THE SOUNDSUN BUEN DISCO PARA UNA BANDA CON MALA SUERTE

The Sounds es una banda con mala suerte. Después de una década haciendo música, una sólida reputación y una parroquia fiel labrada con 5 discos y algunos éxitos longevos podría parecer que no es así, pero al final, dentro de mucho tiempo, verán que no les fue tan bien. A principios de los noventa defendieron un estilo un poco a contracorriente para la época: directo, potente, gritón y seductor. Llamaron la atención con su segundo disco, ‘Dying to Say This to You’, y desde entonces su carrera se ha mantenido más o menos estable. Pero hoy, diez años después, aquel estilo es más popular y otras bandas les han adelantado por la derecha, por encima, por debajo… Sleight Bells son más eléctricos, Cults más puretas, Savages más guays o Haim más egobloggers. Y ellos, pues bueno. Suenan bien. Y encima ahora, con ‘Weekend’ van y maduran. Aunque el disco está plagado de declaraciones de entusiasmo juvenil y trucos de zorro viejo. Llamar a una canción “Young and Wild” y proclamar en el estribillo “Put your hands up/ Young and wild” garantiza petarlo en los conciertos. Pero ahora, cuando dicen “I live for the weekend, baby”, en la canción que da título al álbum, ni de lejos te imaginas 72 horas de fiesta loca. Más bien suena a letanía de obrero agotado camino del sofá. Debe de ser lo que el teclista Jesper Anderberg define como “las canciones que escuchas un domingo por la mañana, con un café y un poco de resaca”. Luego están las canciones más “fiesteras, con tempo alto, vacilonas”, continua el músico sueco, “Shake Shake Shake”, “Emperor” y “Outlaw” y ejercicios formales como “Great Day”. Y así, entre unas cosas y otras, entre las canciones movidas y las “de resaca” es por donde se escurre el disco. Esa dualidad al final parece indecisión. Llegado el momento de dar un puñetazo en la mesa y definirse, resulta que están de resaca. La edad. La puta edad…

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