Entrevista a Corizonas

“Nueva Dimensión Vital” es el nuevo trabajo del grupo donde confluyen Los Coronas y Arizona Baby

Cinco años han pasado ya desde aquel The News Today, el disco con el que Los Coronas y Arizona Baby demostraron que su fusión en un mismo ente –Corizonas– no solo se alejaba del esperpento sorpresivo con el que caló la noticia, sino que venía dispuesta a engrandecerse en una comunión de fuerzas aplastantes y arrolladoras. Hoy regresan más barbudos y melenudos que nunca, más cercanos y viscerales, si cabe, a través de una labia que escupe verdades como puños concentradas en un nuevo trabajo, Nueva Dimensión Vital (Subterfuge, 2016).

Sin alejarse de la esencia americana de su sonido pantanoso, coquetean esta vez con el engranaje eléctrico y electrónico para guiñarle  el ojo a géneros como el power pop y la psicodelia, en un acertado ejercicio de detallismo y efectos que ponen la guinda al pastel. Una hora antes de subirse al escenario de Radio 3 en el madrileño Museo Reina Sofía, para conmemorar el Día de los Museos, Javier Vielba (compositor y voz principal) desmiembra conmigo las intenciones y alegatos de estas nuevas once canciones  con vocación humanista. La de aquellos que pisan terreno de juego, la de los que se meten en el barro y se embadurnan hasta el cuello si es necesario. La de aquellos que habitando en sociedad saben extraer las lecturas de esa experiencia y se atreven a ponerlas sobre la mesa porque, para bien o para mal, por lo menos la han vivido.

No hizo más que salir el disco y directo al nº 3 de iTunes…  ¿Andáis pendientes de estas cosas o no es algo que os quite el sueño?
Lo mejor que puedes hacer como músico o como artista es no dejarte influir mucho por esas cosas. Precisamente hoy leía un artículo sobre los diez discos de la historia más maltratados por la crítica, ¡y lo cierto es que todos eran discazos! ¿Pero quién va ir ahora a darle dos tortazos a esos críticos que pusieron a parir esos discos? ¡Nadie! ¿Pero quién se comió la mierda por culpa de esos comentarios caprichosos de los críticos? Los grupos, y más de uno seguramente se quedaría por el camino por culpa de cosas así. Es una pena. A mí me gustaría que los críticos, de alguna forma, pagasen por sus pecados porque siempre salen indemnes; sin embargo los artistas nunca escapan a la crítica. Intentas que no te afecten estas cosas, pero piensas en los que tuvieron que quedarse por el camino o coger un curro de mierda y dejar de hacer canciones… No sé, creo que hay que ser un poco más responsables a la hora de emitir ciertos juicios.

Imagino que esta responsabilidad de la que hablas no se refiere solo a una mala crítica de un disco, quizás estamos hablando de un sistema que no funciona del todo bien…
Todo influye. Esto podríamos aplicarlo a la política, al cambio climático, al sexismo… A tantas cosas que están mal en el mundo… Muchas veces son tantos los factores, están tan arraigados y vienen de tan lejos que ¿dónde vas a buscar el momento de esa encrucijada hacia lo bueno y lo malo para regresar a ese punto de la historia y corregir? En la música hasta corrientes artísticas como pudieron ser el punk o el grunge, que nacieron de una manera muy humana, muy espontánea y muy real, acabaron comercializándose. Ahí es cuando comienzan a aparecer los advenedizos, los ‘busca tesoros’, la gran fiebre del oro, esa que ha existido siempre.

Ahora mismo estamos asistiendo a una de hecho…
Eso es. Ahora un chaval o chavala que lo quiere petar y busca fama y fortuna ya no dice que quiere ser cantante; ahora dice ‘quiero ser chef’. Me hace gracia cuando nos preguntan a nosotros como grupo sobre la fama y tal… No sé, quizás, que nuestro disco guste a la gente o no,  no tenga que ver con la fama sino con la conexión entre personas. Nosotros somos gente que nos gusta la música y somos actores dentro de un teatro que hemos creado a nuestra medida, nuestro propio teatro. Como dice Loquillo: “Yo soy yo mismo en el escenario, cuando estoy fuera soy el personaje”. Es eso, buscas evadirte de ese contexto que te ha impuesto la realidad y creas otro entorno en el que puedes dejarte llevar; en nuestro caso es el musical, el escénico.

