Nueva exposición 'La máscara nunca miente' en el CCCB

La máscara nunca miente abrió sus puertas en el CCCB ayer 15 diciembre. La exposición propone un recorrido histórico de los últimos 150 años de heterogéneos rostros enmascarados.

La máscara nunca miente se puede visitar hasta el próximo 1 de mayo. Considerando el contexto actual, la exposición tiene una relevancia y urgencia aún mayores, dados los nuevos significados que tienen las máscaras. Pero las máscaras tienen un largo recorrido en la historia de las sociedades. Por eso, La máscara nunca miente permite ese paseo por la cultura de cubrir el rostro que comienza con las máscaras de la Edad de Piedra y termina con los rostros enmascarados producidos por los paradigmas modernos.

Nueva exposición 'La máscara nunca miente' en el CCCBSobre estas líneas: Maurice Mahut, Becordel en avril 1915. Musée de l’Armée. Foto portada: Colectivo Las Migras de Abya Yala, fotografías de Jahel Guerra Roa y relatos de Lorena Álvarez Chávez, 2020

La máscara nunca miente, expo que cierra año y entra en el proximo en el CCCB, aborda las políticas de control sobre el rostro, las resistencias culturales a la identificación, la defensa del anonimato, el terror en el acto de ocultación o la máscara como símbolo identitario en los héroes y heroínas, los malos y los disidentes. Como síntoma de un momento de cambio extremo, las técnicas de enmascaramiento han ganado tracción y urgencia renovadas, materializándose en varias formas: desde avatares online utilizados para activismo, entretenimiento o propaganda, hasta diferentes dinámicas que ocupan nuestras calles como los carnavales —el de Venecia es especialmente famoso por sus máscaras, pasando por prácticas teatrales desde la antigüedad como la tragedias y comedias griegas o la Commedia dell’Arte italiana.

Nueva exposición 'La máscara nunca miente' en el CCCBIzquierda: Sophie Taeuber bailando con una máscara de Marcel Janco, Zurich 1917.  Stiftung Hans Arp und Sophie Taeuber-Arp, Remagen (Alemania). Derecha: Lavinia Schulz: figurín Baile de los Insectos. Foto: Minya Diez-Dührkoop, 1924. Museum für Kunst und Gewerbe, Hamburg

Entre los múltiples intentos de apoderarse de la cara, desde el Ku Klux Klan y Pussy Riot, no solo se esconde una identidad, sino el origen de algunos fenómenos que definen nuestro presente, como las fake news, la conspiranoia o los mecanismos de control biopolítico. La máscara nunca miente comisariado por el escritor y activista cultural Servando Rocha y el jefe de exposiciones del CCCB Jordi Costa, se infiltra en el paisaje político como instrumento al servicio del poder o como herramienta para la construcción identitaria en el activismo político y las luchas sociales.

Nueva exposición 'La máscara nunca miente' en el CCCBIndumentaria de los Anti-renters, 1845. Fotografía de Delaware County, New York ©New-York Historical Society. 

Ámbitos de la exposición La máscara nunca miente

La máscara nunca miente está estructurada en siete ámbitos que funcionan como siete relatos cerrados conectados por reveladoras recurrencias temáticas e iconográficas. Y combina una amplia gama de medios audiovisuales que permiten entender la polisemia de la máscara: pasamontañas de Pussy Riot, capuchas de protestas feministas, máscaras de luchadores mexicanos, máscaras antigás, máscaras Perchta del folclore austríaco, entre otras. Y la singularidad de los diferentes contextos en los que la ocultación del rostro es un gesto político: objetos masónicos, la cámara y la silla utilizadas en el sistema antropométrico de Alphonse Bertillon, panfletos activistas, armas.

Las edades de la máscara

En su origen, la máscara es un objeto mágico que nos conecta con la parte más pulsional de nuestra identidad. La máscara nunca miente nos recibe con un enigma de 9.000 años. Desde las máscaras neolíticas, rastro de un posible culto a los antepasados surgido cuando los primeros asentamientos agrícolas fundaban la civilización.

Nueva exposición 'La máscara nunca miente' en el CCCBRéplica de una máscara del neolítico (Horvat Duma). Colección del Museo de Israel

Carnaval salvaje en La máscara nunca miente

La historia del éxito del Ku Klux Klan es, entre otras cosas, la historia de su evolución indumentaria: el triunfo de un diseño textil. El primer Klan, fundado en Tenesse en 1865, basaba su estrategia del terror en atavíos de rudimentaria confección doméstica y de inspiración carnavcalesca, que emulaban presencias demoníacas. Años más tarde, con la formación en franca decadencia, el estreno de El nacimiento de una nación (1915), basada en la novela The Clansman (1905) de Thomas Dixon, alentó la creación del segundo Klan, con aspecto de ejército homogéneo y cohesionado bajo esos icónicos uniformes blancos.

