PSHYCOTIC BEATS DORMIHCUM, SEGUNDO TRABAJO DEL PRODUCTOR MADRILEÑO

Para ejemplo de superación, el suyo. Andrés Costureras, el verdadero hombre detrás de Pshycotic Beats, hace dos años debutó en lo musical con un trabajo titulado “Rexer Flash” que se valió de la electrónica instrumental para narrarnos como su vida cambió radicalmente en el momento en el que le detectaron un trastorno obsesivo que le hizo prisionero de las pastillas. Sin embargo, lo mejor del asunto es que lejos de autolamentarse de la desdicha, la cual sabe que le acompañará crónicamente durante el resto de su vida, el madrileño encontró en la música un antídoto para sobreponerse, una razón de peso para reírse de su situación. Teniendo claro desde un buen principio que iba a desarrollar una trilogía alrededor de los nombres de los fármacos que consume, ahora Costureras nos sorprende con su segunda entrega, “Dormihcum”. Y lo de que ‘nos sorprende’ no lo decimos a la ligera, ni mucho menos, ya que el artista a lo largo de estas nueve canciones expande su sonido y, lo que es más importante, incluso canta (de lujo, todo sea dicho). “Me aburrí de los instrumentales. Por ello, sabiendo que podría cantar, intenté hacerlo como aquellos artistas que me gustan. Cuando empecé a desarrollar la idea sentí muchísima inseguridad porque no se lo había comentado a nadie. No obstante, una vez la gente ha podido escuchar el resultado, me han hecho comparaciones algo alarmantes. Que si David Bowie, que si Scott Walker… Lo de alarmante no lo digo porque me pongan parecidos con ellos, sino porque me parece algo exagerado todo ello y aún no me entra en la cabeza”, bromea el músico acerca de esta nueva faceta que tan callada se tenía.

PSHYCOTIC BEATS

“Dormihcum” es un filme musicado sobre la demencia, una fascinante ficción sobre el sueño y la muerte que nos narra la historia de un hombre que ingresa en una institución psiquiátrica ubicada detrás de los nichos de un cementerio. Pero que nadie se alarme porque no todo es tan tétrico como parece a primeras. Metiendo en el mismo saco el melodramatismo característico de los musicales (“Let Me In”), las premisas de la era disco más enlatada (“Implosion”), la sombra italo de Moroder (“Rooms”) o el dance punk de LCD Soundsystem (“Tigers Fighting Spiders”), Costureras construye una auténtica montaña rusa de emociones que desde el primer momento consigue atrapar al oyente por su genuina sinceridad. “El disco tiene momentos de luz puntuales, pero para mí es más oscuro que ‘Rexer Flash’. A raíz de mi trastorno obsesivo, mi cabeza es como una lavadora centrifugando a lo bestia. Ese es el motivo por el que me valgo de la música para canalizar toda esa mala energía. No me siento delante del ordenador para ver qué pasa: todos los temas los compongo de cabeza porque allí es donde se encuentran las maquetas”, confiesa Costureras sobre esta nueva colección de temas en la que podemos encontrar, a su vez, secundarios de lujo como Patti Deluxe (quien interpreta ese imprescindible homenaje a las girl bands de la Motown titulada “Killer Shangri-Lah) o Frank Vurdalak. El panorama nacional pide a gritos discos igual de fascinantes que este.