Entrevista a Corizonas

Fotos: Juan Perez Fajardo

Otro entorno, una Nueva Dimensión Vital, como vuestro disco. ¿A nivel conceptual atiende a parámetros sociales generales o estáis hablando de una nueva etapa en el seno del grupo?
Es un poco todo, incluso a nivel personal. Cuando compones, a la hoja en blanco no la puedes mentir, es el confesionario más inquisitivo, donde sale todo. En este disco estamos hablando de cosas a nivel personal, a nivel de grupo y por supuesto del contexto político y social. Vivimos en una época donde todos estamos muy concienciados con estos temas porque es necesario, aunque también creo que estamos en un momento en el que igual que está de moda la cocina también lo está la política. Ahora groupies tiene Íñigo Errejón, no nosotros. Me da igual de lo que vayan los políticos y su palo ideológico, al final son élites y dicen ser del pueblo pero yo desconfío. Nosotros sí somos rebeldes, quizás sin causa, y nuestro deber como artistas es desconfiar y poner el dedo en la llaga siempre.

¿En la de todos ellos?
En la de todos, no enarbolamos pancartas de nadie, no compartimos trinchera. Por eso Nueva Dimensión Vital se apoya en filosofía básica y en la sabiduría popular. Nosotros no somos dogmáticos con nadie y menos con nosotros mismos, por eso en este ejercicio de libertad creativa cualquiera puede sentirse identificado con nuestra música, independiente del color que vote en las urnas.

Por ejemplo el tema que abre el disco, “La cuerda que nos dan”, es una canción con un espíritu reivindicativo bastante claro… ¿no hay afán proselitista?
No, porque además nosotros somos un reflejo de lo que hay, como individuos y como miembros de una sociedad; pero no tenemos las respuestas. Lo que tenemos son muchas preguntas. También creo que esas respuestas quien puede tenerlas es el propio oyente, el propio público, nosotros al fin y al cabo lo que buscamos es crear estímulo, una acción que provoque una reacción. Nosotros queremos a un público activo, no un público lastre que venga a ver qué les das; por supuesto que tengo cosas que darles pero ¿qué me vas a dar tú a mí? Esto es un intercambio. Y a mí me gustaría que este disco la gente lo hiciera suyo, que reinterprete las letras y que se imaginen lo que quieran. Yo quiero estimular las mentes a través de la música que hago.

Supongo que esta necesidad de comunicación y haceros entender bien habrá sido una de las razones que os ha llevado a cambiar al castellano con este disco…
Sí, en parte sí. Ese entorno inmediato provoca una urgencia, y esa urgencia y ansia de querer llegar antes con el mensaje pues sí, sí tiene que ver con el idioma y nuestro cambio al castellano. Además, profundizando más en este asunto del lenguaje y el idioma, creo que tenemos una identidad cultural lo suficientemente potente y sólida a nivel histórico como para no tener que depender de otras culturas. Igual que está muy bien que los ingleses se abran a otras culturas o incluso a otros idiomas, pues parece que tienen vetado todo aquello que no sea en inglés, en España en ese sentido siempre hemos sido mucho más abiertos. Y creo que es eso bueno. Pero también creo que, sin llegar a ser cerrados, no estaría de más que fuéramos un poquito más nuestros, un poquito de chovinismo no vendría mal.

Ahora mismo este mensaje puede que no esté sentando bien a muchos…
Bueno, que cada uno lo entienda como pueda; hoy parece que todo el mundo desea sentirse ofendido por algo. Nosotros tampoco hemos venido aquí a ser políticamente correctos.

También hay carpe diem en Nueva Dimensión Vital con canciones como “Todo va bien” o “Vivir y no pensar”, aunque con pildorazos de sarcasmo no?
“Vivir y no pensar”, sin querer pecar de cultureta, hace un poco de referencia a Bergman y su película “El séptimo sello” en la que se plantea algo tan sencillo, e incluso simplón a estas alturas de la vida, que se nos ha olvidado: ese “piensas mucho y vives poco”, y eso es un problemón. Al final estás todo el día jugando al ajedrez con la muerte, viviendo en una angustia vital constante que te impide disfrutar luego de lo  que en realidad es lo importante. Ya lo vimos también en Steve Jobs, cómo tuvo que morirse de cáncer para darse cuenta de que tenía que haber pasado más tiempo con sus hijos. Hablo de eso, pero también de ese ratito bajo una puesta de sol, esos pequeños placeres de la vida, vamos.

