Subvertir la artesanía. Diane Lavoie y su collage textil

La artista Diane Lavoie usa tejidos para crear collages de gran formato sobre temas identitarios, naturaleza y lugares. Utiliza pegamento, hilo, tijeras y telas para crear composiciones de ambición pictórica, en las que reemplaza la pintura por textiles exuberantes de diferente composición, estampado y opacidad ensamblando así figuras, texturas y tonos.

Nacida en la costa este de los Estados Unidos en 1970, Diane Lavoie cruzó todo el pais para estudiar Bellas Artes en la soleada California, donde su trabajo artístico comenzó a tomar forma de collages textiles. Después se mudó a Berlín donde continúa cortando, encajando, pegando y cosiendo telas.

Foto de portada: Forest installation model, 2019

Diane Lavoie referencia en sus piezas tanto pinturas de retratos clásicos como paisajes o sus recuerdos personales a través de fotos. Entre sus trabajos se encuentran una serie de piezas basadas en los parques nacionales de Estados Unidos, otro que utiliza fotos de la escuela como referencia para capturar la esencia de amigos perdidos o una serie de retratos de plantas. En la actualidad está centrada en collages de paisajes e instalaciones  en bosques reales, utilizando telas y textiles utilitarios específicos del lugar para explorar cómo percibir y relacionarnos con entornos naturales. Hoy, en la ya otoñal Berlín donde la pandemia vuelve a restringuir encuentros y vida social, charlamos con la artista sobre sus inspiraciones, procesos creativos y el mundo del arte.

Subvertir la artesanía. Diane Lavoie y su collage textil

Retrato de Diane Lavoie

María Muñoz: Mientras que los textiles y las telas han existido durante milenios, las artes textiles han despertado interés y experimentado un resurgimiento en el último siglo. ¿Cuándo comenzaste a experimentar con los textiles? ¿Alguna vez has usado algún otro medio como artista —pintura, escultura, etc.—?

Diane Lavoie: Cuando niña cosía a mano o a máquina retazos de telas, a veces eran mantas para mis muñecas, a veces sólo era coser por coser. Durante mi carrera he trabajado con todo tipo de medios, desde la fotografía hasta la cerámica. En 2007, entré en un programa de postgrado de tres años de pintura al óleo y al final acabé haciendo proyecciones de video sobre grandes collages de tela. En un momento dado recibí feedback de un exitoso video artista visitante quién me dijo que porqué no trabajaba sólo con tela. Después de la escuela de arte, me encontré racionalizando y trabajando sólo con tela. Recientemente, he incluido la fotografía a mi trabajo ya que estoy fotografiando paisajes con mis grandes piezas de tela instaladas en bosques reales.

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Neandertal in Grunewald, 2020

M.M.: Normalmente los textiles se asocian con la artesanía, fuera del círculo de las asi llamadas “bellas artes”. A finales del siglo XIX y principios del XX, el movimiento inglés Arts and Crafts defendió la idea de que todas las artes eran iguales, incluyendo en ellas las clasificadas como artesanía. ¿Qué opinas de las clasificaciones en las artes, especialmente en la contemporáneidad, cuando los límites entre las disciplinas se desdibujan o eliminan y cuando más que nunca la transdisciplinariedad es la clave en las artes?

D.L.: La verdad es que no me importan las clasificaciones en las artes, es decir, las bellas artes vs. las artesanías, en parte porque todos los movimientos artísticos tienen siempre algún tipo de clasificación. Además, el uso de lo que tradicionalmente se ha considerado artesanía puede ahora ser subvertido y utilizado como statement dentro del “reino de las bellas artes”. Un ejemplo de ello es el trabajo del arquitecto Andree Weissert y la autora y directora Mia Grau: una colección de platos de típica porcelana blanca y azul cobalto que presentan plantas de energía nuclear de Alemania en lugar de lasa escenas idílicas del país que normalmente hay en este tipo de vajillas.

