Finalista en la última edición de los premios ITS Artwork. Hija de emigrantes, artista y creadora de moda obsesionada por la creación de paisajes fantásticos a los que llamar hogar.
¿Cómo es que naciste en Suiza? Soy hija de emigrantes. Mi madre emigró a Ginebra cuando tenía unos 20 años para buscarse la vida y mi padre se fue detrás. Allí nació mi hermana y después yo. He vivido allí hasta los 14 años y retornar a Galicia ha sido, sin duda, uno de los mayores cambios en mi vida y ha marcado mi trabajo artístico. Y aunque soy española, en mis primeros años en España no me sentía de aquí y tras el paso de los años, ya tampoco de Suiza. Con todo ello, perdí el sentimiento de pertenecer a un lugar y la búsqueda de ese lugar ha sido lo que me ha llevado a crear lugares, paisajes fantásticos, a los que tal vez poder sentir que pertenezco.
Primero estudias Bellas Artes y haces varios cursos de tratamiento de imagen. De hecho, la primera vez que aparece tu nombre en Neo2 es en 2013 por tu faceta artística, con unos montajes fotográficos donde conviven panorámicas urbanas con primeros planos de pies femeninos. Después, o mientras, decides estudiar moda. ¿En qué momento y por qué decides que quieres hacer moda? Antes de estudiar moda, me licencié en Bellas Artes en 2009 y pronto fue surgiendo un interés y afinidad por temas vinculados con la moda. Comencé a pintar grandes cuadros en los que el lienzo se convirtió en camisa en las que intervenía un bolsillo con una imagen pictórica, de esa serie de camisas-cuadro comenzaron a surgir también grandes corbatas que pintaba con gran colorido. Pronto el cuadro desapareció del todo y empecé a pintar en suelas de zapato, o en soportes con forma de botones gigantes que yo misma fabricaba. Y en mis series fotográficas la vestimenta también adquirió un carácter protagonista, desde trajes con los que camuflarse en la ciudad, hasta vestimenta muy colorista que visten mujeres gigantes sentadas en edificios. Pero tras estudiar Bellas Artes y mientras desarrollaba esos trabajos, estudié primero un “Máster en Maya” (Software 3D) en Madrid, y después un “Máster en Arte Contemporáneo, Creación e Investigación” que me llevó a redactar mi tesis en Bellas Artes, que también vinculé temáticamente con la moda. Así que cuando empecé a escribir mi tesis doctoral, me matriculé en ESDEMGA.
Estudiaste moda en Esdemga, ¿qué destacarías de este centro de formación de moda? Es muy interesante la vinculación que existe con la Facultad de Bellas Artes, allí se crean piezas muy cercanas a una obra artística. Creo que es un proyecto muy interesante y diferente, en relación a las otras escuelas de Moda de España. Cuando me matriculé en ESDEMGA en el año 2011, ya llevaba siete años en la Facultad de Bellas Artes de Pontevedra y conocía el potente trabajo que allí se desarrollaba por la relación que tenía con compañeros de Bellas Artes que lo habían cursado. Ahora en el 2016, sigo sin desvincularme de la escuela, ya no como estudiante, sino como profesora, ya que a partir de octubre comenzaré a impartir junto con otro profesor, la asignatura: “Géneros de punto” de tercer curso. Ya he tenido una primera experiencia como docente el curso pasado, impartiendo una asignatura de Imagen en la Facultad de Bellas Artes de Pontevedra, gracias a una beca predoctoral.
A la hora de trabajar, ¿cómo combinas tu formación artística con la de moda? ¿Desde qué punto de vista te interesa la moda: más como industria y comercio, o más como medio de expresión? La moda para mí es un arte. Es la manera de llevar el arte a un objeto funcional. Pues, desde hace unos años, las ventas en el mundo del arte han descendido drásticamente y vivir sólo del arte se convertía en una utopía inalcanzable. Y vestirse, es realmente una necesidad vital, así que ¿por qué no llevar lo artístico a la moda? ¿Por qué no dedicar el esfuerzo en crear una obra que la gente pudiese “llevar puesta”, dándole mayor visibilidad y una función, más allá de la belleza del arte? Me gustaría encaminarme hacia la Moda, me interesa enormemente como medio de expresión: el espectáculo, la escenografía, el atrezzo, etc. Pero sí que tengo aspiraciones comerciales. Llevo ya ocho años trabajando como artista con varias galerías y es extremadamente difícil vivir de ello. Y creo que la Moda, al tener una función, puede ser algo más fácil, pues todo el mundo se viste de una forma u otra y mi trabajo tiene mucha más repercusión desde que me dedico a ello.