Sí, esas pequeñas cosas de las que no somos capaces de disfrutar y a veces incluso ni detectar que están ante nosotros…
Eso es. Y ahora llegará el típico listillo de twitter con sus mensajes súper ocurrentes a decir que este es un mensaje simplón: “”Vivir y no pensar, ¡menuda chorrada!”. Pues yo le digo: “ya chico ¡¡pero es que se nos ha olvidado!!”. Esas cosas tan básicas se nos están olvidando. Y claro que nos gusta el cinismo, y la ironía y el humor inteligente, nosotros somos esos que se sentaban en la parte de atrás del autobús en las excursiones, somos los que vamos a hacer bromas sobre tus gafas, pero joder, somos humanos, tenemos empatía, queremos disfrutar, no queremos estar mosqueados ni alienados. Que somos humanos, que no somos robots, y este mundo es cruel, no es empático, es un mundo que fomenta la cultura del número uno, del que tiene más followers, del que ha quedado primero en su promoción…

Algo así queréis transmitir en el tema “Yo quiero ser yo”, ¿verdad?
Eso es, dice: “sin competición no tengo que ser el mejor, yo quiero ser yo”. Este es un disco optimista que busca crear una red, una conciencia colectiva que de alguna manera te alivie en tu angustia diaria de individuo alienado del siglo XXI. Por lo menos queremos acompañarte en esas largas horas de notificaciones, de seguidores y de historias digitales, ya que no podemos hacer otras cosas que deberíamos hacer, como juntarnos todos de una puta vez en lugar de en Facebook en una pradera… Quizás se intentó en el 15M en la Puerta del Sol, pero en realidad ni siquiera me refiero a eso; me refiero a algo menos terrenal, menos mundano, nada que ver con la sociedad y la política. Hablo de algo más espiritual, algo que sea inspirador para todos. Tenemos que caminar más ligeros y mostrarnos más como somos y este disco representa eso.

Supongo que esta necesidad de comunicación y haceros entender bien habrá sido una de las razones que os ha llevado a cambiar al castellano con este disco…
Sí, en parte sí. Ese entorno inmediato provoca una urgencia, y esa urgencia y ansia de querer llegar antes con el mensaje pues sí, sí tiene que ver con el idioma y nuestro cambio al castellano. Además, profundizando más en este asunto del lenguaje y el idioma, creo que tenemos una identidad cultural lo suficientemente potente y sólida a nivel histórico como para no tener que depender de otras culturas. Igual que está muy bien que los ingleses se abran a otras culturas o incluso a otros idiomas, pues parece que tienen vetado todo aquello que no sea en inglés, en España en ese sentido siempre hemos sido mucho más abiertos. Y creo que es eso bueno. Pero también creo que, sin llegar a ser cerrados, no estaría de más que fuéramos un poquito más nuestros, un poquito de chovinismo no vendría mal.

Luego en cambio hay un tema como “Para qué”, que es el que cierra el disco, que sin caer en el fatalismo pone de manifiesto una parte de la realidad algo más cruda…
“Para qué te vas a preocupar si la vida es misterio y la mente no da para más” dice la canción. No es fatalista, es más bien irónica. Es que tal y como está montado el mundo, si eres inteligente y sensible lo pagas. Molaría reajustar un poco la realidad para que nadie se sienta mal por ser como es, seas como seas. No haría falta tanta corrección política…  Cuanto más se habla en el mundo menos solos estamos, porque cuanto más se habla de la ansiedad o los pánicos nocturnos o del tinnitus, te das cuenta de que no se acaba el mundo y no estás solo, somos muchos, son muchos… Quizás es eso de mal de muchos consuelo de tontos, pero seamos tontos lúcidos!

En cuanto al sonido se puede decir que habéis aparcado un poco el código acústico y sonáis más eléctricos e incluso electrónicos, ¿cierto?
Sí, quizás sonamos menos country y menos folk, pero sigue siendo marca de la casa. No hemos querido renunciar a nada, pero sí que hemos querido expandir, hemos jugado con cajas de ritmos y sintetizadores analógicos… Es como un rollo retrofuturista, como añejo pero con la mirada en el futuro.  Las señas de identidad  nuestras siguen, el poso y la esencia sigue, pero hemos querido abrir campo. En ese abrir campo hemos querido echar mano de Sex Museum, ya no solo Arizona Baby y Los Coronas, sino también ellos, El Meister… Y hemos sacado lo mejor de toda nuestra familia musical, de nuestro árbol genealógico y lo hemos catalizado a través de estas canciones.