M.M.: Muy interesante, no conocía este trabajo. Siguiendo con los textiles, en los últimos tiempos, muchos artistas han trabajado para llevar el medio textil al museos y galerias, obligando a los espectadores, los críticos y el mundo del arte en general a verlo considerarlo como un igual a sus contrapartes del medio artístico. ¿Te ha pasado que curadores y críticos vean tus piezas como obras de arte “menores”?

D.L.: La verdad es que hay gente que está interesada en mi trabajo por lo que es y cómo está hecho, por el proceso laborioso que conlleva, por eso también estoy segura de que hay gente que no está interesada e mis piezas por las mismas razones. Para mi no es un problema. No creo que la materialidad de la obra sea un obstáculo para que se muestre o se adquiera. Sé que hay galeristas que no muestran obras en tela, pero también hay galerías que sólo muestran telas.

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Neandertal in Grunewald (detalle), 2020

M.M.: La escuela de la Bauhaus fue una de las defensoras de los textiles como forma de arte, exhibieron las piezas realizadas en los talleres textiles de la escuela en sus exposiciones durante los años 1920 y 1930. Anni Albers es una de sus mayores exponentes, logró que sus textiles fueran exhibidos en importantes y grandes museos (por ejemplo, el MoMA) y que sus textiles fueran una forma de arte. ¿Es el trabajo de Anni Albers significativo para tí?, ¿supone una referencia? Si no, ¿qué otros pioneros consideras importantes o te inspiran?

D.L.: Vi una exposición de Anni Albers en la galeria de David Zwirner, en Nueva York el verano pasado. Su trabajo siempre me ha inspirado, aunque mi trabajo es muy diferente a nivel de temáticas y nunca he trabajado la abstracción. Pero me siento próxima a ella en el interés por explorar los diferentes modos en que el medio textil puede ser utilizado; lo que se puede hacer con los diferentes tipos de telas. Sus textiles a menudo incluían materiales no convencionales (para la época), como fibras metálicas. Pero realmente me siento más inspirada por Hannah Ryggen, su trabajo realmente me habla. Hannah fue una artista textil noruega nacida en Suecia, cuya carrera abarcó varias décadas hasta su muerte en 1970. Creó tejidos basados en las noticias del día. Su trabajo es muy político pero a la vez muy hermoso. En cuanto a artistas contemporáneos, tengo muchas influencias; ahora mismo estoy muy metida en la obra del artista afroamericano, Rodney Mcmillian. En especial me encanta su serie de paisajes abstractos pintados sobre sábanas viejas. También encontré en las redes sociales una artista fantástica llamada Anna Nordström que hace colchas aunque sus piezas no se pueden usar como colchas si quisieses usarlas como tal. Otro gran artista contemporáneo es el tejedor Diedrick Brackens.

M.M.: Continuando con Anni Albers, sus obras, que ella llamó “tejidos pictóricos”, se centran principalmente en la abstracción —muy vanguardista en su época— pero también se inspira en las antiguas culturas nativas americanas. Tus obras también podrían llamarse “patchwork pictórico” figurativos, ¿nunca te has sentido atraída por los patrones, las formas geométricas?

D.L.: Mi trabajo tiende cada vez más a los paisajes. Como he dicho, nunca he trabajado específicamente de forma abstracta, algunas partes de los paisajes que estoy haciendo se vuelven muy abstractas. Ahora mismo estoy trabajando en una pieza muy grande. Creo que la pieza más grande que he hecho hasta el momento, y representa un glaciar. Por el momento tengo segmentos que debo ensamblar y cada una de esas secciones es muy abstracta. De todos modos espero que cuando los junte se vea como una tarjeta postal de un glaciar de los años 1950.

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Neandertal in Grunewald (detalle), 2020

M.M.: ¿Dónde consigues las telas y como decides ponerlas juntas? ¿Alguna vez has intentado tejer las telas por tu cuenta?

