THE ROAD

VAS A VER…

Qué extraño sigue siendo, pese a la costumbre, aquello de ir a un cine a ser engañado aun a sabiendas de que te van a intentar engañar. Sabemos que lo que vamos a ver es mentira y, sin embargo, algunas veces, pocas eso sí, nos lo creemos todo. Nos lo comemos con patatas. Sufrimos con los personajes como si el sufrimiento fuese propio. Eso ocurre en “The Road”, magnífica adaptación de la novela de Cormac McCarthy (“No es país para viejos”). Árida y magnética historia de un padre y un hijo que tratan de sobrevivir en un mundo post-nuclear sin comida en el que los humanos han comenzado a alimentarse de carne humana… Es fácil recriminarle a la película una voz en off que recalca innecesariamente lo que ya estamos viendo, y una secuencia final que no está a la altura del poderío del resto de tan tremenda película, pero lo cierto y digno de mención es que la adaptación de John Hillcoat logra trasmitir de un modo muy vivo ese sufrimento, esa angustia y ese amor de ese padre y ese hijo que vagan por un infierno helado. Inolvidable la aparición de Robert Duvall como el anciano ciego con el corazón roto en mil pedazos. Que los Oscar hayan dejado pasar esta joya, verdaderamente clama al cielo.

THE ROAD