SOPHIE CALLE

Una completa retrospectiva de la artista en el Bozar de Bruselas
Sophie Calle es quizás una de las artistas contemporáneas más fructíferas a la hora de mezclar vida privada y creación artística. Ya lo había hecho con su antiguo proyecto, Prenez soin de vous (“Cuídese”) en el que había pedido a un gran número de creadoras de todas las disciplinas (escritoras, filósofas, lingüistas, pintoras…) que reinterpretasen el mail de ruptura que le había enviado su compañero de la época. Pero es algo que lleva haciendo desde el principio de su carrera artística. En su primera obra, por ejemplo, tras volver a Paris después de un viaje de varios años, decide seguir a un desconocido para que le aprenda a descubrir de nuevo su ciudad. Otra de sus invenciones consistió en que su madre contratara a un detective privado para que la espiara y tomase fotos suyas sin que se diese cuenta.

SOPHIE CALLE

Algunas veces es la propia Calle la que indaga en esa realidad banal (como cuando se convierte en mujer de la limpieza de un hotel o en bailarina de un club de striptease) y otras muchas es su séquito de colaboradores (voluntarios o no) que la descubren mediante la multiplicidad de imágenes que de ellos nacen, como cuando decide fotografiar a personas en su cama durante ocho días o trabajar con las imágenes de una cámara de vigilancia de un banco. Por eso no es de extrañar que la exposición que presenta Sophie Calle en el Palais des Beaux-Arts de Bruxelles (Bozar) se presente de manera cronológica, desde su último viaje al Polo Norte para despedirse de su madre hasta sus primeras fotos en los años 80. Un repaso a la trayectoria de esta artista siempre implicada y sorprendente.

Hasta el 13 de septiembre. Palais des Beaux-Arts. C/ Ravenstein, 23. Bruxelles.

SOPHIE CALLE

SOPHIE CALLE