D.L.: Busco materiales en tiendas locales y tiendas de segunda mano, consciente del hecho de que los tejidos individuales tienen su propio tiempo y lugar específicos en la historia. Cuando combino las telas para crear una imagen, me enfrento, tanto material como conceptualmente, con problemas de densidad, escasez, fragmentación y cuánta información se necesita, se recuerda o se percibe dentro de cada tejido. No he tejido, pero hace años, durante mi licenciatura, hice mucho estampado. Experimentaba estampando con patatas cortadas y pintura textil para tela, pero nunca usé este material en ninguno de mis collages.

M.M.: Dejemos el medio a un lado y pasemos a las narraciones. Bosques, paisajes o retratos son tus temáticas, ¿hay una historia y una narración detrás de cada una de tus obras o sólo intentas capturar un momento?

D.L.: Diría que la mayor parte de mi trabajo encaja en cuerpos de trabajo y cada grupo de piezas tiene una historia o narrativa específica. Por ejemplo, durante la crisis del corona he estado haciendo piezas pequeñas y rápidas basadas en fotos que he tomado durante mis paseos matutinos con mi perro por un bosque cercano. Se trata de un momento en el tiempo, pero también de estar en un momento específico durante una cierta época y también de ver pasar el verano; un verano que ha sido diferente a cualquier otro. Hace unos años, hice una serie de rostros parciales de amigos de la infancia basados en fotos procedentes de mi escuela y también tengo una serie de mujeres famosas (aunque no necesariamente conocidas) en entornos naturales. No hago muchas piezas sobre un tema de una vez, si eso es lo que quieres decir, más bien depende de lo que me inspira en el momento. La excepción son un par de encargos que he hecho.

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Summer In Siberia, 2014

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Eartha Kitt, 2014

M.M.: ¿Cómo crees que el público percibe la “historia” detrás de un método de trabajo tan complejo, duro, consciente, difícil y laborioso?, ¿no sé si el medio toma la atención del público en lugar de la composición y la narración en sí, es decir, el hecho de que la gente ve la complejodad, no distrae del mensaje, de lo que quieres decir?

D.L.: Veo lo que quieres decir y es una pregunta interesante. Y me hace pensar que algo que me pasó hace unos años cuando un amigo artista me sugirió que un proyecto en el que estaba trabajando funcionaría mejor como collages de papel. Le dije que me dedicaba al medio y que no pensaba trabajar con ningún otro medio, es como si me hubiera casado. Creo mi determinación viene de haber tenido una práctica muy experimental durante tantos años, con muchos motivos y medios. Sentí que había estado en todas partes y que ahora necesitaba sentar cabeza. Sé que tiene sentido mantenerse conceptualmente, pero me siento fuertemente conectada a los textiles, definitivamente me han ayudado a encontrar mi voz.

M.M.: Hablando de concepto, desde mediados de 1950, el arte giró más hacia el concepto que a la forma con excepción de algunos formalismos que en la actualidad se consideran historia. Creo que en general, en la actualidad los artistas hábiles están subestimados. No hay duda de que eres un artista súper hábil, ¿cuál es tu experiencia personal en sobre este tema?

D.L.: Bueno, ¡pues gracias! Desde niña he tenido muy buenos profesores de arte que han puesto mucho énfasis en la habilidad. En el instituto una de mis profesoras favoritas, la pintora Marie Thibeault, se refirió a mí como una creadora. Así que lo tomé como que no sólo estaba involucrada con los materiales sino también con el proceso. Creo que en mi carrera siempre ha sido así, por eso intento hacer que funcione a mi favor.

Hay cosas en la tela puede que otros medios no tienen. Busco formas de combinar estas cualidades con conceptos fuertes, incluso para desdibujar las líneas entre el concepto y la artesanía, para hacer de la artesanía una parte intrínseca del concepto. De lo contrario, ¿qué sentido tiene?