Si seguimos haciendo análisis de la realidad, ¿sabrías darme las razones de por qué se ha formado este revuelo popular hacia vosotros con este disco? En el fondo lleváis muchos años militando en la música como Arizona Baby, Los Coronas, Sex Museum… y ahora como Corizonas este ya es vuestro segundo trabajo… ¿qué ha pasado?
Yo me alegro de que lo veas así, me anima. Realmente no tengo la perspectiva suficiente para poder verlo con claridad. Creo que es positivo que la gente lo esté viviendo así,  sepa que estás ahí y tienes un nuevo disco. Lo bonito y lo más interesante ya no es que tú te acerques al público, es que el público se acerca a ti. En el fondo es de lo que se trata, de no renunciar a nada, de hacer lo que tú quieres hacer, de hacerlo lo mejor posible y si encima eso llega a la gente mejor. Esto es un proceso comunicativo al fin y al cabo.

¿Pero por qué crees que ha llegado justo ahora, en este 2016 con Nueva Dimensión Vital?
Si te digo la verdad no lo he pensado. Yo creo que desde el principio el público nos ha tratado bien, la crítica es posible que haya sido un poco más escéptica hasta que ha empezado a oír el clamor popular, ha visto que aquí estaba pasando algo y se ha visto obligada a mirar hacia nosotros. También te digo una cosa, tampoco se puede gustar a todo el mundo, muchas veces te define mejor lo que no eres que lo que eres. Sí es verdad que durante ese tiempo de barbecho en el que hemos podido estar un poco más desaparecidos como Corizonas, hemos estado centrados en otros proyectos como Sex Museum, Arizona Baby o en mi caso particular El Meister, y eso ha podido crear cierto hambre de Corizonas.

¿Estamos asistiendo entonces al mejor momento de esa convivencia entre Sex Museum, Los Coronas y Arizona Baby, llamada  Corizonas?
Sex Museum son de la vieja escuela del rock and roll total, ellos son la vieja escuela de hecho. Tienen una filosofía mucho más abierta de lo que muchos podrían creer a priori, obviamente hay que respetar a las grandes bandas de rock and roll como son ellos que, además por méritos propios, se lo merecen. Son gente súper abierta, moderna y fresca porque siempre lo han sido. Son más mayores que nosotros, pero los miembros de Arizona Baby que estamos en Corizonas y que somos de una generación posterior a la de Sex Museum y Coronas valoramos muchísimo eso y lo admiramos un montón, porque en ningún momento nos han prejuzgado ni nos han mirado con aires de grandeza ni nada. Nos han tratado siempre de tú a tú, y nosotros nos hemos visto arropados por una generación anterior de músicos a los cuales admiramos, de los que hemos aprendido y con los que hemos crecido.

Qué importante es eso de seguir aprendiendo cosas, cuando uno cree que ya lo ha visto todo…
Yo siempre he sido el típico pesado en las fiestas que acapara el tocadiscos y pone la música todo el tiempo, en cambio ahora cada vez me gusta más que sea otro el que lo haga y dejarme sorprender, siempre sacas algo nuevo. Muchas veces culpamos al panorama porque no hay nada interesante que te llame la atención, pero creo que en la mayoría de los casos no es el panorama, eres tú mismo que no estás abierto o no estás receptivo.

Hay un estudio que dice que, a partir de los 33, dejas de escuchar música nueva y ya te estancas en tus grupos de siempre, imagino que no estarás de acuerdo, no?
No, para nada. Es algo que ocurre a veces pero es pasajero. La actitud contigo mismo debe ser la de “esto no está acabado”, hay que cultivar la actitud contra el estancamiento porque si no envejeces y empiezas a ponerte mustio. Es muy interesante, por el bien de uno mismo, ser abierto y ser activo. Yo con veintitantos años tuve una etapa así, siempre he sido muy precoz y muy friki con la música, y llegó un punto en que me gustaba una cosa y lo demás lo descartaba. Luego viví otra etapa de renacimiento, y luego otra vez de estancamiento… es así, es un bucle. Pero se ve en la gente mayor, los abuelos que mejor están de cabeza, de cuerpo y de ánimo son los que se preocupan de cómo se llama el bicho ese de los muñecos que le gusta a su nieto. Personas inquietas y siempre con ganas de aprender. Yo conozco viejos que rondan la veintena y también a muchos jóvenes de setenta y tantos.