Sandré, el grupo de Barcelona que lleva haciendo punk marciano desde 2018, despidel el 2020 con nuevo EP: Trunel

Sandré (@sandreband) despegó como grupo de punk marciano desde Barcelona allá por el 2018, hace poco más de dos años. Su platillo volante lo pilotan cuatro tripulantes: Rosa Pagès de 32 años, Carles Pons de 29,  Stefania Lusini de 34 años y Marc Torrent de 43 años. Hasta la fecha, Sandré había publicado un álbum de 11 temas en 2019: Ave Muñon. Este 2020, un año al que la banda desea mandar a la mierda, saca un nuevo EP con cuatro canciones y una peineta: Presión, que fue el single previo, Dinasaur, Mucho mejor y Casa. Un EP que ha sido editado por Snap! Clap! Club, BCore y Mama Vynila en vinilo purpura, color que define la imagen de Sandré, al menos en 2020. Los primeros en comprarlo en su Bandcamp recibirán un fanzine exclusivo con marcianadas varias. Una banda que te abducirá si te mola la música de CCCP, The B ‘52, Le Tigre, Ty Segall, The Fall, Nina Hagen, The Cigarrettes, Talking Heads o Amyl and the Sniffers.

Fotos: Marc Oller

Sandré y su nuevo punk marciano

Entrevista con los tripulantes de la banda de punk marciano de Barcelona: Sandré

¿Cómo se os ocurrió el nombre de Sandré para la banda?

Era una santa devota del café, la copa y el puro, pero sobretodo le gustaba fumar. En unas estampas medievales suele salir con un monton de ceniceros a su alrededor. Lo curioso es que en catalán “cenicero“ es “cendrer“ y se pronuncia como la Santa, Sandré.

¿Cómo se pronuncia de la manera correcta?

No, en castellano se pronuncia Aschenbecher.

Sandré y su nuevo punk marciano

¿Cómo surgió la banda? 

Pues no nos conocíamos, y un día, a cada uno de nosotrxs nos llegó un mail muy misterioso, que nos ofrecía un curro y nos citaba en el mismo bar. Después de esperar un rato, Rosa se cagó en todo en voz alta y llegamos a la conclusión que nos habían tomado el pelo. Nos presentamos, pedimos unas birras y al cabo de ocho rondas montamos la banda.

A la hora de trabajar, ¿cómo os organizáis? ¿qué hace cada uno? 

Rosa grita todo lo que puede mientras hace cuatro cosas a la vez, Carles imita a Beethoven con la guitarra, Stefi quiere salir en OT tocando el bajo y Marc se cree que toca la batería en una banda de jazz.

Sandré y su nuevo punk marciano

Antes de formar Sandré, ¿teníais otros proyectos musicales?

Carles dice que solo estuvo en una banda en su pueblo, pero todos sospechamos que tocaba con todas las bandas de los pueblos de su comarca. Rosa ha soñado tantas veces en tener una que ya tenía tablas antes de enchufar un micro. A Marc no le ha servido de nada la experiencia que tiene. Stefi tiene un gran maestro pero no le coge el teléfono.

Tenéis un look muy concreto y marcado, ¿cómo se os ocurrió esta vestimenta?

No sabíamos que teníamos un look. En cada cosa que hacemos intentamos parecernos lo más posible a los vestidos de Montserrat Caballé (e.p.d.).

Sandré y su nuevo punk marciano

¿Por qué lanzar vuestro primer EP a finales de este 2020?

Qué mejor que una buena dosis de tralla para terminar esta mierda de año gritando con nosotrxs, ¿no?

¿Y Trunel como nombre para vuestro primer EP?

Trunel es la humanidad viajando en patinete eléctrico por un intestino infinito lleno de mierda.

¿Quién os ha hecho las fotos y el diseño para los lanzamientos?

Tenemos la suerte de tener un amigo lo bastante loco como para liarla parda con nostrxs. Se llama Marc Oller (@ouyer) y nos ha hecho las fotos del Trunel, tanto la portada, como las interiores del fanzine Bijain d’escins (solo para los primeros que compren el EP) y las de promoción. El diseño del EP lo ha hecho Stefi, con mucho arte y mucho estilo.

¿Qué etiqueta musical os pondríais?

Eso si acaso que lo ponga la gente. ¿Había etiquetas musicales en la Edad de Piedra? ¿Qué estilo tenia más éxito entre los Neandertales?

¿Qué estáis escuchando ahora mismo?

El silencio de los bolos… Horrible.

Planes para 2021.

Queremos sacar un disco nuevo que solo se pueda escuchar en un diskette de los de antes. Vamos a vender diskettes con la idea de revalorizar este formato vintage.

Sandré y su nuevo punk marciano