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Grunewald (instalación), 2019

M.M.: Antes has mencionado las redes sociales, en la era de Internet muchos artistas han decido promocionarse principalmente haciendo uso de ellas … Muchos artistas hoy por hoy ya no piensan que un mecenas de arte verá su trabajo y los descubrirá como artistas, “à la Basquiat”. ¿Como de importante crees que es la autopromoción?

D.L.: Por supuesto que hay cosas buenas y cosas malas en las redes sociales. Yo procuro centrarme en las partes positivas. No puedo negar que he tenido oportunidades y he hecho buenos contactosa través de mi presencia online. Pero también creo que es posible desarrollar una carrera artística sin las redes sociales, aunque es necesario tener otro tipo de representación sólida, como una galería o similar, y aún así, hoy por hoy la obra y el artista terminan en Internet a través de personas que fotografían y etiquetan.

M.M.: Ya que mencionas galerías y el tema comercial, en tu caso, ¿están los curadores, los marchantes de arte, coleccionistas, etc. interesados en tus piezas? 

D.L.: Creo que es verdad que en el mundo del arte es muy importante “a quién conoces”. Aunque eso no significa que tengas que ser super popular o excepcionalmente extrovertida… No soy ninguna de las dos cosas, pero estoy abierta y consciente de las oportunidades. La mayoría de mis ventas y exposiciones me han llegado a través de gente que conozco o amigos de amigos, pero también he vendido trabajos a completos desconocidos. Necesito estar entusiasmada con el trabajo que estoy haciendo, por supuesto no cada minuto del día; en general, tiene que haber alguna fuerza motriz, incluso si esa fuerza es misteriosa y escurridiza. Si me siento bien con el trabajo que estoy haciendo, otras personas también lo perciben. Pero vaya, volviendo al tema, sí, curadores y marchantes de arte han mostrado interés en mi trabajo, sin embargo, con frecuencia estas relaciones se han desmoronado incluso antes de empezar. Es normal decirle a un artista que aprecian su trabajo, que quieren hacer algo y luego no seguir adelante, así que intento de no tomarlo como algo personal. Aún así es descorazonador cuando pasa esto. Pero también he tenido mis éxitos; ahora mismo estoy trabajando con una comisaria en Nueva York, Maddy Rosenberg, fundadora de CENTRAL BOOKING, una “galería no tradicional” centrada en el libro de arte, y la convergencia entre arte y ciencia.

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Charlotte Buehler, 2014

M.M.: Y, ¿qué haces para promover tus obras de arte?

D.L.: En cuanto a la promoción de mi trabajo, aprovecho las oportunidades cuándo y dónde puedo. Tengo una familia, así que necesito priorizar, por ahora hacer el trabajo tiene más prioridad que promocionarlo. Si soy completamente honesta, estoy empezando a sentirme muy bien con el trabajo que hago y con mi práctica en general, y eso me hace querer promoverlo más. La verdad, me gustaría tener la experiencia de una representación formal en una galería, soy optimista en esto y creo que cuando la obra sea lo suficientemente buena llegará. Siempre he sido una persona que florece tarde, como una especie de cocción a fuego lento, por eso siento que todavía estoy emergiendo. Dicho esto, será interesante ver cómo el Coronavirus influirá y cambiará el mundo del arte y el modo en como se muestran los trabajos. Si la tendencia a las exposiciones online continúa después de que la amenaza del virus disminuya, pienso que tendré más oportunidades de enseñar mi trabajo. No lo he planteado, pero las piezas que estoy haciendo actualmente son muy adecuadas para las exposiciones online, porque son fotos de grandes collages textiles de bosques y otros entornos naturales, instalados en los propios bosques.

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Neandertal in Grunewald, 2020

M.M.: Ya que somos ambas mujeres, hablemos de feminismo. Desde la década de 1970, las artes textiles —tejer, crear tejidos de fibra, bordado, diseño de alfombras, y demás— han tenido su particular renacimiento, sin embargo siento que es una categoría principalmente asociada a mujeres. En tu caso ¿crees que los “expertos” encasillan tu trabajo como principalmente femenino?

