Piccioli recalibra la identidad Balenciaga para el ahora

Pierpaolo Piccioli debuta su primera colección como director creativo de la maison como una recalibración de los mantras de Cristóbal Balenciaga para el contexto actual.

La colección femenina de Balenciaga Summer 26 abre las puertas de la era Piccioli para la maison; y la cosa no pinta -nada- mal. Para su colección debut, el italiano ha decidido explorar los códigos arquitectónicos del modisto y el acto propio de crear a través de un armario cargado de referencias a su obra. Y, sorprendentemente, permanece un aire de lo street dentro de muchos de sus looks (más pulidos y menos subversivos, por supuesto).

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Esto no es un homenaje, es una recalibración para el ahora

Recalibración. Esa es la idea con la que Pierpaolo Piccioli abre las notas de su colección debut para Balenciaga y no ha podido sintetizarlo mejor. La maison, durante tiempos de Cristóbal, era sinónimo de metodología; de cómo el proceso de creación podía ser una ideología, una identidad. Esta práctica creativa se materializaba a través de construcciones perfectas donde los volúmenes se volvían arquitectónicos; y no por estructura, sino por un patronaje que solo un maestro podía hacer. Donde la ropa y el cuerpo entablaban un diálogo de intercambio. Esos eran los mantras primarios de la maison; y ahora la inspiración para la nueva colección.

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Pero ojo, Balenciaga Summer 26 no es un homenaje grandilocuente a la obra de Cristóbal como fundador de su maison. La colección inaugural de Piccioli es una recalibración de estas nociones para un contexto actual. Aquí, arquetipos, siluetas, colores y un sinfín de referencias de la era Cristóbal se recalibran para un armario contemporáneo donde la línea moderna e indiscutiblemente elegante del italiano sale a relucir. Pero a él no es al único que se recalibra en esta colección.

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Piccioli también mira a su antecesor más directo como punto de referencia; a Demna. Aquí, sus siluetas urbanas y subversivas se recalibran a través de una elegancia más clásica y pulida que actualiza el repertorio más urbano y casual de la casa. El alma y el mood de lo que hacía el georgiano sigue presente también… pero de una forma más comedida; más pulida. Y claro, también salen a relucir guiños a Ghesquière y al otro innombrable.

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Balenciaga Summer 26: el comienzo de una nueva era de elegancia contemporánea

Balenciaga Summer 26 es una modernización de los arquetipos icónicos de Cristóbal en toda regla y los primeros looks de la colección no lo pueden materializar más. ¿Con qué abrió? Con un vestido negro y escultural de gazar negro con volúmenes bastante interesantes; guantes de seda y gafas a lo Demna. Luego, prendas de cuero con volúmenes ultra conceptuales se hicieron con la atención; arquitectónicas a más no poder. También hay una bomber de cuero que toma inspo del vestido Balloon que deja sin palabras. Las camisas y camisetas (algunas de cuero también) se recortan hasta emular otras siluetas de archivo.

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En el lado más “elegante” y Piccioli, Balenciaga Summer 26 muestra vestidos de gazar asimétricos en colores icónicos de antiguas eras de la casa, abrigos de colores flúor. De hecho, un look estrella se compone de una falda de plumas roja debajo de una camiseta oversize y guantes de vestir… y es el colmo de lo cool. Hablando de, la construcción con plumas y bordados también es uno de los puntos fuertes de la colección, que se deja ver en demás faldas statement, cazadoras oversize y un vestido-tapiz con motivos florales de espectáculo.

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También, por esta línea vemos referencias al vestido Cocoon en faldas súper contemporáneas y más cazadoras de cuero con el estilo Balloon recalibrado. ¿Hay streetwear? Sí; jorts y faldas vaqueras adquieren construcciones más complejas; las gorras planas se exageran en proporciones y los chinos de pinzas se exageran en el terreno de lo mega baggy. Lo interesante de todo esto es que se fusiona con lo elegante sin desentonar.

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Los accesorios también fueron un hit

¿Qué hay de los accesorios? Pues, como obviedad, la silueta de bolso estrella de Balenciaga Summer 26 es el icónico Le City, que ha sido reimaginado con nuevos formatos sin perder el aire urbano original. Acompañando esto, tenemos gafas de sol futuristas y declarativas en la mayoría de los looks, junto a cinturones de hebilla-logo muy delgados, guantes de vestir (obviamente) y tacones que emulan un escote en pico. Pero la silueta estrella de calzado es puramente Piccioli: chanclas con suela chunky en materiales mucho más nobles.

Descubre más sobre Balenciaga Summer 26 en la página web de la maison.

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