La Escuela Enrico Fermi fue construida en los años 60’s en el distrito Nizza Millefonti, entre la antigua zona industrial de Lingotto y el río Po al Sudeste de Turín. En el año 2016, la fundación “Torino Fa Scuola” convocó un concurso internacional para rehabilitar este edificio escolar. El concurso lo ganó el estudio turinés BDR bureau, y acaba de finalizar la transformación de la escuela a la que le ha dado una nueva imagen, nuevos usos abriéndola la ciudad.
El encargo no era una simple rehabilitación del edificio en cuestión; promovido por la “Compagnia di San Polo” y la “Fundazione Agnelli” en colaboración con la ciudad de Turín y la “Fundazione per la Scuola”, se pretendía hacer una reflexión sobre los nuevos espacios docentes basados en los modelos culturales, pedagógicos y arquitectónicos actuales. Asimismo, esta nueva forma de entender las escuelas, les llevó a crear una tipología más abierta, flexible e integrada en la ciudad.
Imagen superior: Escuela Fermi de BDR bureau. Fotografía de Simone Bossi.
Imagen superior: Escuela Fermi de BDR bureau. Fotografía de Simone Bossi.
Imagen superior: Escuela Fermi de BDR bureau. Fotografía de Simone Bossi.
La Escuela Fermi, se abre ahora a la esfera urbana a través de la reorganización de sus entradas y sus espacios exteriores. La parte trasera del edificio existente se convierte en una gran entrada, creando un espacio verde que se sumerge el barrio y enfatiza el concepto de escuela comunitaria. La planta baja es una extensión del espacio público, integrando servicios abiertos para todos los usuarios, como gimnasio, biblioteca, auditorio y cafetería.
Imagen superior: Escuela Fermi. Foto: BDR bureau
“Buscábamos un proyecto capaz de dialogar con el edificio existente y que, además, revolucionara su función. Nuevos elementos espaciales, transparencias y adiciones reinterpretan la estructura original con el objetivo de abrir la escuela a la ciudad” nos cuentan los arquitectos Alberto Bottero y Simona Della Rocca co-fundadores de BDR bureau.
Imagen superior: Escuela Fermi. Foto: BDR bureau
El estudio BDR bureau, en este caso, opera básicamente por adición: una nueva estructura de acero crea una envolvente que alberga nuevos espacios de conexión y terrazas, ahora parte integral del programa docente. Además, esta nueva fachada funciona como un escudo pasivo, intermediario entre el interior y el exterior. La modularidad del nuevo marco dibuja un esqueleto, completado por una malla metálica que resalta la permeabilidad visual y la relación dentro-fuera.
Imagen superior: Escuela Fermi. Foto: BDR bureau
El esquema compositivo del marco es también repetido en el edificio original. El acabado de las fachadas es un simple enyesado, que elaborado con diferentes granulometrías crea un juego de profundidades. La utilización del color en el exterior, consigue convertir este edificio en un punto de referencia para la ciudad. Las fachadas del nuevo frente y aquellas que miran a los patios están perforadas por grandes ventanales que favorecen la relación entre los diferentes volúmenes y los espacios exteriores, aportando un nuevo significado al diseño original.
Imagen superior: Escuela Fermi. Foto: BDR bureau
La planta baja acoge el programa de centro cívico. A este nivel, las diferentes actividades se fusionan en el espacio del atrio, directamente conectado con el jardín y las dos entradas. El atrio se extiende hacia las plantas superiores gracias a un elemento vertical, la escalera, que evoca el lenguaje arquitectónico del exterior. Una biblioteca flexible, un auditorio, una cafetería y un gimnasio completan el programa público en los espacios de planta baja.
Imagen superior: Escuela Fermi de BDR bureau. Fotografía de Simone Bossi.
En las dos plantas superiores, el atrio acoge espacios comunes y recreativos, mientras que las actividades docentes están organizadas en clusters (racimos) – unidades espaciales compuestas por clases, almacenes, servicios y espacios polivalentes. Las clases se convierten en puntos de encuentro y el nexo entre el interior y el exterior, dando acceso a las terrazas. Al igual que en las escuelas experimentales “en plein air”, las actividades educativas y recreativas tienen lugar al aire libre. En estos espacios abiertos, las áreas verdes y el paisaje circundante alientan a estudiantes y profesores a reunirse e intercambiar ideas en sus actividades diarias, aportando un gran valor extra a la experiencia de aprendizaje.
El proyecto de BDR bureau estudia las necesidades de los nuevos sistemas educativos y crea una arquitectura capaz de albergarlos. Además, entiende los espacios docentes como una prolongación del entorno urbano, donde no hay un límite claro entre lo privado y lo público, haciéndolos mucho más accesibles a toda la comunidad. Es por esto, que la Nueva Escuela Enrico Fermi puede convertirse en un caso de estudio y en un modelo replicable para la recalificación del patrimonio arquitectónico educativo.
Imagen superior: Escuela Fermi de BDR bureau. Fotografía de Simone Bossi.
BDR bureau
www.bdrbureau.com
