En esta entrevista, zoom mediante, desentrañamos la genialidad artística de Ragnar Kjartansson, artista islandés cuya destreza y melancolía redefine la complejidad humana con toques de humor.
Pensábamos que eran los últimos coletazos del verano cuando realizamos la entrevista a Ragnar Kjartansson. Ahora reviviendo este 2º verano en octubre, revisitamos esa conversación que se ha publicado en el número #187 de la revista Neo2. Kjartansson (Reykjavik, 1976) es de lo más exportado de Islandia (Björk mediante, por supuesto). Este prolífico artista se ha criado rodeado de creatividad, siendo sus padres actores de teatro, por eso ofrece actuaciones extrañamente seductoras para el mundo del arte.
Foto de portada: Retrato de Ragnar Kjartansson. Foto: Rafael Pinho
Kjartansson durante la creación de la pieza “The End – Venezia”, 2009. Foto: Rafael Pinho
La entrevista a Ragnar Kjartansson revela nuevos aspectos de este artista multidisciplinar, lúcido y dotado de una destreza impregnada de melancolía y humor. Sus obras se destacan por el uso magistral de la repetición, duraciones maratonianas, la presencia de la música, y un retrato épico de la complejidad humana. Desde la Bienal de Venecia hasta colaboraciones con músicos como The National, Kjartansson utiliza su magia y su singular lente artística para redefinir conceptos como identidad, masculinidad y subversión del poder. Su vida y su obra son resultado de una perfecta gestión de las emociones, donde amistad y amor son componentes ineludibles en su savoir-faire.
Sinfonía de emociones: un retrato artístico y humano
María Muñoz: Vi tu obra “A Lot of Sorrow” por primera vez en la Galería König de Berlín. Estuve 4 horas en un loop (yo misma) viendo a “The National” tocar la misma canción una y otra vez. Desde ese momento sigo tu carrera. ¿Sabes lo que pasa con Johann König?
Ragnar Kjartansson: Si estoy al tanto, pero yo nunca estuve en nómina en la König. De hecho solo hice esa exposición porque la verdad tengo una situación muy amigable con mis dos galerías: i8 de Reykjavik y Luhring Augustine en Nueva York y no quise complicar las cosas. Además, cuando trabajé ahí, tuve una sensación extraña.
Fotograma “A Lot of Sorrow”, 2013-2014. Duración video: 6 horas, 9 minutos, 35 segundos
MM: ¡Que buena intuición, porque que está acusado de acoso por muchas mujeres!
RK: Pues sí, algo raro percibí. Supongo que debe ser muy difícil para ellos con todo este escándalo.
MM: Él sigue en la negación… Y ahora en España, tenemos un caso similar en el fútbol femenino, ¿en Islandia se sabe de Luis Rubiales?
RK: Sí claro. Es increíble. Es épico y aterrador, ganar la Copa del Mundo para luego enfrentarse a este fatal espectáculo de un hombre poderoso victimizado.
Entrevista a Ragnar Kjartansson: los hombres poderosos victimizados
MM: Pues ambos casos están relacionados. Al igual que König, también lo niega todo. Ambos son ricos y poderosos …
RK: Estaba tomando café esta mañana y pensaba en esta pobre mujer, ¡en la madre de Rubiales! Sinceramente creo que todo viene de la antigua cultura española. Son sus restos naturales. Estas viejas consignas no desaparecen y simplemente se hacen notar.
Y es un recordatorio de que las cosas no desaparecen con legislación. Se debe luchar constantemente por conseguirlas.
MM: Exactamente, intentamos ser avanzados, pero a la hora de la verdad… En España, con la democracia se sucedieron una serie de cambios muy positivos, por ejemplo, fue uno de los primeros países de Europa en permitir matrimonio gay. Pero luego tenemos una rampante y creciente extrema derecha. ¿Sabes que los nórdicos son un modelo para nosotros: los sureños países mediterráneos? ¿Cómo lo hacéis?, porque parece que vuestra sociedad responde muy bien a los cambios.
