Pónganse en lugar del que escribe. Una calle en la que se ha pasado, y malgastado, buena parte de la mocería siempre debería ocupar un rincón sentimental en el desván de los trastos viejos, pero he de confesar la poca afición que realmente sentía por los locales que allí se concentraban. La calle Santa Teresa fue una de esas que ocupamos la chavalada cuando el botellón nos sabía a poco y sentíamos la necesidad de encontrar nuestros primeros bares en la ciudad. Eran los primeros noventa y me vi arrastrado hasta ella por mor del colegueo, pues ni la música ni el rollo de aquel barrio de Alonso Martínez -así lo llamábamos entonces, ni Salesas ni gaitas, para diferenciarlo del de Malasaña- me ponía en absoluto. Hoy Madrid es otra ciudad y esta calle, creo alegrarme, también. Los aires gentrificadores, a veces, parecen hasta saludables.
Cócteles y street food: Calle Santa Teresa en Madrid
De repente, buenos cócteles, comida callejera decente, bocatas latinos y algo de rock and roll. A precios razonables. Apenas dos manzanas de calle siguen dando para mucho. Desde su inicio en Plaza de Santa Bárbara, donde El Junco continúa siendo el rey de los gatos más pardos, hasta que muere en Argensola, con el Dray Martina como perfecto broche, ahora gestionado por el ubicuo Grupo Larrumba. Vayamos puerta por puerta descubriendo el renacimiento lúdico y gastronómico de la calle Santa Teresa de Madrid.
La Sanducherie: sándwiches de autor desde Venezuela
Imagen superior: vista al interior de La Sanducherie desde la calle Santa Teresa
Imagen superior: pared a todo color de La Sanducherie
No empecé con buen pie en este diminuto establecimiento regentado desde hace pocos meses por tres jóvenes amigos venezolanos. No entraré en detalles con la asignación de mi reserva ya que lo importante fue que acabé comiendo y bebiendo a gusto y sin rencores. La propuesta es sencilla: sanduches (así se llaman a los bocadillos en Latinoamérica) creativos, de autor, variados y presentados por la mitad para compartirlos mejor en un espacio decorado con sencillez y color latino por La Casita de Margaux.
Más allá de las ensaladas -reconozco que este paso suelo saltármelo-, el único escollo aquí es dar con tu sándwich internacional apropiado. Algunos de los más sabrosos: Pulled Porky (cerdo cocinado ocho horas, con salsa barbacoa, ensalada coleslaw y pepinillos), Beef Eater (entrecot de ternera con tomate, bacon, rúcula, queso ahumado y salsa horseradish), El Cubano Mi Hermano (cerdo desmechado con pavo natural, mostaza Dijon, pepinillos, queso y sal maldon), o Pollo Thai (mulsos de pollo marinado al estilo thai con salsa de la casa y triple verde de mézclum, cilantro y hierbabuena). Puede añadirse un sinfín de extras y hay que elegir pan entre ciabatta, focaccia y brioche, aunque conviene ajustarse a las recomendaciones.
Imagen superior: detalle de uno de los bocatas de La Sanducherie
Mención aparte merecen las patatas fritas, trufadas o no, bien crujientes y nada aceitosas. Tan buen plus como los golosos postres, a su vez tan sencillos como los cócteles con los que se atreven sin escrúpulos ni maestría de bartender: Negroni, Aperol Spritz, Americano, Mint Julep… Admirable sus ganas de agradar y de completar carta con cervezas artesanales, espumantes y otras referencias.
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La Sanducherie
Calle Santa Teresa, 1, Madrid
Tel. 917 00 27 02
lasanducherie.es
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Bocacalle: el sabor del Madrid callejero
Imagen superior: interior de una de las salas del restaurante Bocacalle
A esto nos referíamos. Madrid es terreno abonado a nuevos proyectos impulsados por jóvenes emprendedores dispuestos a ponernos las cosas fáciles. En esta ocasión, son cuatro colegas liderados por Dani Álvarez al otro lado de su cocina vista. Tanto en el comedor de arriba, algo soso, como en la cueva de abajo, más íntima, ambos espacios firmados por el estudio More & Co, street food sosegado, apetitoso, de buena base.
