CANNES: MOONRISE KINGDOMNuestro enviado a Cannes, Aurélien Le Genissel, nos habla sobre la película de Wes Anderson que ha abierto el Festival

El festival de Cannes ya ha dado su pistoletazo de salida con todo lo que podíamos esperar: el sol, la playita, las estrellas, el glamour y mucha, mucha gente pululando alrededor de la famosa Croisette en busca de entradas, fotos, autógrafos o simplemente una imagen para guardar en la retina. Las más emblemáticas, como siempre, las han protagonizado los actores, actrices, realizadores y demás subiendo la alfombra roja para acudir a la ceremonia de apertura presentada este año por la actriz francesa Berenice Bejo (protagonista femenina de The Artist). Pero el espectáculo también ha estado en los alrededores del institucional Palais con la aparición (más o menos rumoreada) de Sacha Baron Cohen quién, con su show habitual, ha venido a hacer un poco de publicidad para su próxima película titulada El Dictador. Camellos (o dromedarios), guardaespaldas atractivas y un dictador con sentido del humor han amenizado la espera antes del inicio del festival.

CANNES: MOONRISE KINGDOMUn certamen abierto por Moonrise Kingdon, el cuento dulce y fantástico del siempre imaginativo Wes Anderson que llega a las pantallas españolas el próximo 15 de junio. Una película made in Anderson en la que volvemos a disfrutar de una estética de tonos suaves (verde, azul y sobretodo beige), unos detalles retro y un universo tan surrealista como infantil. Mezclando la onírica fantasía de las leyendas y un formalismo lúdico y trabajadamente irreal, la película cuenta la clásica historia de huida amorosa. Lo que pasa es que en este caso los que huyen son un joven huérfano y una joven “problemática” (con todo lo que ello implica en el universo de Anderson). Una especie de Pierrot el Loco versión naive. O de Badlands revisitada por Disney. Todo ello con toques de amor imposible, a lo Romeo y Julieta, y toda la imprescindible gama de personajes inclasificables propios al estilo de Anderson.Empezando por el joven protagonista, un scout asocial y soñador (¿no es esta una buena definición de los personajes predilectos de Anderson?), y su pareja, una chica mona que esconde un fondo histéricamente agresivo. Y siguiendo por toda la troupe habitual del realizador, del padre depresivo y rígido (Bill Murray) al primo impredecible (Jason Schwartzman) pasando por la neurótica asistenta social (Tilda Swinton). Se les une en este caso un irreconocible y acertado Bruce Willis, en apático y bonachón sheriff de una isla tan imaginaria como Neverland y tan rara como la de Lost (no hay osos polares pero podría haber aparecido uno y no le hubiera sorprendido a nadie…).

CANNES: MOONRISE KINGDOMY es que, como era de esperar, el viaje de huida se convierte en un seguido de situaciones ocurrentes y gags poéticos y/o humorísticos de todo tipo. Seguramente el mayor acierto de la película sea la preciosa y sutil manera con la que el realizador aborda temas tan complejos como la sexualidad adolescente o los profundos problemas familiares. Más discutible resulta la dimensión moralizadora y dulzona de una obra que no deja de ser, al fin y al cabo, un cuento para niños mayores (o no tanto). Con todo lo que ello conlleva de guion predecible, happy ends y escenas apoteósicas. Imprescindible para los amantes del realizador y aconsejable para los demás.