RECUPERAMOS LOS DESENFRENADOS AÑOS 20 JUNTO A CUTTY SARK
El rumor corría como la pólvora. Los mentideros madrileños rebosaban de buenas noticias. Nadie se lo podía creer pero parecía que el bulo era cierto. El Cutty Sark había atracado en el Manzanares y con él toda una tropa de grumetes, extraperlistas, clubbers, bailarinas…, con el capitán Bill McCoy al frente. Una vuelta a aquellos años 20 en los que bajo la Ley Seca se pergeñó todo un mercado negro en el que litros y litros de Cutty Sark alegrarían esas fiestas secretas e ilegales, gracias a McCoy y sus ‘seductoras’ maneras frente a las fuerzas de la seguridad neoyorquinas. Una frenética escena de película que pudimos revivir gracias a la marca de whisky que hace unos días recreó los momentos más importantes de su historia en Madrid, planteando su particular máquina del tiempo, un viaje que más de un millar de curiosos fiesteros no quisieron perderse. Así, retrocedimos hasta 1790 en el que Tam O´Shanter (personaje ficticio creado por el poeta escocés Robert Burns) nos relataba cuando fue la primera vez que se escuchó el nombre ‘cutty sark’, haciendo referencia a un vestidito corto de mujer. A continuación, la expedición vuelve a poner rumbo hacia delante y esta vez hasta 1923 en el que rodeados por los vinos y espirituosos de Berry Bros & Rudd, pudimos contemplar como el ilustrador James McBey se marcaba los primeros bocetos de lo que sería el barco de la etiqueta Cutty Sark. Guiados por el graznar de las gaviotas y sin alejarnos mucho de la última fecha, conocimos al capitán McCoy, el mayor contrabandista de destilados de la prohibición y el que se encargó que fuera Cutty, la bebida que más corriera sobre las barras y vestidos de plumas de aquellas fiestas años 20. Una fiesta a la que accedimos, tras susurrar la contraseña al puerta, y en la que el espíritu desenfrenado quedó inoculado en nuestras jarras amarillas hasta altas horas de la noche. Una velada en la que no faltó ni el crooner al más puro estilo Rat Pack, ni el cuerpo de baile cabaretero que hicieron de este particular guateque al margen de la ley, el evento clubber más secreto y divertido que ahora mismo recuerdo. ¡Un hurra por McCoy!
