Barcelona, ya tiene un templo de la comida Cajún y del pollo frito. Doobop recobra la elaboración emblema del fast food para retornarla a sus orígenes. Cajún es la palabra y la llave. Desde una mesa, de un local, del barrio de Poblenou puedes soñar con las cocinas y los comedores de las casas de las familias afroamericanas de ese sur de Estados Unidos tan controvertido. Comfort Food al estilo más original y primigenio.
Hace tiempo que quiero ir a Nueva Orleans. El sur de los Estados Unidos, siempre se me ha figurado, por conservador que sea, como de todo menos estadounidense, tal y como conocemos en el imaginario colectivo las ficciones o la ilusión de ese EEUU.
Imagen superior: Costilla de Cerdo Spiced en Doobop
Waffle y pollo frito con sirope y jalapeños. Mezcla explosiva en Doobop
A menudo me he imaginado en un porche de madera en un caluroso atardecer. La brisa de la canícula secando el sudor de las, en su tiempo, polémicas camisas de algodón, el olor a humedad subiendo por el delta del Misisipi, los insectos golosos pegándose forzosamente a las tartas recién hechas, bares repletos de sonidos negros y tragos fuertes.
Tragos fuertes e interiorismo raw e informal en Doobop
Algo de mágico debe de tener una ciudad tan convulsa en su historia, hija de muchos padres, primero Francia, luego España, luego Francia otra vez, para finalizar vendida a EEUU. Como los esclavos que a ella llegaban. Madrastra de muchos hijos.
Tomates verdes y fritos, plato emblema de Nueva Orleans en Doobop.
Imagino una ciudad portuaria (por definición abierta), aunque por mucho tiempo segregacionista, multicultural (sin muchos prejuicios) aunque por mucho tiempo también esclavista, en la que las culturas caribeña, criolla, negra, francoparlante se mezclan en una espesa salsa cosmopolita, como las especias en el Gumbo.
Costilla de Cerdo Spiced en Doobop. También disponen de una buena selección de cervezas de importación y artesanas.
Si, como yo, tenéis esta fantasía cumplidla: eso va por delante. Pero mientras tanto podéis y debéis ir entrando en ella en Doobop, el lugar de comida Cajún y pollo frito de Barcelona (Poblenou).
El pollo frito -emblema de la comida cajún, de la cultura negra (tanto como el disco de Miles Davis que da nombre al establecimiento) y del comfort food- se sitúa aquí en el lugar que le corresponde. En el lado contrario al fast food, línea en la que se le ha situado por décadas, debido a la cultura popular americana, la liberalización y la producción en y para las masas.
El chef Circo, el que fuera responsable de las cartes de hypes como Federal o Taranná , sigue ahora buceando en el Comfort Food en Doobop.
En Doobop, el pollo frito se hace con el mismo cariño y devoción que en las cocinas afroamericanas de Louisiana. En su elaboración: el muslo y la pata, deshuesados, se maceran durante una semana en buttermilk casero con salsa Lousiana para romper la fibra de la proteína, aportar sabor y mantener la jugosidad de la pieza. La pata y las alitas, conservando el hueso, se hierven en un caldo especiado según la receta cajún durante una hora, se conservan en buttermilk y por último, se rebozan y fríen al momento con un doble empanado sin huevo.
Por otra parte, la fritura (oveja negra de las técnicas culinarias) es la estrella indiscutible. El buen frito, por supuesto. El aceite que se usa es de alta calidad y limpio; se usa a una temperatura controlada para conseguir la mínima absorción de aceite y materia prima de excelentísima calidad. La fritura bien hecha es saludable porque se prescinde de grasas extras, manteniendo la jugosidad y el sabor del ingrediente.
Madera y luces cálidas en el piso superior de Doobop
El Po-Boy Sandwich, el Pollo frito estilo Cajún, los Waffles con pollo frito, sirope de arce y jalapeños, nuggets de mejillones, los tomates verdes fritos con relish de maíz, pimentón, apio, mostaza y cúrcuma; el bacalao frito, con un rebozado impecable y una carne tierna y jugosa con mayonesa de cilantro, lima y jalapeños o los tacos de gamba frita son sólo algunos de los platos principales que el chef propone.
El chef Circo, argentino ciudadano del mundo que fue responsable de las cartas de referentes hype cómo Federal (de Sant Antoni) o Tarannà, sigue ahora en DooBop buceando en el comfort food, aquella cocina que se asemeja a la casera, la familiar, la que se comparte y hace sentir bien porque se disfruta en compañía y hace conectar con la parte emocional del acto de comer.
No es necesario ser sacudidos por una catástrofe para tener presentes que la vida es una celebración. Hagamos como en Nueva Orleans, a la que se le asocia la frase Laissez les bontemps rouler es decir, “dejad que los buenos momentos duren”. Que lo malos llegan solos, añado yo.
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