Nueva exposición 'La máscara nunca miente' en el CCCBRitual de juramento y admisión. Fotografia de l’àlbum personal de William J. Simmons. Alabama Department of Archives and History

El rey de los fantasmas

El malvado y adorado Fantômas, nacido en la novela popular francesa a principios del siglo XX y trasladado al cine mudo por Louis Feuillade, inspiró a pintores y poetas surrealistas. En un París sacudido por la criminalidad, Fantômas encarnaba la fantasía del malvado de rostro fluido, siempre en transformación, y fue la gran respuesta de la imaginación popular al control del rostro desarrollado por la incipiente policía científica francesa de la época. Detrás de esta figura fascinante podría encontrarse un personaje real de origen español: el famoso rey de los ladrones Eduardo Arcos, que reivindicaba haber sido la inspiración de los escritores Marc Allain y Pierre Souvestre.

Nueva exposición 'La máscara nunca miente' en el CCCBCartel de la película Fantômas de Louis Feuillade, producida por los estudios Gaumont, 1913

El gran fraude

A finales del siglo XIX, Léo Taxil publicó muchos libros con documentos y testimonios falsos para construir una historia secreta de la masonería asociada a cultos oscuros y diabólicos. Después admitió que todo era falso provocando una sacudida entre las sociedades secretas, la iglesia y el papado,que causó controversia de finales del siglo XIX. Pero la mentira se emancipó de sí misma y, desde entonces los masones se suelen representar como figuras enmascaradas, una falsa pista que se superpone a la realidad. El caso Taxil es un ejemplo pionero del fenómeno de las fake news.

Nueva exposición 'La máscara nunca miente' en el CCCBBiblioteca Nacional de França-París. Cartel Les Mystères de la franc-maçonnerie dévoilésde Léo Taxil Imprimerie Edward Ancourt, 1896. Richelieu – Estampes et photographie – magasin. Biblioteca Nacional de Francia-París

El cabaret espectral en La máscara nunca miente

El Cabaret Voltaire fundado en 1916 en el Zúrich neutral durante la primera guerra mundial, proponía liberarse de los traumas de la guerra a través del baile salvaje. Utilizaban máscaras para expresar su fascinación por lo primitivo en oposición a la «razón» genocida que había provocado la contienda. Sophie Taeuber-Arp o Emmy Hennings, dos figuras centrales del movimiento artístico Dadá, veían en las máscaras antigás y los rostros desfigurados de los soldados la expresión del infierno en la tierra.

Nueva exposición 'La máscara nunca miente' en el CCCBRetrato de Remedios Varo con máscara elaborada por Leonora Carrington y José Horna. Ciutat de Mèxic, 1957/ Ciudad de México, 1957. Archivo Privado de Fotos y Gráfica Kati y José Horna © Copyright. Ana María Norah Horna Fernández 2005, todos los derechos reservados

Por otro lado,  la danza expresionista de Mary Wigman y Lavinia Schulz exploraba el poder transformador de la máscara. Su influencia alcanzaría se proyectaría en la sororidad mágica encarnada en la tríada de artistas Kati HornaRemedios Varo y Leonora Carrington.

Nueva exposición 'La máscara nunca miente' en el CCCBFoto del coreógrafo Rudolf von Laban como “Mathematicus” (danza grotesca), 1915-1918. Brotherton Library | Special Collections Research Centro-Biblioteca de la Universidad de Leeds

La lucha

Los luchadores mexicanos no solamente se mueven en el terreno de la ficción, sino que constituyen toda una fuerza social sin rostro cuyas raíces se remontan a la cultura azteca y sus guerreros enmascarados. El emblemático Superbarrio Gómez, surgido tras el devastador terremoto de 1985, representa un salto de esa mitología desde el ring hasta la lucha social. Este tránsito ha sido emulado por muchas otras figuras, que han tenido en el ecologismo, el feminismo, el movimiento animalista y los derechos de la comunidad LGTBI+ sus correspondientes agendas de combate.