RK: Los grandes cambios en el norte también llevan su proceso. En el caso de Islandia, se produjeron en gran medida con el socialismo. Luego entró en juego el movimiento feminista en los años 1970. Que además se hizo más fuerte en los años 1980, cuando elegimos a una presidenta. Fue la primera mujer jefa de estado en Islandia. En ese momento cambió todo, fueron al parlamento y ganaron escaños en el 1983. Y lo hicieron muy bien, con alegría, sin victimismo. Eso funcionó muy bien políticamente. Fue un movimiento en el que todos se sintieron incluidos, además se hizo fuerte porque obtuvieron el soporte de los hombres. Pusieron al enemigo de su lado.
Vista de la instalación “The Visitors” (2012) en el Museo Louisiana (Dinamarca). Foto: Louisiana – Poul Buchard / Brøndum & Co.
MM: Supongo que la presión no es igual en un país con 400.000 habitantes que en uno con 40 millones.
RK: Apuesto que sí. Con este tamaño el cambio social llega más rápido y el consenso también. A principios de los 1970, Islandia no era un país feminista. Al contrario, eran muy mezquinos y religiosos en exceso. Pero las cosas cambiaron rápido. Y creo que también lo estáis haciendo en España. Por ejemplo, si comparas España con Estados Unidos seguro que los cambios van a más velocidad. Tras la dictadura, tal vez muchos aspectos no se digirieron adecuadamente. Ahí tienes el ejemplo de este tipo, Luis, que simplemente no lo entiende.
Entrevista a Ragnar Kjartansson: Islandia y Dinamarca
MM: Pues ahora en lugar del pasado español, conectemos con tu pasado. En tus obras hay muchas referencias al colonialismo danés sobre Islandia. Por ejemplo en la pieza de video “Colonization”. Estuve en tu retrospectiva en el Museo Louisiana de Dinamarca y me pareció curioso que muestres tantas piezas de ese tipo, como una especie de reprimenda. Aunque es muy normal también en el mundo arte, a veces se comisionan piezas que directamente critican a los mecenas, sobre todo si son grandes corporaciones etc. En plan, somos “malos” pero dedicamos recursos a la cultura y comisionamos arte (risas). ¿Por qué decidiste mostrar estos trabajos?
RK: Lo divertido y lo fascinante es cómo leemos las cosas hoy en día. Y “Colonización” es básicamente una pieza muy… broma.
MM: Si, pero es un poco hardcore, con toda la sangre, los azotes y la violencia.
RK: Es interesante porque está basada en como me criaron, yo crecí con esa verdad histórica. La identidad nacional islandesa se basa en la idea de que fuimos víctimas de los daneses. Pero la historia es diferente. Los islandeses eran mayoritariamente víctimas de su propia clase gobernante. Los daneses intentaban poner orden y crear alguna ley para mantenerlo. Por supuesto que había daneses malos, como en cualquier lugar. Decidimos mostrar esta pieza por que es del comienzo de mi carrera. La hice hace 20 años, cuando vi la Documenta, esa en la que comenzaban a aparecer temas poscoloniales…
Entrevista a Ragnar Kjartansson: poscolonialismo
MM: Sería la de 2002 con Okwui Enwezor.
RK: Eso es, porque la pieza es de 2003. Hice una exposición en una pequeña galería en Dinamarca que se llamaba “Islandia en Dinamarca”. Me pareció gracioso hacer este video muy exagerado sobre el sufrimiento islandés por los colonialistas daneses. Además. hay otras piezas en la exposición que abordan la relación entre Dinamarca e Islandia. Me parece muy curioso que en Islandia somos muy conscientes de la historia. Sabemos los nombres de muchos reyes daneses. Pero los daneses no tienen idea de que fuimos su colonia. Casi no se enseña en la escuela ni en los libros de historia.
MM: Además, la exposición es como un círculo que se cierra. “Colonización” está al entrar, es una de las primeras piezas. Y para terminar, se muestra tu obra más nueva, “What Have We Done to Deserve This”, que también trata la influencia de los daneses en la cultura islandesa.