Imagen superior: Dani Álvarez maquinando un plato en la cocina del restaurante Bocacalle
Bocacalle combina una imagen rotunda, de aires industriales (tipografía de imprenta, paredes de Boamistura, baldosas de cemento y manteles de caucho), con platos que se anticipan a los nuevos gustos urbanos: un fish & chips con tempura negra de bacalao y mojo rojo de kimchi; un taco asturiano con ternera, aguja de cerdo, presa ibérica y faba; un perrito de carrillera a baja temperatura; unas gyozas de carne de caza sobre micuit de pato y setas; un cocido que a su caldo se le añade ramen de setas y verduras; un tiradito de caballa, arenque y cobia; una panceta ibérica con alioli de trufa negra y causa limeña de trompeta de la muerte; un atún rojo de Almadraba con remolacha de tres texturas… Mucho para pedir, compartir y disfrutar.
Imagen superior: acabado a soplete de uno de los platos del restaurante Bocacalle
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Bocacalle
Calle Santa Teresa, 2, Madrid
Tel. 916 22 59 15
bocacallest.com
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Meat: cócteles y cheeseburgers que se comen con las manos
Imagen superior: rincón de la sala y cocina vista en el restaurante Meat
Una Royal con queso. ¿Les suena? Toda vez que Pulp Fiction nos inyectara el veneno de la cultura hamburguesera, esa etiqueta la tenemos grabada a fuego y nada más mencionarla nuestras papilas se dan un baño.
Pared con pared con Bocacalle, casi como si estuvieran fusionados, Meat llama la atención por su cierre y entrada industriales. Si no fuera por su letrero y por la gente que lo abarrota de noche en fin de semana, pareciera un garaje o incluso una vieja carbonería. Una vez dentro, una inmensa nave en plan matadero con mesas compartidas de azulejo, ventilación vista, paredes desnudas, campanas oxidadas y ganchos de carnicero. En un mundo cada vez más verde y vegeta, la carne reinventa su diseño. Un sitio molón de libro ideado por el estudio Cousi Interiores.
Desgranamos el (casi) único plato de la carta (salvo en día de brunch o la reciente incorporación de su especial burguer Smokey Robinson), la hamburguesa con queso: carne ecológica procedente de la sierra madrileña, mezcla de quesos ingleses, tomate, lechuga y pepinillos. Ah, y una salsa secreta. Como acompañamiento, exige patatas fritas y aros de cebolla adictivos. Además de ensalada de col. No hay excusas, melindres, el protocolo detalla que la hamburguesa se come con las manos y por ello los cubiertos están proscritos. De postre, tarta o tortitas. La cocina cierra tarde: bien.
Imagen superior: vista cenital de una hamburguesa con queso del restaurante Meat
Y como ya no hay fonda sin coctelería propia, no está de más bajar el masticado con una mezcla a gusto del consumidor. Pida por esa boca, que el barman se las sabe todas. Ojo a su versión de Mai Tai o a sus propuestas con tequila y mezcal. Los clásicos, pedirán Mahou, Alhambra o una Anchor California Lager. Pocos aditivos más para este proyecto gestado por José Luis, Guillermo y Gabriel, tres carnívoros y residentes en el barrio que han moldeado Meat a su imagen y semejanza.
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Meat
Calle Santa Teresa, 4, Madrid
Tel. 910 29 60 41
meatmadrid.com
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Barbara Ann: cócteles, fusión divertida y playlist de glam rock
Imagen superior: las fotos rockeras, protagonistas del interior de Barbara Ann
En honor a una de las canciones más surferas de los Beach Boys, este local pasa por ser el más atractivo de la calle. Sólo el continente ya invita a no querer abandonarlo. De acuerdo que el rock de diseño pone a veces de los nervios pero ese luminoso Let’s Dance, esas paredes descarnadas, esos estampados de leopardo, esos espejos discotequeros y esos homenajes a Debbie Harry, Freddy Mercury o Dr. Frank-N-Furter son demasié.
Imagen superior: primer plano de un cóctel en el Barbara Ann con luminoso al fondo
La carta de comida se devora con garbo gracias a propuestas ligeras y apetecibles, que van de las ostras a los nachos, del bao con rabo de toro laqueado con salsa kimchi a unos mejillones thais, de una ensaladilla clásica a un ceviche de corvina y salmón salvaje con boniato y palomitas. Kebab, pizzeta, tataki, tacos, jamón de bellota a cuchillo… Fácil y entretenido, platos con pseudónimos rockeros. Más los cócteles de rigor, de un Gin Fizz a un Mai Tai o un Clover Club. Y de fondo, selección musical para un guateque nostálgico. Lo dicho, ¿mejor que en los noventa?
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Barbara Ann
Calle Santa Teresa, 8, Madrid
Tel. 918 19 55 61
barbaraann.es
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