En el Showroom de MBFWM presenté dos líneas: una de piezas únicas, más cercanas a una obra de arte, que son irrepetibles, y otra línea más comercial, que permite más fácilmente la seriación y más asequible económicamente. A raíz de ello, lanzaré mi tienda online.
El proyecto fin de carrera de Esdemga fue la colección que desfiló en Ego, “Artificial Paradises”, ¿te presentas a Ego a través de Esdemga o a nivel personal por iniciativa propia? ¿Desarrollaste nuevos looks para desfilar en Ego? Me presento a Ego a nivel personal, antes incluso de haber presentado la colección en ESDEMGA, ya había enviado la documentación. Pues no quería esperar a septiembre de este año y me parece que podía encajar realmente en cualquier temporada, tanto Primavera-Verano como Otoño-Invierno. Creo que es una versatilidad interesante y que actualmente no tiene mucho sentido ese tipo de distinción. Además también me hacía ilusión participar por primera vez antes de cumplir los 30.
Cuando presenté mi colección en Debut, desfile de Proyecto Fin de Estudio de Esdemga en Pontevedra, tenía únicamente diez looks y todos eran masculinos. Para el Ego tuve que doblar la colección. Cree 10 looks más, y en total presenté 13 looks de hombre y 7 de mujer. Ya quería introducir looks de mujer en mi colección Fin de Estudios, pues considero que lo que hago no tiene sexo, es un aspecto indiferente. Pero mi acercamiento a lo “agender” viene dado más por el lado de lo femenino, que desde lo masculino, muy en la línea de Alessandro Michele para Gucci. Es una necesidad que se vino dando simultáneamente en el tiempo.
Además me interesaba mucho desarrollar escenografía para el desfile, pues al tratar de lugares fantásticos, me parecía importante contextualizarlo. Así que decidí crear un bosque de árboles de cartón. Idealmente, me hubiese gustado desarrollar algo más espectacular, pero tenía que ser algo que se pudiese desmontar en un par de minutos. Pero estoy contenta con el resultado.
¿De qué forma te inspiró el libro “Ciudades Invisibles” de Italo Calvino en tu colección? ¿Cómo lo interpretaste?
“Es el humor de quien la mira el que da a la ciudad de Zemrude su forma.” Las ciudades invisibles. Ítalo Calvino
Mi colección ARTIFICIAL PARADISES nace de “Las ciudades invisibles” de Ítalo Calvino, libro compuesto por una serie de relatos de viaje que Marco Polo hace a Kublai Kan, emperador de los tártaros. A este emperador melancólico que ha comprendido que su ilimitado poder poco cuenta en un mundo que marcha hacia la ruina, un viajero imaginario le habla de ciudades imposibles, por ejemplo una ciudad microscópica que va ensanchándose y termina formada por muchas ciudades concéntricas en expansión, una ciudad telaraña suspendida sobre un abismo, o una ciudad bidimensional como Moriana.
“La ciudad de Leonia se rehace a sí misma todos los días: cada mañana la población se despierta entre sábanas frescas, se lava con jabones apenas salidos de su envoltorio, se pone batas flamantes, extrae del refrigerador más perfeccionado latas aún sin abrir, escuchando las últimas retahílas del último modelo de radio. En los umbrales, envueltos en tersas bolsas de plástico, los restos de la Leonia de ayer esperan el carro del basurero.” Las ciudades invisibles. Ítalo Calvino
Lo que el libro evoca no es sólo una idea atemporal de la ciudad, sino que desarrolla, de manera unas veces implícita y otras explícita, una discusión sobre la ciudad moderna. Quizás lo que Ítalo Calvino ha escrito es algo como un último poema de amor a las ciudades, cuando es cada vez más difícil vivirlas como ciudades.
“Después de andar siete días, a través de boscajes, el que va a Baucis no consigue verla y ha llegado. los finos zancos que se alzan del suelo a gran distancia uno de otro y se pierden entre las nubes, sostienen la ciudad. Se sube por escalerillas. los habitantes rara vez se muestran en tierra: tienen arriba todo lo necesario y prefieren no bajar. (…)
Tres hipótesis circulan sobre los habitantes de Baucis: que odian la tierra; que la respetan al punto de evitar todo contacto; que la aman tal como era antes de ellos, y con catalejos y telescopios apuntando hacia abajo no se cansan de pasarle revista, hoja por hoja, piedra por piedra, hormiga por hormiga, contemplando fascinados su propia ausencia.”
Las ciudades invisibles. Ítalo Calvino
Tomando pues la idea de “Las ciudades invisibles” he decidido escribir mis propios capítulos en formato de prendas, recreando alguna ciudad que él describe, pero principalmente creando las mías propias. Cada estilismo representa una de las ciudades, fusionando elementos cotidianos reales con otros más fantasiosos.
