El actor presenta sus nuevas obras en las que no solo actúa. Hablamos con Alberto Velasco sobre la dualidad creador-actor, nuevos proyectos y mucho teatro.
Alberto Velasco tiene una carrera profesional importante, con famosas producciones de televisión a sus espaldas. Sin embargo, actualmente está centrado en el teatro. Nos presenta Sweet Dreams, un espectáculo diseñado, producido e interpretado por él mismo. Charlamosos con él sobre la situación actual del sector artístico, el proceso creativo para dirigirse a uno mismo y proyectos soñados.
Fotografías de Adrián Nucelar, estilismo de Sara Sánchez y agradecimientos a 15 Segundos Store.
Sweet dreams es una pieza de danza, texto y poesía producida, dirigida e interpretada por ti mismo. ¿Cómo la explicarías a quienes no la han visto?
La obra habla del abismo de una crisis existencial. De la sensación de estar perdido en el mundo, algo que nos sucede a tod_s de una manera cada vez mas recurrente. Vas a venir a verla y te va a parecer que la obra esta hablando de ti desde mí. Es algo catártico. Puede sonar muy filosófico pero es de lo mas corriente y cotidiano. Nos pasa a tod_s. A todas horas. Eso sí, en distintas épocas de nuestras vidas porque responder a lo que la vida espera de nosotros es tremendamente difícil.
Ajustarse a lo que uno se ha planteado construir consigo mismo esta lleno de desilusiones y fracasos. Y ahí voy. El fracaso esta bien. Tanto o casi mas que el éxito. Porque al final tu vida esta hecha de muchos mas fracasos y has de construir algo hermoso con eso. No puedes vivir en la inconformidad constante. Somos una generación sobre la que se han puesto muchas expectativas y a la que se le ha dicho que si estudia y se esfuerza lo va a tener todo en la vida, y obviamente, no es así. Ni de lejos. La obra habla de todo eso y utilizo todos los referentes artísticos y vitales que tengo. Utilizo texto, poesía visual, danza, referencias religiosas, referencias pop, tutorales de cocina… es una feria de la luz y a la vez una verbena del fracaso.
“La precariedad es algo inherente a la producción y tiene que dejar de serlo”.
¿Cómo es controlar tu propio proyecto en cada una de sus partes? ¿Una lucha contra el interior y la libertad de Alberto Velasco?
Supongo que te da libertad total y absoluta, pero conlleva más quebraderos de cabeza. Exacto. Así es. La libertad es absoluta y eso no es comparable a nada. Realmente he hecho el espectáculo que he querido hacer en este momento, con el equipo que he querido y además estando muy de acuerdo con lo que se dice y como se dice. Los quebraderos de cabeza sobre todo llegan con la parte empresarial, lo referente a producción. La parte artística ha fluido más que nunca. Tengo mucha suerte de contar con creador_s (vestuario, escenografia, música) que creen en mí y en el proyecto y se suman multiplicando el mensaje y enriqueciendo mucho la propuesta.
En realidad me pasa algo muy fuerte con esta función. Siento que no me ha costado nada construirla. Todo ha ido surgiendo de manera natural y lo que se planteaba en la sala de ensayos funcionaba y casaba con lo que imaginaba en el trabajo previo. Cualquier escena que proponía tenia sentido y encajaba conceptualmente con la obra. Mi ayudante, María, y yo estábamos emocionados y sorprendidos con lo natural del proceso y se nota en escena. Sweet Dreams me representa tanto y estoy tan de acuerdo con lo que digo en el escenario, con cómo lo digo, y con la libertad que afronto como creador e intérprete, con el juego y el ritual que se genera… Estoy profundamente conmovido y agradecido a este proceso. Y también con lo generado en el público. Se han conmovido porque estoy hablando de algo universal. De algo que nos atraviesa a todos los seres de este mundo. Somos un manojo de sueños y de miedos intentando hacer la vida de la mejor manera posible con las pocas herramientas que hemos ido encontrando.
¿Te gustaría rodar la obra por otros lugares del país?
Sí. Me encantaría y de hecho parece que muy pronto estaremos en carretera. Soy un actor de guerrilla. Siempre lo he sido debido a la precariedad del sistema. Desde que salí de la escuela de arte dramático he tenido esa pulsión creadora. Y para llevarla a cabo con el mínimo presupuesto… uno mismo tiene que cargar y descargar furgonetas con la escenografía, conducirlas, llegar al teatro, montar, actuar, desmontar y cargar de nuevo. La precariedad es algo inherente a la producción y tiene que dejar de serlo. Así que la gira que venga ha de ser en condiciones óptimas.
“Reflejar un tipo de cuerpos fuera de la norma en escena, ya es reivindicación. Hablar desde los márgenes, ya es reivindicación.”