RK: El tema de Islandia, Dinamarca y el colonialismo me resulta apasionante porque es muy escurridizo. Es una zona gris, porque realmente no fuimos una colonia danesa. La historia es así, Islandia sufrió una guerra civil y como consecuencia le pedimos al rey noruego que fuera nuestro rey, porque nos estábamos matando constantemente. Fue una llamada a la autoridad. Después el rey noruego se casó con la reina danesa, y así Dinamarca se convirtió en gobernante de Islandia. Nunca fuimos conquistados por Dinamarca. Y la verdad cuando se trata de mi identidad, en cierto modo, juego con ser una víctima de los daneses.
Me interesa mucho la idea de la víctima en la cultura, especialmente la victimización masculina, como vemos con nuestro amigo Rubiales.
MM: (Risas) otra vez Rubiales, pero explícanos, ¿cuál es esta idea de la víctima?
RK: Cuando hice esta pieza, era joven e idiota total. Yo vivía en Copenhague, y una noche intentaba entrar en un bar y no me dejaron porque estaba borracho. Me enfadé, pateé la puerta y se rompió el cristal. Así que los tipos de seguridad me controlaron y llamaron a la policía. Pero en lugar de sentirme avergonzado, les grité: “¡Así es como tratabais a mis antepasados, malditos imbéciles! No me dejáis pasar porque soy islandés, ¿cierto? … Eso es lo que pensé, no porque me comportase como un completo idiota.
MM: Ni porque rompieras cosas …
RK: Tal cual, pero también pienso que invertir los roles, es un uso inteligente de la dominación. “Colonización” es obviamente una parodia sobre esta relación colonial. Pensamos mucho en los malvados comerciantes daneses que fueron horribles con los islandeses. Por ejemplo, nos vendían maíz en mal estado y era asqueroso. El tema es que históricamente, solo sucedió una vez, y el comerciante que trajo ese maíz fue castigado severamente por el rey danés. Así que no fue tan terrible. Aunque lo que si que hicieron es llevarse todo el oro y todos los tesoros de la Iglesia cuando hicieron la conversión al luteranismo.
Fotograma de “What Have We Done to Deserve This”, 2023. Duración: 11 horas, 5 minutos
Entrevista a Ragnar Kjartansson: restitución poscolonial
MM: ¿Y todavía tienen esos tesoros en Dinamarca? Porque ellos son muy correctos, ¿no los devolvieron?
RK: No porque en su mayoría eran artefactos religiosos y oro que fundieron. Lo interesante de esta época es que rey danés tenía a un tipo llamado Árni Magnusson que viajó y reunió todos los manuscritos antiguos islandeses. Porque los manuscritos sobre sagas islandesas y mitología nórdica fueron mayoritariamente escritos en Islandia y estaban dispersos en granjas. Magnusson los reunió para el rey a principios del siglo XVIII y se llevaron guardaron todos en Dinamarca. En 1974, los daneses devolvieron la mayoría de los manuscritos. El danés es un muy buen ejemplo para muchas antigua naciones coloniales: “¡Hola Museo Británico, es hora de devolver los mármoles y otras maravillas!”
MM: Ese discurso de “restitución poscolonial” es también trendtopic en arte contemporáneo. Eliminaron todos artefactos religiosos porque obviamente querían una transformación religiosa. Pero lo extraño es que no se quedaran con pinturas, muebles, tesoros. Los reyes y nobleza a menudo decoraban sus palacios con saqueos de guerra.
RK: Ese fue el punto, pienso que la reforma protestante fue muy parecida al ISIS actual en el Medio Oriente. Jóvenes matones que llegaron, destruyeron todo y ganaron mucho dinero con ello; ya sea en Dinamarca, Islandia, Alemania, en todas partes. La reforma fue así, cuando lees sobre la expansión del protestantismo, es muy similar al ISIS reciente. Si no eres lo suficientemente religioso, serás castigado. Y de repente jóvenes muy motivados van y destruyen todo.
MM: Bueno es igual en todas las religiones, los católicos tuvimos las Cruzadas y la Inquisición que quemaban mujeres diciendo que eran brujas y todas esas cosas.
