Sinatra con sus guardaespaldas, 1968
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Durante la década de los cincuenta, un joven británico de tan solo veintiún años llamado Terry O’Neill se marchó a Estados Unidos para lograr su verdadero sueño: ser músico de jazz. Lo que aparentemente podría parecer una historia banal y un ejemplo claro de superación en la vida, consiguió ser nada menos que el comienzo de una leyenda que ha marcado indudablemente el curso de la fotografía. Con una cámara de 35 mm, grandes dosis de intuición y un acceso excepcional a los personajes fotografiados, Terry O’Neill alcanzó de forma envidiable un estilo natural, directo, y que a día de hoy sigue siendo una referencia para cualquiera que ansíe vivir de la fotografía. Después de cincuenta años observando el mundo a través de un objetivo, se puede decir que lo suyo fue saber estar en el sitio y momento adecuados; una estrategia de vida que no depende de la suerte –aunque él lo niegue cada vez que se hace referencia a su trayectoria- sino del sincronismo puro y duro. Por ello, en pleno siglo XXI, el Espacio Fundación Telefónica de Madrid ha rescatado una amplia selección de las imágenes que Terry O’Neill realizó de los grandes iconos del siglo pasado. 62 fotografías que documentan de forma fiel y aislada la historia de un hombre que supo retratar las personalidades más idílicas, sin darse cuenta de que él era una de ellas.
La exposición “Terry O’Neill. El rostro de las leyendas” tendrá lugar del 11 de octubre al 12 de enero en la segunda planta del Espacio Fundación Telefónica (Calle Fuencarral, 3). ¡No te la pierdas!
Clint Eastwood, 1972
Faye Dunaway el día siguiente a recibir el Oscar, 1977
Raquel Welch, 1970
Sean Connery en un decorado de Diamantes para la eternidad, 1971
Robert Redford y Richard Helmes, 1975
