La Semana de la Moda Masculina de París, más femenina que nunca x Ignazio Arizmendi
La semana del 26 al 30 de julio asistimos una temporada más a los desfiles de la semana de la moda masculina de París, presenciando un gran abanico de propuestas interesantes para la próxima temporada SS 2014. En líneas generales podríamos considerar el momento que vive la moda masculina en París como absolutamente creativo, donde las adaptaciones, préstamos e interpretaciones del armario femenino son una constante para todos los creadores, la flexibilidad de género nunca había vivido un momento como el actual, en el cual todos los creadores tienen algo propio que aportar con respecto al tema.
Fotos: Estrop /Edward Auden
Thom Browne deleitó nuestra imaginación con un show en la Escuela Militar de París donde tuvo lugar una particular ceremonia en la cual andróginos soldados de juguete marchaban a ritmo robótico para introducirse en cajas de cristal y mantenerse en guardia, portando uniformes militares de corte femenino, chaquetas que acaban convirtiéndose en vestidos y botas militares con tacones, todo ello con un twist de ironía que nos evoca a “La Caída De Los Dioses” de Luchino Visconti. Para finalizar esta onírica ceremonia, aparece en escena un soldado portando una bandera blanca entre sus manos, cuyo vestido tiene una cola de 10 metros de largo, la cual es sujeta por otros dos soldados, como si de una novia que se dirige al altar se tratase, hasta que llegan al centro del escenario donde la iza y comienza a sonar “All You Need Is Love” de The Beatles, ceremonia a medio camino entre un ritual militar y una boda en el País de las Maravillas.
Hedi Slimane vuelve a demostrar el cuidado y atención que pone, hasta el más mínimo, en su tutela como director creativo de la firma Saint Laurent, comenzando por la invitación, libreta diseñada por el artista abstracto Matt Connors, para que los asistentes pudiéramos tomar nota de lo que allí presenciamos, pero me da la sensación de que ninguno apuntó nada para poder guardar la libreta intacta cual objeto de coleccionista. Grandes paneles de luces a los lados de la pasarela se izaba a varios metros, como si de un concierto de Rock se tratase, comenzó a sonar “Fire Doesn’t Burn Itself” de Sam Flax y un séquito de referencias al pasado comenzó a pasear entre el público: Rockabilly, Teddy Boys, Ska, Disco, Glam Rock, Grunge 50s, 70s, 90s… y ante todo el aura de David Bowie dispersa en el ambiente, como si de un perfume se tratase. Hedi tiene una visión muy clara de lo que quiere y consigue ejecutarlo de manera insuperable temporada tras temporada.
El diseñador americano nos hizo quedarnos boquiabiertos una vez más con su nueva colección “Vicious” acompañado por la actuación de la banda de death metal Winny Puhh, quienes representaron a Estonia en el último festival de Eurovisión y formaron parte integrada de la performance que el desfile en sí supuso, en la cual los componentes del grupo acaban colgados del techo por una pierna boca abajo. El negro con breves pinceladas de blanco es el color predominante para una colección de cortes sencillo y efectivos; transparencias, cremalleras, cuero y flecos. Blanco o negro, Rick nos transmite su visión extrema que no entiende de grises con modelos rapados o con el pelo largo, todos ellos luciendo las esperadas zapatillas en colaboración con Adidas. Todo muy lunar, bravo una vez más.
Como colección no es lo más brillante que hemos visto de Kris Van Assche para la casa francesa hasta la fecha, de hecho después de haber presenciado su mejor propuesta futurista para esta temporada FW 13/14, cualquier cosa nos va a parecer peor sin lugar a dudas. Pero el punto fuerte viene de la mano de la presentación del show y la puesta en escena: un laberinto de espejos como escenario, donde los modelos se pasearon hasta quedarse situados en posiciones estratégicas donde el público pudo apreciar diferentes aspectos de las prendas desde todos los ángulos posibles, como los elementos de patchwork reminiscentes de la obra de Mondrian, los cuales ya fueron utilizados en su día por el propio Christian Dior en la década de los 60 para sus creaciones femeninas. Todo ello acompañado de la banda sonora “Paninaro” de Pet Shop Boys.
Asistimos a la presentación de la colección “Uniform” del diseñador coreano en el Palais de Tokyo para deleitarnos una vez más con su particular mirada sobre la moda masculina, reinterpretada para la próxima temporada como una constante yuxtaposición de polos opuestos: masculino/femenino, ancho/estrecho, deportivo/arreglado con lo que consigue contarnos la misma historia que ya ha sido contada por tantos pero dándole vida de una forma totalmente renovada. Los accesorios como las pulseras son capaces de darle ritmo y un toque arquitectónico que refuerza más todavía si cabe las formas armadas de los hombros y los cortes de las anchas mangas, en contraposición siempre con los micro shorts ajustados, que ayudan a dar un efecto Hulk Chic.