RK: La historia es maldad tras maldad. Y me encanta que de hecho, hablando de restitución, estaba leyendo un artículo sobre la devolución de bronces de Benín. Parece ser que el rey en Benín que originalmente encargó los más de 1000 bronces en el siglo XVII se enriqueció vendiendo esclavos. Los bronces se hicieron a partir de la esclavitud dentro de la propia África.
Así es siempre, si abres una maldad, aparece otra maldad, y otra, y otra…
MM: Pasando a otros aspectos contemporáneos del colonialismo, ¿no es el poder monetario el nuevo colonialismo? Lo digo en relación con tu pieza “Hitler’s Loge (El palco de Hitler)”. ¿Los nuevos ricos islandeses (ya no solo rusos o americanos) comprando trozos de historia?
RK: Déjame que te cuente porque la historia porque es diferente de lo que piensas. Helgi Björns era actor, estaba en la compañía de teatro de mis padres. Yo trabajaba mucho con él cuando era niño y después seguimos colaborando. Años más tarde se convirtió en estrella pop en Islandia, y fue cuando inversores islandeses lo convencieron para invertir (era antes del colapso financiero) en la compra de un teatro en Berlín . Tras la caída del muro, el Berlín del este estaba prácticamente entero en venta. Este teatro estaba cerca de la oficina de Hitler, y era muy popular entre los nazis. Al parecer, fue un teatro de vodevil en el que Hitler tenía su propio palco, allí iba para tomarse descansos de los asesinatos en masa. Luego se usó en la antigua República Democrática de Alemania, pero con la unificación en 1989 se cerró y permaneció así durante 20 años.
Vista instalación “Hitler’s Loge”, 2006. Foto: Louisiana – Poul Buchard / Brøndum & Co
RK: Casualmente yo estaba en Berlín y me lo encontré. Me dijo, “¡Hombre, acabo de comprar un teatro!” El palco de Hitler había sido desmantelado, pero sus partes de madera estaban dentro del teatro y ocupaban mucho espacio. Entonces, no es que Björns comprara el palco de Hitler, sino que compró todo el teatro. Tal como se hacían las cosas en el Berlín reunificado, tenían que deshacerse de esto , obviamente nadie quería usarlas porque eran de Hitler. Le pregunté si podía usarlo para una exposición en Islandia. Él asintió así que envié los restos de madera del palco a mi estudio e hice esta pieza: “El palco de Hitler”. Como lo veo yo, es como lo más brutal que jamás haya sucedido en la historia humana, de repente convertido en algo delirante y mundano en manos de una estrella pop islandesa.
Entrevista a Ragnar Kjartansson: borrar la historia
MM: Delirante como mínimo. Yo vivo entre Berlín y Barcelona y se que los alemanes tienden deshacerse de todo, borrar la historia. Hitler, los restos comunistas de la RDA etc. Lo único que queda, y poco, es la arquitectura.
RK: ¡La arquitectura nazi era tan buena, tan glamurosa! Siempre será intrigante por lo que pasó, pero por eso no hay que destruirla. Lamentablemente los humanos intentamos borrar lo que hicieron antes otros humanos: destrucción de edificios, obras de arte y también los ataques que sufren algunas obras. Hablando de borrar la historia, no sé si recuerdas mi pieza “Terrible, terrible” donde dos nacionalistas rusos intentaban destruir la pintura de 1885 “Iván el Terrible y su hijo” de Ilya Repin, que por cierto era ucraniano.
MM: Sí, la recuerdo, es un reenactment de esos ataques. Creo que esa pintura es muy importante para tí, ¿cierto?
RK: Importantísima, tanto que creo que me convertí en artista por esta pintura. Mis padres fueron a la Unión Soviética, y mi madre me contó la historia de esta pintura como la pintura más poderosa del mundo, pero que alguien había intentado matarla con un cuchillo en 1913, así que la pusieron tras un cristal a prueba de balas. Luego, en 2018, fue atacada nuevamente. En ambos casos fue como un presagio de que algo fatal estaba a punto de suceder. La 1ª Guerra Mundial y la Revolución Rusa ocurrieron después del primer ataque, y el segundo ataque es como un presagio de la guerra en Ucrania, de la que no sabemos en qué punto estamos.