En lo que se refiere a los tejidos, podemos encontrar desde terciopelos de colores, terciopelos estampados, jacquards, que contrastan con punto fino tejido artesanalmente dibujando paisajes, organdí suizo, tejidos de camisería de algodón, tejido estampado digitalmente, etc.
Después de Ego, participas en el premio promovido por Swatch en la edición número quince de ITS. El nombre de tu colección, “Paraísos Artificiales”, encaja a la perfección con la temática del concurso de Its Artwork: Utopía. ¿Te presentas al concurso de Swatch por eso? ¿Cómo te enteraste concurso? ¿Cómo es el proceso de selección? ¿Qué pasos tienes que ir dando hasta legar a la final? No. Fue una muy buena casualidad que este año la temática fuese Utopía. Pero ya me había presentado el año pasado y tenía pensado presentarme este año, fuese cual fuese el tema, pues pienso que finalmente casi todo puede adaptarse a cualquier tema o no es algo que tengan especialmente en cuenta.
Conocí ese concurso en clase. En ESDEMGA me habían hablado de ese certamen. Y una compañera de generaciones anteriores, Amai Rodríguez ya se había presentado y su colección, que ya había desfilado en Ego también, consiguió desfilar por esa pasarela. Existen tres categorías en las que te puedes presentar: ITS Fashion, ITS Accessories e ITS Jewelry. ITS Artwork no es una categoría a la que puedas presentarte directamente, sino que cuando te presentas a alguna de las anteriores, tienes que aceptar, o no, si quieres que lo que envías sea juzgado como “Artwork”. Es la categoría más joven, este año ha sido su tercera edición. Yo presenté mi colección a ITS Fashion y me seleccionaron en ITS Artwork con ella. Cuando conocí a Barbara Franchin, la directora del certamen, en Trieste, me dijo que le encantó mi colección y que luchó por sacarla a la pasarela, pero que desgraciadamente cayó en la última ronda de votaciones. Eso me animó mucho. Realmente todas las colecciones que han desfilado este año, tienen una estética muy diferente a la mía, y entiendo que no encajase con el criterio del jurado.
Durante varias reuniones, que se pueden seguir con imágenes a través de las redes sociales, el jurado escoge 10 finalistas de cada categoría.
Tras comunicarme que he sido seleccionada, para esa categoría me pidieron elaborar una pieza de pared, basada en mi colección. Por primera vez, este año se nos pedía que incluyésemos producto Swatch que nos enviaron. A partir de ahí, tenemos un calendario con una u dos entregas semanales durante los dos meses y medio que quedan desde la selección hasta la celebración de la final: desde el envío de fotografías para el catálogo, presentación de una primera propuesta, discusión de esa propuesta por teléfono con el director creativo de Swatch, una tercera y última propuesta, fotos caseras de las piezas terminadas, fotos definitivas, etc.
¿Cuál sería tu “utopía artística”? ¿Y tu “utopía social”? Como ya he dicho anteriormente, soy hija de emigrantes, nací en Suiza y viví allí catorce años, edad con la que retorné a Galicia. Esa pérdida de pertenencia a un lugar fue lo que me llevó a crear espacios fantásticos, lugares en los que poder sentirme bien, un posible “hogar” para mí. Mi utopía personal es esa búsqueda incesante de un paisaje idílico, fantástico, hecho a medida para mí, al que poder sentir que pertenezco. He desarrollado numerosas series de paisajes fantásticos, desde ciudades en las nubes, ciudades sumergidas o paisajes fantásticos modelados en 3D.
Mi utopía artística sería conseguir llevar el arte a la calle. No sólo tener una pieza en casa, colgada en tu pared, sino que la gente se pasee con su pequeña obra de arte por la calle para mostrarla a los viandantes, como una especie de museo andante, y creo que eso puede dártelo la Moda. Me interesa mucho ese concepto de arte o paisaje “para llevar”, del Ready to Wear al “Art to Wear”.
¿En qué consiste la pieza que presentas a Its Artwork? La idea de mi proyecto para ITS Artwork es crear un “Paisaje para llevar”, inspirado en el género del paisaje, pero con objetos que puedas coger del cuadro y llevar puestos como sombreros o bolsos. Parece que estás frente a una obra de arte, pero realmente es Moda. Me interesaba también la interacción, que el público pudiese tocar, coger y probar los sombreros y bolsos. Creo, además, que es la manera de llevar el género del paisaje a la moda y me interesa mucho. También quería que pareciese un estudio. Ésa es la razón por la que una de las imágenes está en el suelo y uso estanterías para la instalación. Y aunque la idea de esa categoría, es crear una pieza de Arte puro, basado en una colección de Moda, mi colección “Artificial Paradises” ya se basaba en el arte y en el género del paisaje, así que no quería convertirlo únicamente en arte de nuevo. Me interesa mucho la idea de no sólo tener una obra de arte en casa, sino que puedas llevarla a la calle y mostrarla a los viandantes.
