BIENAL DE VENECIAProceso de intercambio. Cientos de propuestas expositivas. Nuevos y viejos listados. Y un conjunto de propuestas como ejemplos de los acontecimientos actuales del mundo del arte
Con un título, ILLUMInations, que ofrece tanto una reflexión sobre la cualidad de anticipación que el arte es capaz de ofrecer, como un comentario político, la 54 edición de la Bienal de Venecia, dirigida por Bice Curiger, se presenta como un conjunto expositivo que aspira estrechar el diálogo con la audiencia a través de una experiencia perceptiva y a la vez subrayar los aspectos reflexivos e intelectuales del arte a modo de “campos de iluminación”. Es decir, goce visual como trasmisor de pensamiento. Pero este ILLUMInations del título incluye la palabra “naciones” como un modo de incluir las intenciones de distintos artistas que en los últimos años se han ocupado de representar diversas comunidades, colectivos o grupos minoritarios, poniendo en jaque toda idea de nación homogénea. Estos “semilleros de comunidad” que para la directora de la bienal el arte proporciona, son representados por los 82 artistas que habitan el pabellón principal. A diferencia de otras ediciones, donde la representación caía en artistas con varios años de trayectoria, esta edición incluye a 32 artistas jóvenes nacidos todos ellos a partir de 1975. Los nombres y aportaciones superan el mero listado, pero de entre todos destacan el de Asier Mendizabal, Carol Bove, Martin Creed, DAS INSTITUT y Kerstin Brätsch, Ryan Gander, Seth Price, Frances Stark o Gabriel Kuri. Si bien el recorte generacional resulte principalmente joven, una generación anterior compuesta por Llyn Foulkes, Jack Goldstein Gedewon y Jeanne Wintsch Natalie está presente. Pero la bienal no es solo una gran exposición sino un conjunto interminable de ellas. Los pabellones nacionales, que ponen en crisis toda idea de representación nacional, permiten potenciar la experiencia expositiva haciendo de cada pabellón un universo expositivo propio. Entre ellos resultan imperdibles el que presenta Dora García en el español, Adrián Villlar Rojas en el argentino, Alejandro Cesarco y Magela Ferrero en el uruguayo, Yael Bartana en el polaco, Thomas Hirschhorn en el suizo o Mike Nelson en el inglés. Todo un compilado de procesos, gestos y elementos que hacen del arte “un lenguaje reflexivo que cultiva una manera lúcida de enfrentarse al mundo exterior”.

Hasta el 27 de noviembre de 2011, Venecia

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