MM: ¡Excelente paralelismo, gracias! La verdad es que el arte y su poder de la representación y de evocar, es obviamente una herramienta muy poderosa de comunicación.
RK: Pues sí, hay mucha conversación sobre la cancelación del arte ruso debido a la guerra de Ucrania. Pero nadie lo cancela más y mejor que el estado ruso en sí. Están reprimiendo a cada artista. Es una locura. Saben que deben reprimir a los artistas, es una de las cosas más importantes si quieres mantener un gobierno totalitario. Porque el arte es como una ventana abierta a todo.
Entrevista a Ragnar Kjartansson: cancelación cultural
MM: Y ahora que mencionas la cancelación, ¿cuál tu posición como artista que hace arte y exhibe mucho? Leo muchas opiniones de gente que es más teórica y casi nunca expone. ¿Tu has dicho que no a exposiciones por motivos relacionados con la cancelación cultural?
RK: Todos están prohibiendo todo, desde todas las direcciones políticas. Es una pregunta muy válida. He cancelado exhibiciones en las que no me sentía con ánimos, pero más a nivel personal. También he mostrado en lugares cuestionables políticamente. Porque mi motivación es que es mejor hacer algo subversivo que no hacerlo. No siempre es súper directo. Con el tema de la colonización es muy directo porque me gusta que la obra sea históricamente incorrecta: una historia incorrecta.
Croquis de “Santa Bárbara” para el Museo GES-2, Moscú
MM: ¿Y para tí qué es más importante, ser políticamente correcto o mostrar arte, sabiendo que puede inspirar y provocar reacciones positivas?
RK: El tema es que hay ciertos países abanderados de la democracia que cada vez son más oscuros: Hungría, Turquía, Israel… En cierto modo, entiendo que se decida boicotear países, y también entiendo a los artistas que quieren mostrar sus obras ahí. Es casi como una cuestión compositiva. Algo así como pensar si la obra calará en esa sociedad, o que mejore una situación con la que no te sientes cómodo. Por ejemplo, para la expo inaugural del Museo GES-2 House of Culture de Moscú hice “Santa Barbara – A Living Sculpture”. Un millonario del petróleo ruso construyó este magnífico museo en el centro de la ciudad y se suponía que GES-2 iba a ser como una Tate Modern en Moscú.
“Santa Barbara”, 2021-22. Performance de larga duración, comisionada por la fundación V-A-C Moscú
RK: Esta pieza es toda una alabanza a Occidente, va sobre la serie de los 1980 Santa Bárbara. Cuando me propusieron la expo, acepté la propuesta porque quería hacer una exposición subversiva en Rusia. Durante mucho tiempo he pensado en la cultura rusa, y allí estaba yo. De repente Meduza, el principal periódico de la oposición —por supuesto en ese momento no se publicaba en Rusia, sino en Lituania, creo, pero que de cualquier modo todos leen online— escribió una crítica muy buena. Vieron en esa exaltación de la cultura americana en “Santa Barbara” un ataque velado a la postura del Kremlin, que continua criticando la cultura occidental.
Entrevista a Ragnar Kjartansson: influencia de la cultura norteamericana
MM: No solo en “Santa Barbara”, creo que hay una gran influencia de la cultura estadounidense y del Hollywood en tu trabajo. Por ejemplo, el cine musical en “No tomorrow” o “Bangemand (Hombre asustado)”, donde apelas al cliché de hollywoodiense de hombres escapando, escondiéndose en cornisas. También me gustaría que hablaras de uno de los aspectos más característicos de tus obras como la larga durabilidad, la resistencia, la repetición.
RK: Para algunas obras la duración es muy importante, pero no siempre. Por ejemplo En “Bangemand (El hombre asustado)”, un performer tiene que estar pegado a una pared sobre una cornisa durante toda la duración de la exposición, pero se realiza con un equipo de 9 chicos que se turnan. En esta pieza, esta repetición y resistencia es como una especie de herramienta escultórica.
