La locura electrónica de Ojo Último

Ojo Último: el proyecto de electrónica más loco, extravagante e intrigante de nuestro país.

Ojo Último es un proyecto musical creado por Sergio de Pablo (37) y, podríamos decir, es el grupo de electrónica ¿pop? más loco, extravagante, intrigante, original, atípico e inefable dentro de nuestras fronteras. Hablamos con Sergio justo antes de una pausa con el proyecto musical porque, tal como él mismo nos explica más abajo, “Eso para el cerebro es como comer fruta y hacer ejercicio.”

En la primera edición del festival FITUR de Madrid os vio en directo y en primera fila, mucho fan joven del trap, ¿cómo os sentisteis con este bolo? Fue bastante divertido verlo desde fuera. Era muy consciente de esta jugada. Y efectivamente sucedió algo que me esperaba. Venían a ver grupos de trap y aparece este show bizarro que no se esperaban para nada. Es cierto que era un público muy estático, pero sobrevolaba un WTF inmenso. Yo estaba muy cómodo porque veía que no se daba una valoración en plan me gusta o no me gusta. No daba para eso. Estaba como todavía intentando entender qué mierda estaba pasando. Qué era eso. Y para cuando acabó el concierto todavía no había dado tiempo a encajarlo, por lo que esa tensión se mantuvo todo el tiempo. En este sentido me parece que sucede algo muy valioso. Muchas veces se programa sin originalidad porque uno quiere darle a la gente lo que se supone que quieren ver. Y está bien. Es muy sensato pero mola mantener un porcentaje de novedad y riesgo. No darle al público lo que se supone que están esperando ver es lo que hace valioso a un artista y por extensión a quien lo programa. Y como jugada arriesgada es cierto que podría no funcionar. Pero cuando funciona sucede algo poderoso. Es un regalo poder encontrarse con algo que no sabías que existía y que te gusta.

Me habéis comentado que vais a aislaros un tiempo en las montañas para preparar nuevo trabajo ¿por qué? En los últimos años hemos trabajado mucho en Madrid. Hemos estado muy presentes tanto en el panorama musical como en el escénico. Y nos hemos agotado un poco bastante. Además, cada vez que hago un disco o un espectáculo nuevo, todo pasa por un proceso de investigación y concentración muy fuertes. Es como una inmersión muy obsesiva de la que vuelvo con una perspectiva nueva que luego hay que elaborar. Madrid a mi ya no me permitía mantener la concentración. Es muy eléctrico y activo. Y nosotros estábamos en una especie de epicentro cultural. A día de hoy llevamos ya un par de semanas en un pueblecito muy pequeño de Castilla. Y es increíble cómo se aclara la cabeza. Creo que ha sido y va a ser un movimiento clave. No es la primera vez que lo hago y siempre sale bien. Viví dos años en medio del monte en la Alpujarra, en zonas remotas de montaña en California, Perú o Brasil. Son vivencias muy intensas al llegar porque todo el tinglado vital que tenías montado se desmantela un poco (bastante) y hay que reestructurar la vida. Eso para el cerebro es como comer fruta y hacer ejercicio.

Sois un proyecto de electrónica muy berlinés, en todas las acepciones de la palabra, ¿qué opináis de esto? Ohh. Sorpresa. No lo sabía. Ni siquiera he estado casi en Berlín. Desde luego no lo he habitado en profundidad. Sí que he vivido mucho la cultura underground y los garitos techno en Madrid. Supongo que los Berlineses eran los de las fiestas a las que iba. Y me influyeron a mi de segundas. En cualquier caso, de lo del techno rescato la cosa nocturna, ceremoniosa y colectiva. Su profundidad y los estados asociados a las sustancias que lo caracterizan. En formas distintas pero con la misma esencia, es lo que he encontrado y vivido en Brasil y Perú con ceremonias musicales como las de ayahuasca, o de manera distinta en Estados Unidos. Creo que hay una línea que une todos estos puntos. Y que esta tiene que ver una especie de liturgia muy pasada por el cuerpo. El trance, lo dionisiaco, lo misterioso, lo colectivo.

¿Cómo nació Ojo Último? Llevo muchos años en la música, con otros proyectos y con otros instrumentos. Toqué la batería, la guitarra. Luego empecé con la voz y con la música electrónica. Siempre he estado haciendo canciones. Estuve como cinco años trabajando en esta trilogía. A mitad de camino aun no tenía el nombre. Estando en México, saqué el nombre de un horóscopo de Internet. El de Rob Brezsny (está en inglés). Lo recomiendo te parezca lo que te parezcan los horóscopos. Esa semana proponía una serie de personajes ficticios entre los que se encontraba un luchador de lucha mexicana que se llamara Ultimate Eye. Traducido al castellano: Ojo Último. Poco a poco ha ido emergiendo el espíritu del proyecto. Su tono y su energía. Un momento clave en este proceso fue el pasar un mes entero tomando ayahuasca en la selva de Perú. Allí pasaron muchas cosas de las que van apareciendo en las letras, la música y el espectáculo. Creo que ahí fue donde el proyecto Ojo último (y yo mismo) terminó de gestarse. En cuanto volví a España empecé a trabajar exclusivamente en terminar la trilogía y me tomó un año más hasta que estuvo lista. En el último año, a partir de la colaboración con Lara Brown, que es una performer portentosa y profunda conocedora del ámbito escénico, se ha incluido el elemento escénico y performativo a los directos, dándole una capa más todavía al proyecto.


