Albert Mayr, el escultor sonoro

El artista austriaco Albert Mayr posee una especial sensibilidad hacia el sonido de los objetos cotidianos y sus muchas posibilidades de combinación, y se esfuerza por expandir la experiencia escultórica, dotando sus piezas de movimiento y sonido. Sus instalaciones nos piden que escuchemos atentamente, que nos sumerjamos en nuestro entorno y lo absorbamos.

En el trabajo de Albert Mayr, el video, el sonido y el objeto suelen estar tan entrelazados que se vuelven inmersivos. A simple vista, podrían sus instalaciones perfectamente resultar en un caos perturbador, en una cacofonía visual y auditiva, pero no lo hacen. Los cambios simples son parte de la transmutación de los objetos con los que trabaja. Pasan de ser objetos a piezas espaciales y conscientes del sonido, al igual que una prótesis cuando se anima a través de un cuerpo pasa de ser un objeto, para convertirse en una extensión del cuerpo.

Sin duda el corpus artístico de Albert Mayr es intenso. Tras conocer más en profundidad su trabajo, sentí el deseo de escuchar a mi alrededor, en mi caso la ciudad, con el ruido de los coches, las sirenas, los cláxones, las obras con sus máquinas para reparar las calles, las voces. Un ritmo tumultuoso, pero un ritmo al fin y al cabo. Por eso quise saber más sobre aproximación del vienés al sonido y a los objetos. Mayr dice que no importa de dónde vienen, sino lo que generan cuando se juntan.

Foto portada: Albert Mayr, Base Drum Party, Vista de la instalación en el MuHKA, Ámberes, 2016

Albert Mayr, el escultor sonoro

Albert Mayr, live @ De Player, Rotterdam, 2019. Foto: Koos Siep/De Player

¿Siempre has sido performer? ¿Te gusta esa etiqueta de “artista sonoro”?

Yo creo que soy un artista visual, un escultor que utiliza el sonido como materia. Me encantan los sistemas circulatorios y como las cosas se influyen mutuamente, se crean sinergias, se vuelven coherentes y no se necesita pensar más. ¿Esta bien o debería cambiar algo? Cuando pienso que el círculo está cerrado, no le doy más vueltas. No me veo como un artista sonoro en absoluto porque pienso que hay algo muy técnico al respecto. No sé nada de tecnología, y definitivamente en mi trabajo no es central. Hay piezas en las que me he tomado esa parte muy a pecho, mientras que en otras, los componentes tecnológicos tienen simplemente un rol poético. En cualquiera de los casos, prefiero la poética a la técnica.

Albert Mayr, el escultor sonoro
Albert Mayr, Quell, 2006

Una suerte de escultor sonoro entonces, ¿para tí es importante la inmaterialidad del sonido?

Pues, no te creas, aunque trabajo con sonido, también pienso que en mis piezas tiene que haber elementos visuales. No en el sentido sinestésico, o sea ver sonidos o escuchar colores, sino más bien me refiero a que el sonido me dicta cómo debe “construirse” la escultura. Hay componentes que deben colocarse de cierto modo, de lo contrario no funcionan. A pesar de eso, tomo muchas decisiones visuales y creo que mis esculturas sonoras están muy orientadas visualmente. Por ejemplo, pensando en mis Dripping Skulpturen (Esculturas que Gotean) y en que tengo muchos trabajos que usan agua, en especial el goteo de agua, todos son visualmente diversos e independientes unos de otros. Es decir, parten del mismo fenómeno: gotas de agua golpeando superficies y generando con ello un sonido, pero con resultados finales diferentes. También hago piezas que funcionan sin sonido: objetos, esculturas, dibujos o collages; aunque sí, las instalaciones y actuaciones son el punto de partida para todo lo demás.

Albert Mayr, Drippings (Drop Studies)

Albert Mayr, el escultor sonoro

Albert Mayr, Dripping Skulpture, 2015. Foto: Sophie Thun

¿Cómo y cuándo fue tu aproximación al sonido?

