Casa Mirasol está ubicada en una calle tradicional del barrio El Cabañal, en Valencia. Se trata de una construcción sencilla y anónima de Iterare arquitectos. Y que obedece a la tipología característica de aquellas antiguas viviendas de pescadores que en su día configuraron los paseos de la zona.
Todo empezó cuando Vanessa, joven portuguesa que trabaja para la NASA, solicitó un programa de dos habitaciones. A partir de ahí, el estudio Iterare arquitectos recupera Casa Mirasol rescatando el legado del proyecto original. Y fundamentando su intervención en la revisión de sus elementos más representativos. Como el espacio del lucernario. Una torre que se alza con autonomía sobre las vetustas cubiertas del barrio valenciano. Un auténtico vacío de luz y de sombra capaz de retener la sutil variación que el resplandor del Mediterráneo ofrece durante el día. Desde las imponentes penumbras de la mañana, a los frágiles tonos del atardecer.
Primera presentación
Casa Mirasol presenta actualmente una superficie de 96 m2, repartida entre dos plantas iguales de 48 m2. Aunque, antes de la intervención realizada por los arquitectos de Iterare que ha costado 1.100 €/m2, la vivienda ya estaba dividida horizontalmente en esos mismos espacios.
Ambas áreas eran una amalgama de habitaciones y elementos estructurales que se habían ido añadiendo a lo largo del tiempo, sin ningún tipo de orden. Sin embargo, en ambas plantas de Casa Mirasol había estancias intermedias, con huecos de ventilación e iluminación superiores.
Por otra parte, llamaba la atención el patio, que, con una superficie de 8 m2, estaba relegado a ventilar e iluminar tímidamente las estancias traseras de Casa Mirasol, pero no tenía ninguna participación real en los espacios. “Su dimensión se había reducido a lo exiguo con la construcción de un almacén que casi lo colmataba. El patio estaba, en realidad, negado. No se le había dado mayor importancia”, afirma Iterare arquitectos.
Orientación de la Casa Mirasol
La fachada principal está orientada a oeste y el patio trasero a este. De ahí que recuperar el patio y “anexionarlo” al resto de los espacios de la vivienda fuera una de las premisas fundamentales del proyecto impulsado por el estudio Iterare arquitectos.
La cocina proyectada por Iterare arquitectos
En la planta baja de Casa Mirasol se encuentra todo un espacio abierto en el que la cocina divide el comedor de la sala de estar. Es más, según explica Iterare arquitectos, “la cocina tenía mucha relevancia por formar parte del espacio principal de la vivienda, así que debía estar integrada con el resto de elementos de la misma. En este sentido, hay un esfuerzo por anexionar la cocina en la distribución a nivel dimensional. Pero también, y de forma muy consciente, a nivel material, a través del uso de la piedra. Así, el mismo material del pavimento construye la encimera, se despliega por los laterales y continúa por el mueble de la sala de estar”.
No obstante, la falta de espacio obliga a maximizar los usos dentro de la cocina de Casa Mirasol, que aprovecha “recovecos” para dar mayor dimensión a los módulos de almacenamiento. Y que incluye, por ejemplo, la lavadora integrada o el cuadro de luz, registrable a través de la trasera de uno de los módulos de menor profundidad. “Todas estas cuestiones son imperceptibles por la integración de la cocina, pero llevan detrás una meditada distribución de elementos”, añade el estudio Iterare arquitectos.
Mientras, los módulos que se han empleado como base en la cocina de Casa Mirasol son de la marca Kvik, a los que se ha acudido por economía. Pero, como concreta la firma Iterare, “prácticamente sustituimos todos los elementos de la cocina con los nuestros a medida: la encimera de piedra, los terminales de los laterales también en piedra, el zócalo en piedra con perforaciones para la ventilación, las traseras de la zona de cocción y lavado, la iluminación, los registros, la ubicación de las instalaciones, etc.”.
Una torre particular
La particularidad de Casa Mirasol era una torre que se alzaba un nivel más sobre las cubiertas adyacentes. Pero que estaba cegada y era inaccesible cuando Iterare arquitectos la encontró. No obstante, se decidió incorporarla al plan de reforma y trabajar su volumen para transformarla en un lucernario que se alzase sobre las demás viviendas del barrio.
Parece natural, por tanto, que, desde el punto de vista espacial, sea ese mismo lucernario el componente más representativo de Casa Mirasol. Un auténtico vacío de luz (y de sombra) capaz de retener entre sus superficies la sutil variación que el resplandor del Mediterráneo ofrece durante el día.
Climatización de la vivienda
Casa Mirasol carece de sistemas de climatización. Tal y como describe Iterare arquitectos, “el presupuesto limitó la intervención, confiando la climatización a mecanismos pasivos. Entre estos se encuentra la reducción de las demandas a través de la mejora de la envolvente térmica, mediante trasdosados con aislamiento y nuevas carpinterías con rotura de puente térmico. Así como a la ventilación cruzada, resultado de la propia distribución abierta que permite el aprovechamiento de la brisa para renovar el aire interior”.
