VIDEOCLIP Foto: Jordi Castells

MARC MUÑOZ Y SU HERMANO RAÚL HAN REALIZADO EL VIDEOCLIP DE LA CANCIÓN “COME OVER” DE LASERS. MARC NOS CUENTA CÓMO HA SIDO LA EXPERIENCIA

La primera aventura de mi hermano, Raúl Muñoz, y de quien escribe en el campo del videoclip se ha saldado con esta pieza para el trío electrónico barcelonés Lasers, quienes estarán actuando en el Primavera Sound el próximo jueves 29 de mayo.

Podríamos decir que todo empezó como una obsesión. Una nacida por la incomprensión de ver como un tema como “Come Over”, extraído del segundo álbum de la banda “Exchange Levels (Irregular, 2013), no obtuviese mayor repercusión, que no apareciese prácticamente en ninguna lista de lo mejor del año, ni que sonase en bares o discotecas, por ejemplo. Y lo digo ahora, como lo decía entonces, la canción me parece un temón. Así que se merecía su correspondiente videoclip para intentar insuflarle algo más de vida. La idea del clip se encamino casi sola tras varias escuchas obsesivas de ese ritmo repetitivo y ascendente que marca la canción, y que queda coronado por ese clímax que llama al baile y al hedonismo desenfrenado. Y así nació la idea de un solitario trabajador de fábrica asqueado de su mundo, y curtido en los golpes de la vida, que tras ser despedido de su trabajo, se aferra a su válvula de escape con el baile, la música y el flirteo, aunque luego descubrimos que más que aferrarse al hedonismo, lo que hace es volcar en inocentes todo el odio y la frustración acumulada.

Desde las primeras fases tuvimos claras las localizaciones que íbamos a utilizar, así como el actor que daría vida a este lobo solitario. Ludwing Carreño era capaz de encajar perfectamente en las dos pieles de este lobo. A Laura Brown, la chica, pronto nos enamoramos de ella a través de una web de casting online, y supimos que esa mezcla de inocencia y atrevimiento era ideal para el papel. Por las similitudes temáticas y estéticas, tuvimos en mente las películas Fiebre del sábado noche y Henry, retrato de un asesino, aunque quizá la referencia más palpable es el clip de “Time to dance” de The Shoes. Aunque de poco sirven las referencias, cuando trabajas con un director de foto como Oriol Bosch, que con un presupuesto low low cost consigue sacar magia de las imágenes. Aquí lo tenéis.