Al principio para nada trabajé con el sonido. He tocado en bandas y he hecho muchos experimentos electroacústicos con amigos. Puedo recordar con claridad mi primer concierto del considerado tipo “arte sonoro”, era un dúo con un amigo que ahora hace películas. Yo tocaba un pequeño órgano casio y también manejaba un mezclador roto que distorsionaba el sonido. Stephan interfirió con un destello de ondas de radio e intensificó el sonido. ¡En aquel entonces fue muy bien recibido!

Después, construí fuentes (en plan surtidor) a partir de desechos de ordenadores y también reparé circuitos informáticos más o menos inútiles y los dispuse en formas escultóricas, todas estas piezas son sin sonido, aparte del sonido que produce la ondulación del agua. La primera superposición de ambos áreas: arte y sonido se produce con unas piezas que hice con “tablas de planchar“. Monté unidades de efectos de sonido en una tabla de planchar para poder “usarla” como un guitarra y poder posar como un guitarrista. Cuando voy a conciertos de música electroacústica, observo que en ciertos momentos parece que el intérprete del escenario esté revisando sus correos electrónicos … Por eso, cuando me invitaron a participar en una exposición, y con esa idea en mente: la de transmitir emoción al tocar y la teatralidad que debe haber en el escenario, desarrollé una instalación completa a partir de las tablas de planchar, Ironing Board Disensemble.

Albert Mayr, el escultor sonoro

Albert Mayr, Ironing board, 2008

Además de la mezcla naturaleza (sobre todo agua) y artefactos hechos por el hombre, ¿qué otras inspiraciones e influencias hay en tu trabajo? 

La música en vivo siempre ha sido una gran inspiración para mí, sin embargo, casi no tengo colección de música. ¡Definitivamente soy el peor DJ del mundo! Por un lado me encanta escuchar la llamada “nueva música” en vivo, ensembles de Xenakis, Varese, Cage o compositores contemporáneos con esa diversidad instrumental que utilizan; en especial me gusta mucho la percusión y el uso tan virtuoso que hacen de ella. En muchas de mis piezas aparecen elementos de percusión, en especial baterias y tambores. Pero también me gusta la música experimental electroacústica, música de improvisación o conciertos punk y hardcore. Encuentro fascinante el aspecto físico del sonido, cuando realmente puedes sentirlo. A veces los conciertos en vivo producen una alteracíon en mi ser, llegando casi a un estado de trance. Mi cabeza comienza a funcionar y a menudo incluso resuelve preguntas con las que he estado lidiando durante mucho tiempo. Y sucede que tras esa especie de trance, no recuerdo bien la música en sí.

Albert Mayr, Drum Solo (Fireworks), 2017

Casi una experiencia mística … ¿Qué me dices de la vanguardia musical de tu país, el serialismo o dodecafonismo de Arnold Schönberg (que también era de Viena) y la llamada Segunda Escuela Vienesa?

La verdad es que no estoy muy versado en teoría musical, pero por supuesto, reconozco que Schönberg fue extremadamente influyente para las generaciones posteriores. Leí una vez que él dijo que no había inventado la técnica de los doce tonos, sino que sólo la había encontrado, que siempre había estado ahí. Eso me gustó mucho… porque quizás hay un cierto paralelismo con mi forma de trabajar. Yo NO creo mis instalaciones como un escultor clásico que dispone cierto material en una cierta forma —lo cuál, por cierto, me parece genial—, sino que trabajo a partir de las conexiones que encuentro, sobre todo de cosas que ya existen y que desde el principio, tienen una cierta forma, o una cierta característica, o una cierta propiedad. Como por ejemplo una manguera de jardín y unos tambores, como en Trommelregen (Lluvia en Tambores). ¡El potencial reside en las cosas y siempre ha estado ahí!

Albert Mayr, Trommelregen, 2015 

¿Entre conexión y conexión, hay alguna pieza de tu trabajo que sea más relevante que otra o estés más orgulloso?

