Del dicho al hecho, hay un trecho… Y esto es precisamente lo que este artista catalán afincado en los Ángeles viene a contarnos en su proyecto “Ruinas del Habla”, una exposición que ya se mostró anteriormente en la 7ª Bienal de Mercosur de Brasil y en la de Mexico de este mismo año.
La exposición reúne un conjunto de obras, dos filmes, une serie de fotografías, una escultura, y una instalación, destinadas a cuestionar la puesta en escena de los falansterios -sociedades “perfectas”que se fundamentarían en la apuesta por el trabajo voluntario, eso sí, con jornadas infinitas- puestas en marcha por el representante del socialismo utópico Charles Fourier en el siglo XIX.
El artista, interesado una vez más por los espacios alterados, escoge para esta ocasión la experiencia llevada a cabo en Brasil por el médico francés y seguidor de Fourier, Benoît Jules Mury, haciendo incapié, con perspicacia y sutileza, en la contrariedad que resulta en ocasiones materializar una idea y pasar del escrito a la práctica (reflexión que cualquier cinéfilo no tardará en relacionar con un guión mal adaptado).
La decepción, la incertidumbre y la contemplación de lo que pudo ser y no fue, son sólo algunos de los primeros efectos una vez nos pasemos por la galería. Adrià Julià logra parar el tiempo en el momento preciso y fragmentar la historia de un experimento que tan sólo duró un año, llegando a demostrarnos que las utopías ya lo son por su propio nombre, y que empeñarse en hacerlas realidad no pueden sino acabar en el absurdo.
Texto: Daniel R. Mesa
Hasta el 5 de enero de 2011. Galería Soledad Lorenzo. Orfila, 5. Madrid.