¿Quiénes formáis el proyecto? En esencia soy yo el que hace la música y los espectáculos y el que tiene la visión del proyecto. Mi colaboración con Lara Brown empezó siendo yo el músico de una de sus piezas. A partir de ahí resultó un encuentro crucial y dese ahí fundamos SUGA, el colectivo escénico desde el que todo este universo se despliega en formato escénico o teatral. Nuestras vidas y nuestros proyectos acabaron tan mezclados que es difícil distinguir ya uno de otro. Esta familia la completa espiritualmente Julio Linares, pintor y autor de las portadas de las dos primeras entregas de la trilogía. Convertido a performer en nuestros primeros shows juntos, porque sí. Hay más gente implicada, Silvia Apaza nos ayuda con la oficina y con la parte más de empresa, Jimena Perez Salerno es otra performer que está viniendo a los nuevos shows… A medida que el proyecto va creciendo si se va armando una familia. Y me gusta funcionar así.

A nivel estético tenéis un concepto único y muy concreto, ¿cómo definiríais vuestra estética? ¿en quién os habéis inspirado? Pues es una mezcla entre algo psicodélico pero a la vez toca con algo como una peli de David Lynch en el sentido que no es fácil distinguir si estás en la mente de algún personaje, o en un sueño o en la realidad. Y son un poco todas al mismo tiempo. Es como un territorio mítico o arquetípico. Creo que en última instancia mi intención es materializar un territorio imaginal. Como tener un viaje alucinógeno y después recrear ese mismo escenario. Su atmósfera, su extrañeza, su intensidad. Como si fuese una droga musical. Como ver la cabeza de alguien por dentro. No el cerebro. Lo otro.

¿Cómo escogisteis trabajar con el colectivo que está con vosotros en directo? ¿Por qué ellos? De esto te hablaba ya un poco arriba. Julio es mi mejor amigo desde hace mucho tiempo. Nos conocimos en Brasil. Viajando. Junto con Lara somos los tres una especie de núcleo familar. Ya te decía que siempre estamos en los trabajos de los otros. Cuando Julio expone, o en las piezas de Lara. La decisión de trabajar con Lara fue simple, porque es la mejor performer de España, así que era una suerte tenerla en escena. Luego decidimos incluir a Julio tanto en Ojo último como en SUGA, básicamente porque puesto a hacer cosas, queríamos hacerlas juntos. Cuando el proyecto fue creciendo y se hacía más demandante, también aparecían nuevas personas que conectaban con nosotros de manera importante y se iban sumando o acompañándonos de distintas formas. De alguna manera, la elección, si es que fuera tal, viene muy determinada por lo personal. Antes de trabajar juntos se da un conocerse y conectar y a medida que van surgiendo conciertos y situaciones, la decisión de colaborar cae por su propio peso.

¿Creéis que Ojo Último es para un público nicho o para todos los públicos? Creo que sí. Definitivamente. No digo que tenga que gustarle a todo el mundo, porque para eso hay gustos y preferencias distintas y cada uno es un mundo. Pero sí creo que Ojo último no es una propuesta minoritaria. Creo que la visibilidad y el tiempo corren a nuestro favor. Que la propuesta juega un punto entre lo comprensible y bailable y lo experimental e hipercomplejo. Y ver algo que entiendes inmediatamente pero que además sabes que puedes seguir indagando más capas, es algo que genera una especie de enganche, una motivación y un deseo. Bueno, esto es una respuesta psicológica a la pregunta. Podría decir también, que para nuestra sorpresa, cuando ha habido niños, muy pequeños, en los conciertos, lejos de abrumarse, lo han acogido como si se les hablase en su idioma. Pero bueno, eso es porque los niños pequeños están locos. Pero sí, creo que es muy para todos los públicos.

¿Qué tres palabras no musicales definen a Ojo Último? Guerra, amor y sexo.

¿Qué estáis escuchando ahora mismo? Las maquetas de mi próximo disco. Antes de esto: Kanye West, Nills Frahm, Elisya Crampton.

Planes para 2019. Terminar disco nuevo en breve. Publicarlo en la segunda mitad del año. A finales, ir de gira a México y Argentina.

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