Louis Vuitton reinterpreta sus primeros relojes con el nuevo LV Monterrey, una pieza de edición limitada que conjuga tradición, espíritu viajero y modernidad.
El nuevo reloj de Louis Vuitton, el LV Monterrey, reimagina las líneas originales de los relojes LV I y LV II de finales de los 80 a través de una construcción moderna, minimalista y ultra refinada. Aquí, el diseño original de Gae Aulenti cobra una nueva vida y se recodifica para una nueva generación de coleccionistas y entusiastas.
Una vuelta a los orígenes relojeros de la maison
Si bien es cierto que ahora la maison es un pilar en la alta relojería con su Fabrique du Temps, Louis Vuitton ya hacía relojes. De hecho, sus primeros modelos de muñeca llegaron al público a la finales de los 80. Este diseño también tiene una historia curiosa: la maison unió fuerzas con la arquitecta responsable de convertir una estación de trenes en lo que hoy es el Musée d’Orsay y justo por ahí iba la inspiración del reloj que salió de esta unión. Tanto el LV I como el LV II, esos primeros modelos, tomaban inspiración de los relojes de tren como guiño al espíritu viajero de Louis Vuitton. Y su construcción también rompió algún que otro molde.
Este es el reloj LV I original, ofrecido en opciones de oro blanco y oro amarillo.
Ambas piezas, presentaban una caja en forma de guijarro con dial de railroad, y se convirtieron en modelos altamente codiciados. Pero, ¿por qué el LV Monterrey se llama así? Pues por el nombre original: Montre I y Montre II. ¿Qué pasa? Pues que los americanos confundían la palabra con Monterrey y el mote se quedó. Ahora, el nuevo LV Monterrey rescata eso como su nuevo nombre, que recodifica ese diseño original de Aulenti para una nueva generación. ¿Lo único malo? Esta pieza no formará parte de la colección habitual de la maison; es una tirada limitada a 188 piezas para todo el mundo.
El nuevo LV Monterrey, un puente entre tradición y relojería moderna
El reloj LV Monterrey recodifica las líneas limpias y depuradas de esos primeros relojes de la maison a través de un makeover -bastante- respetuoso con el diseño original. Fuera, nos encontramos con una nueva caja en forma de guijarro redondeada, sin asas ni bisel, de 39 milímetros acabada en oro amarillo de 18 quilates. Esta construcción también es una referencia al original, ojo. Como único detalle en el exterior, la corona se posiciona a las 12 en punto; y es un guiño a los relojes de bolsillo que se usaban en la era de los ferrocarriles.
Dentro, el LV Monterrey ostenta un nuevo movimiento creado por la Fabrique du Temps de la maison. La pieza se mueve gracias al calibre automático LFTMA01.02 con función de horas, minutos y segundos. Sobre esto, nos encontramos un dial blanco Grand Feu decorado con una escala railroad exterior roja y una interior en azul. ¿Las agujas? Otro guiño minimalista y moderno a los relojes de ferrocarril. Los indicadores también se presentan como nostálgicos y sin elementos luminiscentes.
La correa del LV Monterrey también esconde un gran sentido de la vanguardia. ¿Por qué? pues al no tener asas donde anclarla, el diseño de Aulenti tuvo que acomodarla de otra forma; haciendo que atraviese el caseback a través de una ranura casi imperceptible. ¿El material? Cuero granulado en negro… para que no se pierdan las formas del estilo clásico, elegante y atemporal.
