Fernando García, detalle
Hablar significa jugar con el cuerpo del otro. Alfred Tomatis.
Descubrir la propia imagen no sólo a través del espejo sino en ese reflejo tridimensional que conforma la imagen de los demás, es un acto intuitivo que experimentamos a diario. Observar, trazar proximidades, medir lejanías o emitir sonidos conforma modelos de convivencia y movilidad pero también zonas de resonancia. Son estas acciones y gestos en permanente estado de influencia los que nos permiten crear el espacio que habitamos. De allí que para los cuerpos fuera del espacio interior “solo importan las coordenadas del observador” (Peter Sloterdijk). Sin embargo, los grados de conciencia de tales actos no siempre resultan evidentes. Cada uno de los artistas que conforman esta exposición han convertido gestos y lenguajes en una materialidad corpórea capaz de conducir un tipo de –potencia vidente–. Presencias y guiños que dan existencia a aquello que la visión cotidiana mantiene invisible. Estas diversas detenciones sobre el hacer ver convierten la forma tanto en una posibilidad como en un tipo de estructura vinculante. Atenerse a la suerte de la representación y no transferir a una escala visual y palpable aquello que se quiere expresar es hacia donde se dirigen cada una de estas piezas. Un tipo de transferencia no necesariamente exacta y una aventura de conocimiento. Relaciones intersubjetivas capaces de modificar reglas o de incorporar otras y obras que bajo diversos aspectos acentúan la experiencia corporal, antes que en los materiales en el tipo de traducción muscular que portan. Sofía Bohtlingk, Bruno Dubner, Patricia Esquivias, Discoteca Flaming Star, Gastón Pérsico y Azucena Vieites en la primera parte del proyecto expositivo y ahora Fernando García, Luis Jacob, Kiko Pérez y Julia Spínola, lejos de desarrollar formas estables y definitivas nos presentan objetos, todos ellos, incompletos cuyo hacer conforma un “devenir”. Fluctuación y movilidad para unos objetos gestuales en plena fase de elaboración. Un estado de equilibrada incompletud donde, como sostiene Mallarmé, no importa que una obra no esté acabada “mientras que haya, entre todos sus elementos, una armonía por la que se sostiene y posea un poder de fascinación fácil de romper con un solo toque que se le añada”. Los elementos presentes en la exposición, entendidos a la vez como conducto y como estructura receptora, disponen un tipo de complementariedad, un suplemento. Y este apéndice modela, de modos tan velados como explícitos, cuerpos sociales, lúdicos, materiales o líricos.
09 abril – 09 mayo 2013. Centro Párraga, Murcia.
Kiko Pérez, 2012-2013
Julia Spínola, Mano abierta gira – 2013
Luis Jacob, Without Persons. 1999-2008