Además, el lucernario se planteó originalmente motorizado para generar un efecto chimenea que disipase el calor en verano, pero de nuevo las limitaciones presupuestarias lo redujeron a un vidrio fijo.
Remodelación en El Cabañal
Viene bien recordar que El Cabañal ha experimentado un gran cambio recientemente. De hecho, en los últimos años, se ha producido una reurbanización de algunas de sus calles. “Una intervención acertada, que ha renovado las aceras, las zonas de arbolado y que ha reorganizado el espacio para los vehículos”, según observa el estudio Iterare.
Todo ello ha reformado la imagen de la localidad donde se asienta Casa Mirasol, junto a una significativa inversión privada. Tanto de viviendas turísticas como de particulares que han querido tener su hogar principal en el barrio de El Cabañal. Es más, se han renovado muchas de las fachadas típicas de la zona. Y los comercios y, sobre todo, la restauración, han ido ganando fama y actividad.
Sin embargo, Iterare arquitectos asegura que “todavía hay muchas viviendas deshabitadas en El Cabañal. Muchas de ellas en propiedad del ayuntamiento de Valencia, que tiene sus procesos para sacarlas a subasta. Algunas de ellas son parte de planes municipales para convertirlas en centros públicos”.
Materiales empleados en la reforma
En Casa Marisol se utiliza una piedra caliza en pavimentos (tanto interiores como exteriores), formando el peldañeado de la escalera, las encimeras, repisas, escritorios y otros remates. Aunque también se emplea granito en la fachada principal (zócalo, buzón y celosía) por ser más durable.
Mientras, las carpinterías de la fachada principal de Casa Mirasol son de pino barnizado, asimilándose al tono del rechapado de roble de las puertas de paso de la vivienda. A su vez, las carpinterías recayentes al patio trasero son de aluminio anodizado.
Las partes difíciles del plan de Iterare arquitectos
En primer lugar, hay que señalar que el proyecto Casa Mirasol sufrió de primera mano las consecuencias de la pandemia. Las primeras conversaciones con el cliente se sucedieron en verano de 2.019, pero la obra no concluyó hasta finales de 2.021.
En segundo lugar, habría que destacar los trabajos que se desarrollaron en la fachada recayente al patio trasero de Casa Mirasol. En palabras de Iterare arquitectos, “dado el ajustado presupuesto y la necesidad de mantener el volumen original por normativa, hubo que desmontar pieza a pieza el cuerpo de la torre (de arriba hacia abajo), realizando todos los refuerzos estructurales necesarios. Sin perder la estabilidad de los cerramientos y manteniéndolos en la medida de lo posible para reaprovecharlos”.
“Todo ello, hasta llegar a descargar el hueco completo de la planta baja que se abre al patio trasero. Sin embargo, se realizó un trabajo estructural muy minucioso en este punto, con la colaboración estrecha y la implicación de la constructora Ambau. Gestión y Proyectos S.L”, agrega el estudio.
A la par, resultó también un desafío el “vaciado” del mirasol. Este no existía en origen y hubo que consolidar los forjados a la vez que se redistribuían las cargas de la fachada trasera. “Decidimos emplear recursos y esfuerzo añadidos para desarrollar este elemento, puesto que era central en la idea del proyecto y eje de la distribución. Tanto a nivel funcional como espacial”, concluye Iterare arquitectos.
Austeridad y economía
“Solemos resolver los trabajos con una marcada austeridad material y economía de medios. Como parte de un lenguaje que el estudio va desarrollando con la práctica. Los proyectos son esenciales en su planteamiento espacial y formal, y este carácter se extiende a su resolución material. En consecuencia, el número de materiales utilizados suele ser muy reducido, pero cada uno de ellos adquiere especial relevancia”, pone de manifiesto el estudio.
Sobre Iterare arquitectos
Pedro Ponce y Rubén Gutiérrez dirigen un estudio concentrado en una práctica arquitectónica esencial. Preocupada por el contexto en el que se ubica cada obra y su interpretación contemporánea y atemporal. Su particular aproximación al problema arquitectónico permite la resolución de programas de todo tipo y escala. Desde el ámbito doméstico, la arquitectura residencial colectiva, el equipamiento público y la arquitectura industrial. Hasta el propio mobiliario, objetos o incluso el diseño gráfico y la dirección de arte.
Igualmente, el rigor constructivo y la precisión del detalle, una materialidad meditada y contenida, y la interpretación de los elementos propios del contexto, son elementos característicos de la obra de Iterare. Su ejecución encuentra siempre lugares comunes en el manejo de la luz y el clima, las proporciones, la geometría, los encuentros y el ritmo de los espacios. Es bajo este prisma que hasta el más modesto de los objetos es capaz también de dar respuesta a principios más amplios y esenciales sobre la vida y el hábitat.
