más insegura es, porque están más expuestos como artistas”. No especifica si lo dice por Tom Cruise, la estrella principal de “Entrevista con el vampiro”, pero no hace falta tener la intuición de Lestat para deducirlo. El primer guión, de la propia Anne Rice, había extirpado los detalles más oscuros y arriesgados de sus novelas, especialmente el sentimiento de culpa de los vampiros. Jordan aceptó dirigir la película si le permitían reescribir el guión, recuperando todo lo que Rice había quitado (culpa, Irlanda y religión, tres elementos indisolubles). Y el éxito hizo que le ofrecieran dirigir la secuela, pero Tom Cruise no quiso hacerla. Así que Jordan tampoco.

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“Michael Collins”: cuando Hollywood también hacía cine para adultos

El éxito de “Entrevista con el vampiro” hizo que Hollywood le financiara una historia tan netamente irlandesa como “Michael Collins”, con un holgado presupuesto de casi 30 millones de dólares. Dice Neil Jordan que “los productores no entendían el film”, pero aún así le dejaron hacer. Y también añade que hoy sería imposible estrenar una película como esa, tan localista y para un target de público de más de 40 años, que no es franquicia, ni secuela ni adaptación. Pero en 1996, cuando los cuarentones iban (íbamos) al cine, sí era posible producir un film como ese. Es, para muchos, la última gran película de Neil Jordan.

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Casi tres décadas rodando lo que quiere

Desde “Michael Collins”, la taquilla no ha vuelto a sonreír a Neil Jordan como lo hizo en el pasado. Tampoco es que le importe: ha seguido filmando lo que ha querido, como ha querido. Ha sido el cerebro en la sombra de series como “Los Borgia”, lo que habrá saneado sus cuentas lo suficiente como para seguir dirigiendo (y escribiendo) a placer. Y ha seguido reinventado los “monstruos” populares: igual que redefinió a los licántropos con “En compañía de lobos” y a los vampiros en “Entrevista con el vampiro”, Jordan reformuló el mito de las sirenas en “Ondine, la leyenda del mar” (2009) y volvió a retratar a los chupasangres en “Bizantium” (2012). Ha podido hacer, en suma, lo que le ha ido apeteciendo. Y ahora ha hecho “Marlowe”.

Cualquier película de Neil Jordan es más interesante…

…que el común de las películas que llegan a las salas comerciales. Eso es, a grandes rasgos, lo que están diciendo las críticas más amables de “Marlowe”. Las más duras señalan, sin contemplaciones, que Liam Neeson es “demasiado viejo para el papel”, que la luz de Barcelona es “demasiado mediterránea” para Los Ángeles, y que Neil Jordan está esta vez “lejos de su mejor forma”. Pero eso no le disuade de seguir haciendo cine. Él sabe muy bien que rodar películas es un juego de lágrimas, y que trabajar en Hollywood es, a menudo, como estar en compañía de lobos. Nosotros, en el cine, siempre estaremos bien en compañía de Neil Jordan.