UNA GRAN PELÍCULA
Desde el fabuloso plano secuencia con el que arranca esta cinta del director Enrique Gabriel, uno atisba que no va a ver una peli de clase media-baja. Todo lo contrario, desde los ecos de Sed de Mal del arranque, hasta la redonda dirección de actores, la factura de esta película es impecable, con un inmejorable casting (imprescindible en una película coral como la que nos ocupa), Vidas Pequeñas es una película actual que desentraña los vaivenes y sacudidas de las tormentosas existencias de un grupo de personajes, bien construidos pero mejor interpretados. Destacando para mi gusto Alicia Borrachero, muy bien acompañada de pesos pesados como Emilio Gutiérrez Cava, Ángela Molina (palabras mayores), y una solvente Ana Fernández que le da la replica al imbatible Roberto Enríquez todos caminando con paso firme sobre un guión bien construido y sin fisuras. Lástima que la peli tenga una distribución tan raquítica, ni siquiera las cadenas de cine en versión original han apostado por ella, quitándole las pocas oportunidades que tiene el cine patrio en semejantes condiciones. A ver si el boca-oreja hace algo.
25 de abril de 2011 a las 11:07
Se estrenó el pasado 18 de marzo… lo que no te puedo decir es si seguirá en cartelera…
23 de abril de 2011 a las 21:50
Cuando se estrena?
29 de marzo de 2011 a las 20:37
Bella y profunda obra , con excelentes diálogos e interpretaciones magistrales, ignorada por culpa del marketing y el torrente de mal gusto imperante.
29 de marzo de 2011 a las 13:07
Como el anuncio de Calvin Klein tapa mi anterior comentario, del mismo modo que todo lo que brilla y deslumbra opaca lo profundo y verdadero, vuelvo a enviarlo, a ver si no me “censura” la famosa marca. Vidas Pequeñas es una gran película española. Una pena su mala distribución y falta de publicidad. Víctima: la cultura. Ana M. Arregui
28 de marzo de 2011 a las 9:11
Una gran película española. Una pena su mala distribución y falta de publicidad. Víctima: la cultura.
26 de marzo de 2011 a las 20:54
Es una obra maestra!
Creo que el boca-oreja funciona porque cuando fui a verla -gracias a esta crítica y al artículo de su director Enrique Gabriel- estaba llena la sala. Pensé que me quedaría fuera.