D.L.: Pues mira antes he mencionado dos artistas hombres y en la actualidad hay tantos hombres haciendo arte textil de calidad que creo que es imposible categorizarlo como femenino sólo porque se usan telas. Para mi no el medio, ni la técnica, sino como lo utilizas. Quizas en mi caso, tal vez se ve femenino por otras razones, por el uso de colores y de formas “bonitas” por ejemplo. También tengo que decir que en este momento me atraen más las formas audaces y los colores primarios.

El mismo video artista que me sugirió que trabajara sólo con tela, también sugirió que la mía era costura de “chica mala” porque es muy desordenada y, supongo, antiartesanal.

Estas palabras siempre me han quedado grabadas. Aunque en los últimos dos años he usado pegamento para unir las telas, ahora he vuelto a la chica mala, dando puntadas y cosiendo las piezas.

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Domestic Landscape, 2020

M.M.: Sin duda, en tu caso como decia MacLuhan, “el medio es el mensaje”. Ahora me gustaría preguntarte si conoces los textiles y tapices de la artista Madge Gill. Los ví el verano pasado en Londres y quedé fascinada. Ella y otras como ella, usaron el arte y especialmente el dibujo y el tejido como una especie de terapia para curar su dolor y tristeza. A mitad del siglo XX, artistas hombres clasificaron este tipo de arte como “Art Brut” —al no haber estudiado como ellos era “en bruto”—, también incluían trabajos que en su mayoría eran resultado de terapias en hospitales psíquicos. En los últimos años, el mundo del arte ha comenzado a valorar el trabajo per sé de un grupo de artistas mujeres definidas como artistas médiums y visionarias, concretamente en Barcelona existe el grupo de investigación “Visionary Women Art” que trabaja sobre esa línea para sacarlas del concepto “brut”. ¿Qué piensas sobre este proceso de reconocimiento y de la creación de obras de arte como sanación del dolor?

D.L.: Soy un gran fan del Art Brut. Es arte directo de la fuente; de lo profundo de la mente humana y del subconsciente. Recuerdo que una clase de teoría del arte se generó en una gran discusión sobre si estas obras eran arte o no y el profesor dijo que no podía ser porque están hechas para una persona versus un público más amplio. Personalmente, no veo la diferencia. Todo el arte se hace principalmente para la persona que lo lleva a cabo, sin pensar en la audiencia, a menos que se le obligue a hacer propaganda. Entiendo lo que mi profesor quiso decir y las diferencias aceptadas entre el Art Brut y el arte de procedente de las academias, pero no lo comparto. De cualquier modo, ¿no es todo arte de algún modo y a ciertos niveles un tipo de terapia ? Y sí, creo que crear arte puede aliviar el dolor, tanto mental como físico, lo mismo que la meditación.

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Miniature Landscape 2,2019

M.M.: Y añado que observarlo o experimentarlo también es terapéutico en muchos sentidos. Ahora sí, para terminar, ¿en qué estás trabajando ahora? ¿Cuáles son sus proyectos futuros? 

D.L.: A través mi galerista Maddy Rosenberg y CENTRAL BOOKING, ahora mismo estoy involucrada en una residencia de investigación con la Sociedad Histórica de Nueva York. También he terminado recientemente un encargo para una universidad en Berlín, y estoy trabajando en otro proyecto para una exposición online, así que me mantenga ocupado y mi apartamento nunca está tan limpio como me gustaría que estuviera…

M.M.: Diane estoy segura que tu perseverancia y constancia te llevará a buen puerto, ¡te deseo lo mejor!

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Retrato de Diane Lavoie en su instalación Grunewald


Mas info sobre Diane Lavoie en su web dianelavoie.com