Riccardo Tisci nos ofreció una nueva entrega del armario masculino Givenchy, en esta ocasión simplemente variando los estampados de las prendas y manteniendo su estructura básica consistente en superposición de pantalón corto sobre pantalón largo o leggings, camisetas, sudaderas y chaquetas atadas a la cintura, fruto de su colaboración desde hace años con el estilista Panos Yiapanis, con el que ha creado la fuerte identidad del hombre Givenchy, el cual según palabras del propio Tisci: “está muy seguro de su masculinidad y no tiene miedo a jugar con prendas provenientes del armario femenino”. Nos presentó un hombre Givenchy llevado a otro nivel, un híbrido entre un guerrero africano y un nerd obsesionado con los la tecnología, de ahí provienen los estampados de circuitos electrónicos de ordenadores de los años 70, según la investigación que el creador ha llevado a cabo para desarrollar esta colección que en algunos momentos roza el universo creativo de diseñadores como Walter Van Beirendonck.
Walter Van Beirendonck presentó su colección “Home Sweet Home” en la Ópera Garnier de París, inspirado por la decoración de su casa en Antwerp, ha concebido un concepto que torna entre lo naïve y lo surrealista: trajes de chaqueta estampados con grandes bloques de color y dibujos, como si hubieran sido pintados por un niño. Los modelos lucieron un clásico peinado con ondas al agua cubierto de purpurina dorada, además de tocados de mimbre creados en colaboración con el sombrerero Stephen Jones. Zapatos estilo Luis XV con dibujos de penes en la lengüeta, más Van Beirendonck imposible.
La diseñadora minimalista belga también es una mujer de contrastes, en esta ocasión nos propone un hombre bucólico y pretende rescatar la tradición de tener tiempo para arreglarse los domingos, deducimos que de una manera divertida, tal vez para asistir a un espectáculo de circo con chaquetas y pantalones plagados de anchas rayas verticales rojas y blancas o negras y blancas, chalecos con interminables abotonaduras cubiertos de bordados florales y sombreros que nos hacen soñar con las primeras décadas del siglo pasado, principescos atuendos que afirman una vez más la identidad de Ann Demeulemeester.
Como si de una colección ideada para Sébastien Tellier se tratase, modelos de largas y pobladas barbas comenzaron a mostrarnos los looks de Maison Martin Margiela para el próximo verano: gama cromática deslavada que va desde los blancos, pasando por los grises llegando a los negros, con sutiles pinceladas marrones hasta llegar al punto álgido de color azul eléctrico. Andróginas siluetas portadas por modelos más skinny como Cole Mohr o Gryphon O’Shea, marcadas por partes de abajo de americanas recortadas y reutilizadas a modo de falda con un cinturón sobre pantalones y sus ya básicos pantalones en degradé y zapatos pintados a mano con brocha gorda hacen que la marca se mantenga viva temporada tras temporada, a pesar de que su fundador ya no ejerza como tal.
La creadora japonesa Rei Kawakubo vuelve a reinterpretar una vez más sus códigos de vestimenta manteniendo su esencia intacta, como si de aquel desfile del 81 se tratase. En esta ocasión en contraposición con su anterior entrega en la que el mensaje era optimista en todo momento, los modelos portaban orejas de Mickey Mouse y los tonos pastel inundaban la pasarela. Ahora podemos percibir un mensaje de mutación, en el que los looks están organizados en una estructura diferenciada por tres claras fases: Al principio son siniestros utilizando gran cantidad de capas oscuras, transmitiéndonos fragilidad y frialdad, acompañados por un maquillaje vampírico, para poco a poco dejar aparecer prendas coloridas hasta llegar a los dos looks centrales estampados multicolor para mutar nuevamente hasta concluir con los look blancos finales, como si de una mariposa que sale de su crisálida se tratase.
Un sentimiento oscuro fue el que nos transmitió también el diseñador japonés Tatsuko Horikawa a través de su firma Julius, con una propuesta presentada en la galería de arte Aboucaya, la cual baila entre el blanco y negro con mayor inclinación hacia la segunda en cuanto a la propuesta cromática; cuero, cremalleras, experimentación en los cortes de cuellos y siluetas con tendecia trapezoidal en los hombros, creando interesantes caídas y juegos de volúmenes.
La propuesta presentada por Raf Simons en la Gagosian Gallery estuvo repleta de largos polos que los modelos lucieron a modo de cortos vestidos, minifaldas y shorts, todo pasado por un prisma masculino que hace que se mantenga un equilibrio muy proporcionado en todos los aspectos: “This Is The New Shape” como reza una de las camisetas. Estampados Pop Art y colores flúor que nos hacen soñar con la época rave y absolutamente indispensables las nuevas zapatillas en colaboración con Adidas.
No sabemos exactamente qué ha podido sucederle al diseñador croata, puede que haya tenido algo que ver que haya estado desbordado de trabajo debido a que la semana anterior a la presentación de su colección masculina SS14, presentó en la feria Pitti Immagine de Florencia su primera colección Resort femenina, el caso es que no percibimos por ninguna parte aquel espíritu romántico y etéreo del Doma de hace no demasiadas temporadas, cuyas creaciones se caracterizaban por prendas de interminable caída, gran cantidad de capas y sofisticadas superposiciones que nos hacían soñar con otros lugares y otras épocas, las cuales han dado paso a piezas aburridas y simples pero sin pasar a ser más funcionales que sus anteriores creaciones, lo cual puede ser considerado como terrorismo estético, en el sentido negativo de la expresión.