En mi caso el último proyecto es siempre con el que siento mayor afinidad. Sin embargo, diría que la obra sobre la cascada Orchestrated View ocupa una posición especial en mi vida. Por un lado, porque funcionó muy bien y se acerca mucho a lo que imaginé. Por otro lado, porque trabajé en ella durante mucho tiempo … y además con un programador, muy atípico en mí. Para Orchestrated View, filmé periódicamente y durante más de un año una pequeña cascada en un bosque. Con eso realizé una proyección interactiva donde la cascada puede ser controlada manualmente por el espectador mediante el uso de la rueda de una llave de paso de agua. Así, el público puede controlar la cascada, darle más caudal o menos, e incluso pararla por completo. En definitiva, trato de representar el control que a las personas les gusta tener sobre todo, incluída la naturaleza. Exactamente coincidente con el momento que ahora vivimos, la pandemia Covid-19 y el intento de controlarla, lo que es, por supuesto, una ilusión.

Albert Mayr, Orchestrated View, 2016 

Hablando de Covid, ¿cómo vives tú la crisis provocada por el coronavirus? ¿Está afectando tu rutina de trabajo? Se dice que en tiempos de crisis se agudiza la creatividad, ¿es tu caso?

Como todo el mundo, también he estado en cuarentena y como a la mayoria de gente del arte, hay exhibiciones y proyectos que se han cancelado o pospuesto. Con respecto a mi rutina de trabajo, afortunadamente, pude seguir trabajando en mi estudio como de costumbre. Por eso, no ha cambiado mucho para mí, se puede llegar en bicicleta y en Austria se permitió seguir acudiendo a los ateliers. Para mi homeoffice sólo es factible hasta cierto punto. El estudio es una antigua estación de servicio, se encuentra entre dos calles y tiene un gran patio interior. Es casi como un pequeño territorio en sí mismo y hay mucho espacio al aire libre. Ha sido ciertamente una suerte para mi tener este espacio durante este tiempo de confinamiento.

Y, ¿qué opinas de la explosión de arte online en estos días?

Al principio la pausa general fue necesaria, pero en el mundo del arte, sin exhibiciones ni actuaciones, como en todos sitios y sectores se hace más difícil económicamente cada día que pasa. Por otro lado, el cambio al espacio digital solo funciona en un grado artísticamente limitado. Por lo tanto, espero que algunos proyectos y exhibiciones se reanuden nuevamente, porque mi trabajo en vivo no puede ser reemplazado por un video en Internet, especialmente cuando se trata de instalaciones de sonido o performances/conciertos.

Albert Mayr, Base Drum Party, 2016

Ya para acabar, ¿en qué estas trabajando ahora? 

Actualmente estoy trabajando en una instalación de video multicanal y sonido que es una especie de continuación de mis últimas obras Äther Exercise (Ejercicio de Éter) y Idiophonic Exercise #1 (Ejercicio Idiofónico # 1). Ambas son instalaciones espaciales pero que tienen un carácter muy performativo. Las actuaciones tienen lugar en el estudio, el intérprete queda en segundo plano y las grabaciones se centran más en la acción y el sonido resultante. No son más que pequeñas interpretaciones sonoras que se fusionan a modo de orquesta en la instalación. Originariamente una “orquesta” era la superficie donde interprataban tanto los actores como el coro, lo cuál me parece muy apropiado para este trabajo.

Albert Mayr, Äther Exercise, 2020

Próximos proyectos y futuros shows

Un proyecto que espero con especial interés es una instalación de sonido en una iglesia que ha sido utilizada como espacio de exposiciones durante mucho tiempo. Estoy trabajando en integrar el espacio en sí y su maravillosa acústica en el pieza. ¡Espero que pronto se haga realidad!

Albert Mayr, el escultor sonoro
Albert Mayr, Stereo Mono, 2007
Albert Mayr, el escultor sonoro
Albert Mayr, el escultor sonoro
Albert Mayr,  Drumsolo, 2017. Videostills
Albert Mayr, el escultor sonoro

Albert Mayr, Trommelregen, 2015. Videostill: marlies pöschl

Más información sobre Albert Mayr en su galería petramartinetz.de y en su página web personal albertmayr.com