Top de Marlo Studio.
¿Qué es y qué supone el teatro para Alberto Velasco y para su carrera profesional?
El teatro es casa y es espejo. El lugar donde me reencuentro conmigo mismo y me siento cuidado y protegido. Es el altavoz de mis sueños y mis penas. Es ese espacio en el que crezco y me enfrento a mi mismo no como contrincante si no como aliado. Para crecer. Para ser mejor artista y por supuesto, mejor persona. La magia que tiene el teatro y el hecho escénico es incomparable a cualquier otra pulsión artística para mi. Gran parte de tu obra está ligada de una u otra forma a varios aspectos sociales.
¿Entiendes el arte sin reivindicación?
Es imposible no crear con un punto de vista concreto sobre el mundo y esto ya es algo político. Tomas conciencia y lanzas un mensaje. La manera en la que utilizo el cuerpo en escena, los signos escénicos que utilizo, el concepto… todo es una revolución silenciosa. Me encantaría estar más distanciado de la reivindicación pero es inevitable, no sé hacerlo de otra manera. No hace falta sacar carteles y manifiestos políticos. Reflejar un tipo de cuerpos fuera de la norma en escena, ya es reivindicación. Hablar desde los márgenes, ya es reivindicación. Tomar voz en algo, es reivindicación. Callarte en los temas que no te tocan, es reivindicación.
Vestido de Marlo Studio.
También se estrenó en mayo la comedia Atra Bilis, que has dirigido y producido. ¿Qué puedes contarme de ella?
Atra Bilis es un sueño de comedia. Es como si Berlanga, Valle Inclán y Delibes tuvieran un hijo al que cuida Almodóvar por las tardes. Imagínate. Los personajes son extremos opuestos y nos ofrecen situaciones increíblemente cómicas. Es una comedia negra, rural y llena de sorpresas. Hemos estado en el Teatro Infanta Isabel de Madrid hasta el sábado 11 de junio y a partir de agosto iniciamos una extensa gira por todo el país que nos llevará a Fuenteovejuna, Palencia, Gijón, Arnedo, Segovia, Salamanca, La Palma…
¿Es muy diferente el proceso de dirigir a otros o interpretarlo tú mismo?
Creo que la suerte de trabajar en las dos orillas del río me hace entender mejor la corriente y así puedo transmitir mejor la información para que llegue a buen puerto. Quiero decir, como actor tienes unas necesidades que cuando has dirigido y entiendes el proceso que hay al otro lado, las gestionas de forma diferente. Empatizas mas con el que esta al otro lado y puedes organizar tu trabajo mejor. Creo que es muy enriquecedor ser actor para dirigir y viceversa.
Vestido de Guillermo Décimo.
Con el hecho de vivir con naturalidad visibilizas la diversidad de numerosas formas y es algo que ofende a ciertas personas. ¿Qué opinas de esto?, ¿es difícil?
Es tan alucinante que la libertad ofenda, no hemos entendido nada. Vive y deja vivir. El mundo es enorme y las opciones de vida infinitas. Pero vida solo tenemos, demostrada, una. Aquí y ahora. Así que mi momento no volverá a estar condicionado nunca más por lo que digan de mí o si mi mera existencia molesta o deja de molestar. Valoro más que nunca la tranquilidad y eso pasa por escoger muy bien tus batallas. Ha sido difícil, pero una vez encontrado el punto exacto, es lo más fácil, revelador y cómodo del mundo.
El arte, en general, es un sector complicado si hablamos desde lo laboral. ¿Cómo has llevado este tema desde que empezaste?, ¿Alberto Velasco lo gestiona bien?
Cuando eres joven lo llevas mucho mejor. Ahora ya no tanto. Vas creciendo y necesitando una estabilidad. La precariedad de mi sector junto a la intermitencia hace que tengamos unas vidas muy inestables. Como he dicho antes, ahora valoro mucho más la tranquilidad. No quiero tener esta vida cuando no tenga energía suficiente. Me ha costado entenderlo, pero realmente creces y tu proyecto de vida cambia.
¿Con qué otros proyectos propios te atreverías? Una película de Alberto Velasco suena bien.
Quiero hacer más teatro y proyectos de mayor envergadura. Me encantaría que saliesen los proyectos que tengo para televisión como creador. Proyectos diversos, emocionantes y divertidos… ¿Película? Por qué no. Me encantaría. Mi ultimo cortometraje El rey de las flores me ha dado muchas alegrías y quiero seguir investigando el lenguaje audiovisual por ese camino.
¿Hay planes de volver a la televisión?
Planes siempre hay, otra cosa es que se conviertan en sucesos… -risas-. Ojalá pronto. Me encanta hacer televisión también como actor.
Vestido de Guillermo Décimo.
