CANNES MON AMOUR (IV) Cannes: Historias de amor (IV). Por Aurélien Le Genissel

No todo son dramas, relaciones pasionales y autodestructivas, turismo sexual, identidades sexuales inciertas y demás cuando hablamos de amor. También hay sitio para la poesía, el cariño y el humor. Así lo demuestran las dos últimas entregas de nuestro paseo por la ciudad del amor francesa. No, esta vez no es París (a partir del lunes ya volverá a serlo) sino Cannes y su festival.

In another country: Si quisiéramos ser malos, que no es nuestro estilo, podríamos decir que las películas de Hong Sang-soo siempre son iguales: un escritor, cineasta o pintor (un artista en definitiva) que vuelve a casa o viaja a algún lugar, se encuentra con un amigo, habla de temas existenciales, bebe más de la cuenta, se enamora de su mujer y normalmente se acuesta con ella. Toda la filmografía del cineasta coreano consiste en una ligera variación sobre este mismo tema. Y siendo un creador tan prolífico, uno tiende a confundir las películas o a tener la sensación de haberla visto ya. En su defensa, se puede decir que cualquiera que se vea suele tener un interesante nivel cinematográfico. En su contra se puede decir…lo mismo. No hay ninguna que destaque demasiado.

CANNES MON AMOUR (IV)

Lo único que las diferencia son las ocurrencias puntuales, las escenas divertidas o poéticas y la densidad de las tramas. Y es que sus primeras obras quizás fuesen algo más profundas y melancólicas (la gente se emborrachaba más) mientras que últimamente ha tendido más a la comedia ligera cercana al vaudeville. Así se puede describir exactamente In another country, la película que presenta este año en Cannes. Una propuesta ligera, fácil de ver, cuyo humor decalé siempre te arranca una sonrisa (el magnífico personaje del vigilante de la playa vale la pena) y cuyo tono suave y melancólico funciona muy bien. Algo que se agradece en una edición marcada por las pelis trágicas y pesimistas. Hong Sang-soo decide contar tres historias, como tres cortos (casi independientes) en los que habla de lo que hemos dicho anteriormente: las mujeres, el amor, la pareja, la fidelidad, el deseo…Todo ello repitiendo personajes y jugando con el espectador al utilizar varias veces los diálogos y las escenas en los diferentes fragmentos del film. Una dimensión lúdica que no esconde una verdadera reflexión sobre las dificultades del amor y de la vida en pareja. Una obra delicada y justa pero que sigue sin ser esa película que destaque y rompa los moldes de la filmografía del realizador coreano. Y mucho menos que merezca premio alguno en Cannes.