Pepa Salazar encuentra inspiración en tiempos de confinamiento para crear su nueva colección. Lo cotidiano está de moda
La diseñadora Pepa Salazar, afincada en Madrid, no ha sido diferente a cualquiera de nosotros. Durante el confinamiento también se ha entregado a los placeres de la introspección animada por el encierro y la calma chicha. Su viaje interior dio el pistoletazo de salida en forma de unos viejos maillots de danza clásica, algo parecido a una metáfora proustiana materializada en un formato más chic que el recordado sobao de la abuela. Ese encuentro fortuito con aquella prenda de la que no se desprendió y que se había convertido en un inesperado pero cool uniforme de “andar por casa” iluminó la mente de la diseñadora hasta el punto que se encontró con la inspiración de su próxima colección.
El mundo está en apuros y la moda tiene el deber de encarar estos nuevos tiempos que se avecinan cuestionando los conceptos tradicionales de lo que se considera (o no) práctico. Esa parece ser la línea de discurso seguida a la hora de diseñar su nueva colección. La gente necesita ropa útil, que le sirva en su día a día y le aporte la comodidad necesaria dejando las frivolidades y los excesos a un lado.
La calidad y la versatilidad de las prendas son el eje vertebrador de una colección que mezcla el sportswear y el ready to wear, con el objetivo de que una prenda pueda encajar en cualquier hora el día, en cualquier reunión o evento social o laboral. Atrás quedan las tendencias, las modas, lo efímero y lo desechable. Salazar ha preferido apostar por lo duradero; por prendas que supongan una inversión a largo plazo y aporten la seguridad que en muchos otros aspectos de la vida no se puede conseguir. La fragilidad del mundo es lo que ha llevado a la diseñadora a crear una colección con aspiraciones duraderas y que sea ejemplo de la responsabilidad del mundo de la moda en tiempos tan difíciles como estos.
Pepa Salazar quiere reaccionar al gran cambio social que se ha producido este 2020 y la consecuencia es esta colección protagonizada por materiales como la licra el terciopelo o el satén que son capaces de componer siluetas ceñidas y al mismo tiempo, prácticas y cómodas. Cortes futuristas “mech”, drapeados o conjuntos de dos piezas estilo oversize conforman una apuesta segura decidida a responder a todo aquel que invierta en ellas.
