Radiohead son historia de la música y, quizá, de las bandas más importantes de los últimos 30 años… Y así fue su primer concierto de cuatro en Madrid. Un privilegio verles después de su parón de 7 años.

Radiohead es la banda británica de art rock, alternativo y electrónico que lleva en activo desde 1985. Aunque no fue hasta 1992 que empezó su auge… Varios discos como Pablo Honey y The Bends confirmaron su talento pero OK Computer les catapultó a ser historia del rock. Anoche el Movistar Arena de Madrid se convirtió en el cuartel general de una experiencia intensa, envolvente y, por qué no decirlo, un poco mágica gracias a Radiohead.

Radiohead demuestran por qué son los reyes en Madrid

Era su primera parada española de la nueva gira —tras siete años sin actuar juntos— y la expectación se respiraba desde mucho antes de que bajasen las luces.

1- El ambiente y la espera

Desde las 18:00 h se abrieron las puertas. Dentro, un mosaico de generaciones: fans de la “vieja guardia” que llevaban camisetas del álbum OK Computer, y nuevos seguidores enganchados por las olas de sonidos atmosféricos que la banda lleva perfeccionando. Uno podía ver a personas que llevaban horas en la cola, con el brillo de “finalmente va a pasar” en los ojos. El sistema de entradas había sido estricto: registro previo, códigos y venta solo online para evitar reventa excesiva. Quizás eso elevó aún más la sensación de que estábamos ante algo especial, casi exclusivo.

Radiohead demuestran por qué son los reyes en Madrid

2- Cuando empieza el espectáculo

Sobre las 20:30 h (hora oficial de inicio). Y al instante la banda apareció, envolviendo el escenario con una atmósfera que combinaba lo íntimo y lo grandioso: las luces bajaron, la expectación creció, y la primera nota cayó como una señal de “somos nosotros de nuevo”.La puesta en escena no era ostentosa en exceso, pero sí muy cuidada: iluminación envolvente, ritmo medido, y una sensación de que lo que importaba era la música en su forma más pura. La voz de Thom Yorke flotaba, los guitarras de Jonny Greenwood se colaban en rincones inesperados, y la base rítmica marcaba cada pulso de cuerpo y mente.

3- Momentos para el recuerdo

Hubo clásicos que arrancaron aplausos colectivos: las melodías conocidas generaban un latido común entre los miles de asistentes. Tocaron un set list abarcando casi todos sus álbumes. Pero también espacio para sorpresas: temas menos habituales que hicieron que el público reescuchase con otros oídos y descubriera matices nuevos. Esa combinación de “quiero lo que conozco” + “quiero que me sorprendan” funcionó de maravilla. Uno de esos momentos fue cuando instrumento, luz y silencio se reunieron en un instante casi meditativo: se sentía que era un “respira, contempla, conecta”.

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4 – El público y la conexión

La energía era palpable: no un pogo incesante, sino un fluir de emociones compartidas. Gente cantando, gente escuchando con los ojos cerrados, gestos de reconocimiento mutuo sin mediar palabra. Madrid respondió con todo —y la banda lo notó. En un momento, Yorke lanzó un simple “gracias Madrid” entre canción y canción, y la respuesta fue inmediata: un aplauso que pareció durar segundos infinitos. Menos palabras, más música, más sentimiento.

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5- Algunas reflexiones finales

La vuelta de esta banda tan influyente no se sentía como un simple “regreso”, sino como un “renacer”. Después de la pausa, los proyectos paralelos, los años de silencio, volver a escena tenía que significar algo más que tocar las canciones antiguas. Y, al menos anoche, lo lograron.No fue perfecto —quizás porque nada lo es—, pero fue real. Fue un concierto que dejó marca, que te salió al encuentro si te dejaste llevar. Y en Madrid, con esa mezcla de historia, expectación y ganas, la magia se hizo visible.

Radiohead en Movistar Arena Madrid: 5, 7 y 8 de noviembre