La pieza tenía que incorporar producto Swatch y seguir las líneas de la marca: Color, Ligereza, Movimiento y Transparencia. En mi pieza, puedes encontrar color en todas partes, la ligereza en los edificios que se posan en flores o en el color, por ejemplo, el movimiento en elementos mecánicos que normalmente giran como noria, coches, etc. y la transparencia en el agua o en el cristal.
Entre los ganadores de pasadas ediciones, ¿cuál destacarías? Me encanta el trabajo de Isabel Helf, ganadora de ITS Accessories Award del año 2015, que he podido conocer este año. Además de talentosa es encantadora. Presentó una colección de bolsos que se pueden adaptar a la arquitectura, mobiliario, etc. Definitivamente un trabajo muy recomendable. También destacaría el trabajo de Bianca Chong o In Wai Kwok: pequeños accesorios, sin utilidad clara aparente, pero que son como micromundos preciosos. Muy delicados. El año pasado también me encantó la colección que presentó Richard Quinn, aunque finalmente no ganó. Era mi favorito.
En caso de haber ganado, ¿a qué hubieras dedicado los 10.000 euros del premio? Si hubiese ganado, los hubiese dedicado a la creación de mi tienda online, así como a la producción de nuevas piezas, tanto para comercializar la colección anterior, así como para invertir en la nueva colección. Soy una apasionada de lo que hago y siempre lo invierto todo en mi trabajo, esperando que algún día dé sus frutos.
Los de Swatch también son suizos. ¿Te gustaría trabajar en Suiza? ¿Has regresado alguna vez a Suiza? He regresado a Suiza unas cuatro veces desde que volví a España. Las dos primeras fueron bastante seguidas, pero entre las dos últimas visitas y las dos primeras han pasado unos 8 años. Realmente es un viaje emocionalmente fuerte para mí, así que he necesitado alejarme un poco de ello.
Swatch me ha ofrecido trabajar en el Laboratorio Creativo de Swatch en Zurich. No creía excesivamente en el destino, pero quizás deba empezar a hacerlo. No tenía pensado regresar, pero me veo cada vez más cerca de hacerlo. Es un país fantástico, y todavía tengo la mitad de mi familia en Ginebra. Sería un país en el que podría sentirme bien y los sueldos son muy buenos, en relación a los españoles. Además, he podido hablar con algunos de los ganadores de las ediciones anteriores, que trabajan allí y están encantados.
¿Cuál es tu percepción personal de la marca Swatch? ¿Qué valores crees que transmite? ¿Percibes la marca de la misma forma antes y después del concurso? Swatch es una marca que vinculo enormemente con mi infancia y con los primeros años de mi vida en Suiza. Es una marca altamente popular y conocida en Suiza, muy asequible. Así que mis primeros relojes han sido Swatch. Los recuerdo todos con cariño y mucho detalle. Incluso en algún viaje posterior a Suiza me he comprado alguno. Así que para mí tiene un gran valor sentimental, no es una marca cualquiera.
Es una marca fresca, colorida, asequible para todo el mundo, de diario, informal. Y ha conseguido una imagen y un diseño muy claramente identificables.
Ahora tengo mayor conocimiento de su línea de gafas “The Eyes” porque es un producto nuevo. Pero el resto lo percibo de la misma manera. Lo único que ha variado es que ahora sé que se compone de un equipo de personas a las que puedo poner cara. Carlo Giordanetti, su director creativo, con el que tengo contacto desde hace meses por el proceso de elaboración de la pieza, es un señor encantador, muy cercano, vital, apasionado de su trabajo y del arte, extremadamente involucrado en la búsqueda de nuevos talentos.
¿Cuáles son tus proyectos? El tipo de colección que he presentado y me gustaría presentar en futuras ediciones, es una colección muy trabajada, que exige más de seis meses de trabajo. Pienso que si tuviese un equipo trabajando para mí sería más fácil poder hacerlo, pero al estar comenzando, casi me encargo yo de todo, salvo algunas prendas más sencillas o de sastrería que encargo, así que es difícil.
Y no me apetece desfilar por desfilar, prefiero tener algo bueno que me convenza, así que mi intención es presentar nueva colección en alguna de las ediciones de Ego de 2017.Además, me interesan mucho los complementos, el espectáculo, la escenografía, no solo las prendas. Así que exige tiempo, pero también una gran inversión económica que tampoco me puedo permitir cada seis meses, ya que aún sigo recuperándome económicamente de lo invertido en la anterior colección. Pero ¡quiero volver ya! Ha sido una de las mejores experiencias de mi vida y volveré, seguro, aunque esté trabajando en el extranjero.
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