EXQUISITAMENTE ESQUIZOFRÉNICO

La voz de Demian nos habla a gritos: “Menos. Dispara. Zona Muerta. Vienen a por ti. Lacras. Derrota”. Y así, hasta 12 cañonazos de punk incisivo reencarnado en el cuerpo y el alma de Juventud Juché, trío almeriense afincado en Madrid que presenta su primer álbum de estudio Quemadero (Gramaciones Grabofónicas / Sonido Muchacho, 2013). Ruido ensordecedor de un noise bien elaborado, del que no se justifica, del que sale innato. Se alzan unas guitarras hirientes que, acompañadas por el bajo todopoderoso, se comen a una lírica de discurso apocalíptico. En un castellano apenas perceptible, juegan a mandarnos mensajes subliminales a ritmo hipnótico: “No hay defensa posible, estamos todos dentro”, como reza “Defensa”, el corte que abre el disco. Furia, ira y rabia desde cada una de sus génesis, hasta cada uno de sus desenlaces. Porque los temas de Juventud Juché no terminan, sencillamente desaparecen, cortan por lo sano con la realidad en su punto más álgido; escúchese “Haz la mantis” y “Levanta”. La banda, con una demo inicial en 2012 y dos EP’s a sus espaldas, se encuentran a medio camino entre el punk callejero de contracultura (“Menos”) y el post punk oscurantista de la Inglaterra de los 70, patente en los 16 segundos de instrumental al inicio de “Zona Muerta”. Hacen enmudecer. “Levanta”, como hicieran en su día Parálisis Permanente, nos lleva de la mano por un pasadizo tétrico que desciende hacia todo un laboratorio de horrores sónicos y cortantes. A base de luces intermitentes, el camino viene marcado por imparables breaks de batería que, en ocasiones, comparten punzante percusión con pequeños impactos étnicos visibles en canciones como “Derrota” y “Siempre”. Christian Death estaría orgulloso, aunque Juventud Juché son más de Gang of Four y Fire Engines. Musicalmente hablando, y lejos del adoctrinamiento político y el carácter panfletario, rozan el OI. Un claro ejemplo de ello es “Vienen a por ti”, con dejes de la escuela Riot y un mensaje a gritos echándote en cara que “aún no lo ves”. Sonidos sucios que suenan a urbe, a una cotidianidad enfurecida que toma aliento relativo para explotar instantes después como ocurre con la ampliada y brillante “Dispara”, la alienante “Lacras” y “JGZ” que cierra el disco. En definitiva, con Quemadero se abre ante nosotros una magistral lección de punk. De tempos acelerados hasta el extremo, de los que hacía décadas no sonaban por estos lares y que ahora resucitan como “Restos de un Incendio”.

Juventud Juché presentará este próximo sábado, 21 de diciembre, su nuevo disco en la sala Wurlitzer Ballroom de Madrid, junto a Fabuloso Combo Espectro y Ginferno.

Juventud Juché – Lacras from Gramaciones Grabofonicas on Vimeo.