Nueva exposición 'La máscara nunca miente' en el CCCBLourdes Grobet, Brazo de Plata con la máscara de la Migra, 1981. Cortesía de Lourdes Grobet

Prohibido desaparecer

Frente a la clasificación y catalogación moderna: foto, nombre, y número en nuestra tarjeta de identidad, han surgido resistencias políticas y culturales. En su ambiciosa obra Los invisibles, el guionista Grant Morrison sugería una fantástica genealogía disidente y mágica conectando sus orígenes con los modernos activismos que han desafiado el control social con diferentes estrategias de guerrilla de la comunicación. Las retroalimentaciones entre ficción y realidad han sido constantes.

Nueva exposición 'La máscara nunca miente' en el CCCBLarry Fink. Fotografías de la manifestación Black Mask en Nueva York, 1967. Larry Fink Studio

Así lo ilustra el caso de Guy Fawkes, miembro de la Conspiración de la Pólvora de 1605. Fawkes ha resucitado como símbolo plástico del movimiento Anonymous. Pero en una contemporaneidad marcada por la sobresaturación de signos, incluso una revolución punk tan necesaria como la propuesta por Pussy Riot no puede esquivar los riesgos de ser reapropiada como imagen-mercancía.

Nueva exposición 'La máscara nunca miente' en el CCCBPussy Riot, Acción Punk Prayer de Pussy Riot en la catedral del Cristo Salvador de Moscú, 2012. Cortesía de Pussy Riot

Apocalipsis

Nuestro presente apocalipsis ya fue: las imágenes de las ubicuas mascarillas son muy similares a las que han quedado como testimonio de anteriores epidemias de peste, cólera o gripe española. Al igual que en el pasado, en algunos terrenos han emergido discursos que criminalizan y estigmatizan a los más pobres, donde la enfermedad se ha cebado con mayor intensidad. Y pese a la rapidez de la respuesta de la ciencia a la crisis sanitaria, también hay quienes han preferido encomendarse a la fe o al pensamiento conspiranoico.

Nueva exposición 'La máscara nunca miente' en el CCCBGrabado de Johann Bennedikt Wunder, c. 1932 Biblioteca de la Wellcome Collection, Londres

Sin embargo el rostro enmascarado, tradicionalmente asociado al peligro, la clandestinidad y el secreto, identifica al miembro solidario de una comunidad que se reconoce vulnerable; y es el rostro desnudo el que perturba y genera inquietud.

Nueva exposición 'La máscara nunca miente' en el CCCBLas autoridades chinas viajan por la nieve en una inspección sobre el COVID-19 a los residentes de una zona remota de Altai (Xinjiang, China). Imágenes de propaganda del gobierno chino dirigidas al extranjero. 19 de febrero de 2020. EFE/EPA/A RAN CHINA OUT. Agència EFE

Artistas en La máscara nunca miente

Félicien Rops, Lavinia Schulz, Leonora Carrington, Kati Horna, Marcel Janco, David Lloyd y Lourdes Grobet, entre otros, conviven en el espacio de la muestra con nuevas producciones artísticas realizadas ex profeso por Nico Roig, Martí Riera Onliyú, José Lázaro, Joaquín Santiago, Fernando González Viñas, Dostopos, May Pulgarín (Tropidelia), Las Migras de Abya Yala, Domestic Data Streamers, Antoni Hervàs, Beatriz Sánchez y Gitano del Futuro.

Como dice Servando Rocha: “bajo las mascaras nuestra identidad queda en secreto y somos capaces de hacer realidad nuestros deseos más prohibidos con cierta seguridad. La máscara no es pasado, como tampoco miente”.

Nueva exposición 'La máscara nunca miente' en el CCCBLarry Fink, Serie de fotografías Black Mask, New York City, 1967. Larry Fink Studio

Nuestra vida ritualizada cotidiana ahora está llena de prácticas enmascaradas: caricatura, camuflaje, disfraz, intercambio de caras, mimetismo, protección, ridículo, maquillaje social y transformación, máscaras al fin y al cabo. Y La máscara nunca miente propone una mirada a la remodelación radical de nuestra múltiple historia que se lleva a cabo en estos tiempos de inclusión, paridad, cooperación, alteridad , pero también de pandemia y revueltas, de  identidades socio políticas, sexuales y trascendentales, indagando sobre los procesos actuales en los que cambiamos de forma.


La máscara nunca miente
15 diciembre 2021 — 1 mayo 2022
Centre de Cultura Contemporània de Barcelona, Montalegre, 5 – 08001 Barcelona

Fin de semana inaugural de puertas abiertas, 18 y 19 de diciembre. Entrada libre con reserva en la web del CCCB

www.cccb.org