Dios es negro

“Dios es negro”- Segunda parte. La propuesta del diseñador de origen turco Umit Benan se presentó en 080 Barcelona Fashion: una declaración de intenciones con mensajes políticos y buen gusto.

Umit Benan se aleja de las tendencias y los convencionalismos en la moda. Sus propuestas no tienen temporadas, ni siquiera siguen los cánones establecidos, pero siempre conquistan.

Ver a Umit Benan trabajar en su backstage, realizando las pruebas con los modelos y su equipo es toda una experiencia.
Es casi un ritual, el silencio reina en la sala y todo se realiza con un gran respeto y orden.
Pude pasar a charlar con él un día antes de su desfile. “Estoy fascinado con Barcelona, el casting aquí es increíble, mucho mejor que en París” me confesó Benan en nuestra charla.

Y, es que, el casting que Umit Benan utilizó en su desfile durante 080 Barcelona Fashion era diferente. Modelos no profesionales, en su mayoría, y todos de tez negra. Hasta llegar a la selección final el diseñador vio a más de 120 chicos en un casting especial. Pero con esto logró transmitir a la perfección su mensaje: “captar los grandes problemas raciales actuales” representando a la comunidad musulmana y africana.

 

Umit utiliza sus colecciones simplemente como una herramienta para comunicar un mensaje siempre político; podría hacerlo en una película, o en un libro, pero el lenguaje de los tejidos y las prendas es el que le resulta más natural después de aprenderlo todo sobre la industria textil al lado de su padre.

 

“God is Black” Capítulo segundo, completa una colección presentada en dos partes. En ella e intenta demostrar la igualdad de las personas durante el momento del rezo en la mezquita, cuando se despojan de sus zapatos pierden sus diferencias sociales y se convierten en iguales.

Si hablamos de moda su propuesta juega con la monocromía en los looks, que toman como basé los tonos tierra o marrones, pero también rojos, azules, verdes o rosas. Los tejidos son ricos, como el terciopelo, las sedas o el punto y estos reafirman la importancia que Umit Benan les otorga, gracias también a la tradición textil familiar en la que creció.

Robert Rabensteiner, el mítico editor de L’uomo Vogue, estaba a cargo del estilismo y junto a Benan consiguieron hacer soñar al publico con la posibilidad de una igualdad, al menos estética, entre los hombres.

Dios es negro

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