PARIS FASHION WEEK II

LA MIRADA DURA DE ALEJANDRO GUTIÉRREZ A LOS DESFILES PRIMAVERA VERANO 09 DE PARÍS

Es cierto que un desfile en las pasarelas de ciudades como Milán o ParÍs no siempre tiene que ser impactante, ni ofrecer nuevos aspectos en la creación de moda para que este merezca la pena, o te recompense porque la colección haya sido increíble o el desfile sea todo un espectáculo. No olvidemos que esa presentación que dura un breve instante inundará las paginas de las revistas que compramos para que deseemos esas colecciones y nos animemos a comprarlas (en su defecto podremos comprar la segunda línea o el perfume). Pero es incomprensible cuando, aun sabiendo del la proyección que tendrá, los diseñadores/marcas presentan colecciones que son más bien mediocres y que no nos sorprenden ni por creatividad ni como espectáculo. Ese ha sido el caso de John Galliano este año por doble partida, tanto para Dior como para su propia firma. Después de ofrecer colecciones masculinas que son feroces tanto en presentación como en imagen, para mujer ha presentado colecciones que cualquier diseñador podría haber presentado, cualquiera menos él, acostumbrados a su derroche visual.

En el caso de Dior se refleja un intento de captar un público más joven y trendy que pueda comprar sus creaciones. Pienso que su prêt-à-porter se ha visto relegado a una cliente más adulta que hace que la marca no sea deseada por clientas potenciales entre 25-35 años, por parecer “mayor”. Hay muchos diseñadores que dicen que cuando eres mayor no puedes intentar vestirte como si tuvieras 15, aunque no conozco a nadie mayor que a través de la ropa quiera aparentar la edad que de verdad tiene. El propósito de todo esto es favorecer, ¿no? Pues bien, en Dior ocurre eso haciendo figuras mucho más body conscious, con referencia a diseñadores como Alaïa, con cuerpos ceñidos, cinturones,transparencias, vestido suaves o dos piezas…, siluetas que llegan a ser un poco repetitivas al fin y al cabo.

Para la firma John Galliano, como buen gibraltareño, su inspiración ha sido la reina madre y el caricaturista James Gillray de hace ya unos siglos que, a través de su arte, criticaba los asuntos políticos y sociales de la época. Si pretendía tener una inspiración rebuscada, este es un claro ejemplo. En general, la colección estaba impregnada con un aire británico ya sea por sombreros de beefeater o napoleónicos (todos hechos por el sombrerero Stephen Jones) o por los estampados propios de la campiña inglesa, que al menos otorgaban a las piezas ese aire romántico de la epoca en la que Galliano se basaba. Pero en cuanto a formas, las piezas que desfilaban no hacían mas que ofrecer un bucle de éxitos pasados, prendas imposibles de llevar, combinaciones de colores nada innovadoras (rosa-naranja) y tendencias ya un poco fuera de lugar (como la parka). En general, algo de lo que no estamos acostumbrados en la genialidad de John Galliano y que precisamente no será recordada como una de sus mejores colecciones.

Al igual que Ferré, la marca francesa Chloé estrenaba nueva directora creativa: Hannah MacGibbon, antigua asistente de Phoebe Philo, la exitosa diseñadora que hizo de Chloé una de las marcas mas deseadas en su momento (siguiendo, nunca mejor dicho, la estela de Stella McCartney). El cambio, por el contrario, no se debía al fallecimiento de nadie sino a los bajos rendimientos que Chloé estaba obteniendo en las últimas colecciones, y con la plena confianza de que alguien relacionado con Philo volvería a dar el brillo que tuvo en su momento. Pues creo que no, brillo ninguno. Me parece que la colección es muy dura de digerir en siluetas y colores, a pesar de esos acabados como galletas que dan ganas de morder. Chloé también ha sido muy fuerte en accesorios, en esta ocasión no tiene ningún protagonismo y llegan a ser muy anónimos como las sandalias planas y los tacones sin ninguna señal de identidad. Lo que más gracia me hace es que cuando tengo la ocasión de observar por primera vez a la que diseñará las próximas colecciones de la firma, esta tiene un look bastante más atractivo que sus propias creaciones: Hannah ataviada con un microshort denim y una botas de caña alta y tacón. Ya podría crear su sello impregnando un poco de ella misma en sus diseños aunque démosle cancha para ver que nos ofrece en el próximo desfile, tampoco se puede tener éxito la primera vez, ¿no?

La línea paralela de Prada y supuestamente más asequible Miu Miu (que curiosamente roza los precios de Prada) presentó en París una colección llena de siluetas que eran muy similares entre sí, basándose en vestidos o en la combinación de tops y faldas, todo con el fin de crear un look sencillo que evolucionaba con los estampados de mosaicos romanos o con la ausencia total de color. En su propuesta se refleja un espíritu más femenino de lo que estamos viendo en la campaña de publicidad para este otoño invierno 2008 con Vanessa Paradis.

El elemento que me llamó la atención y que hace que recuerde la colección es el pequeño delantal plisado, liso o estampado que ha incluido en faldas y vestidos. Me sorprende que Miuccia haya propuesto este detalle un poco sexista. Esta pieza esta en casi todas las salidas como un accesorio nada estridente y perfectamente combinado con el resto de las piezas… quien sabe, a lo mejor estamos asistiendo al nacimiento de un nuevo accesorio que todas las cadenas de ropa como Zara o H&M acoplarán de manera sutil.

Para Chanel, Karl Lagerfeld volvió a utilizar el aura que hay sobre la firma utilizando los elementos clásicos que la hacen tan reconocible, evitando parecer antiguo, o meramente una copia. Muestra de esto es ver como vuelve al origen de todo: la fachada de la tienda Chanel en Rue Cambon dentro de la misma pasarela, donde las modelos entraban y salían como si se trataran de las clientas de alta costura que una vez tuvo la casa.

Es indudable que Lagerfeld da a Chanel ese toque que renueva a la marca constantemente con pequeños detalles como hacer una guitarra o crear bolsos que emulan las bolsas de papel que te dan en las tiendas (que serán un éxito rotundo y habrá lista de espera para conseguir uno). Todo sin dejar de emplear esos otros detalles que lo hacen tan reconocible como el bouclé, las camelias o las perlas. A pesar de estas repeticiones, la colección de Chanel sin duda gustará a la mujer que siempre lo ha comprado otorgándole ese chic parisino con efecto optical de blancos y negros, salmón y tonos rosas muy suaves. Después de una colección mas agresiva para el publico de Chanel con Amy Winehouse como punto de referencia, Lagerfeld se ha dado cuenta que no hay nada mejor que reinterpretar lo que Coco Chanel hizo en sus días de esplendor, sobre todo en unos momentos en los que hay que apostar por un valor seguro.

Como broche final, unos cuantos modelos masculinos “achanelados” a imagen y semejanza de Karl, un homenaje a sí mismo.

Fotos: Estrop / Carles Cubos