En “¿Qué hemos hecho para merecer esto?”, mi plan era hacer un video de 42 segundos, como un anuncio comercial, donde los protagonistas están super felices. Es que me encanta esta frase. Tiene un sentido muy positivo: “¿Qué hemos hecho para tener esta vida tan agradable?”, porque verifica nuestras prioridades. ¡Al final la pieza dura 12 horas! La actriz y yo escuchamos una canción danesa muy popular a la vez que repetimos constantemente la frase “¿Qué hemos hecho para merecer esto?”. Y lo curioso es que se acaba convirtiendo en una especie de mantra.
Vista instalación “No tomorrow”, 2022. Foto: Louisiana – Poul Buchard / Brøndum & Co
RK: La otra que mencionas, “No tomorrow” es una pieza de música y ballet, dura 30 minutos , se muestra en múltiples pantallas y cambia constantemente. En este caso puedes imaginar cuánta repetición y cuán loco fue para las bailarinas prepararse durante meses, porque no sabían tocar la guitarra. Pero aprendieron a tocar y se aprendieron la música que está especialmente escrita para ellas. Asi que en realidad, la pieza final fue como una liberación para ellas (risas).
Ragnar Kjartansson y el público
MM: Y luego está esta especie de mezcla entre melancolía y humor que se siente también al hablar contigo. Es una combinación muy poderosa y se convierte en empatía para los demás. Recuerdo que “The End – Venezia” de la Bienal estaba en boca de todos. ¿Es eso lo que conecta emocionalmente con el público? Tus padres siendo actores de teatro, obviamente, tenían al público en frente, ¿piensas en la recepción del público?
RK: En teatro siempre están pensando en el público. Recuerdo que mis padres hablaban de la esencia de la manipulación teatral: “Tenemos que hacerlos reír en el 3er acto, para que lloren en el 4º”, ¡tan manipulativo! Como el teatro es así, yo quería hacer arte pero que estuviera completamente libre de eso. Cuando hago mis piezas, siempre pienso en mi canción favorita de los Rolling Stones, “No Expectations”. Porque no espero nada del público. Y es genial que la gente sienta empatía con ellas, porque creo que sucede orgánicamente. Lo creas o no, no trato de hacer piezas súper intensas para que la gente se sienta afectada. Es cierto que algo sucede, tal vez si sea esa mezcla de melancolía y humor que es tan natural. Y es que es la forma en que nos comportamos como seres humanos la que intento reflejar en mis obras.
MM: Quizás la experiencia de tus padres se transfirió a ti, y está presente, aunque no de modo consciente…
RK: Cuando estoy haciendo una obra, hago algo que me parezca interesante, algo que a mí me gustaría ver. Y no pienso en la recepción del público, pienso en mis amigos y en mí. Quiero sorprenderme a mí mismo y a mis amigos. Luego comienzas a tener un eco, “Espero que a la gente le guste”, etc. La verdad es que la recepción de la pieza nunca está en el proceso artístico, y soy muy consciente de ello porque entonces todo se destruiría.
¿Obras a medida?
MM: Entiendo, pero también hay muchos artistas están constantemente pensando si es adecuado para el lugar, para el país, para el público, para el comisario, para las temáticas que tratan las instituciones, etc.
RK: En mi caso, e incluso si el contexto me domina, creo en la concepción de arte de la vieja escuela: el arte por el arte. Solo tienes que hacer la obra, esa es la libertad del arte. Si haces teatro o cine, tiene que gustarle a la gente, porque hay mucho dinero, muchas personas y mucho trabajo detrás. Pero en artes visuales, simplemente lo haces y tal vez le guste alguien. Si piensas en que tiene que funcionar, seguro que no funciona.
Kjartansson durante la creación de la pieza “The End – Venezia”, 2009. Foto: Rafael Pinho
MM: Entonces, eres una persona que se relaciona con la gente sin pensar en la gente.
RK: Pues sí, me relaciono mucho con la gente. Me gusta mucho estar rodeado de gente. En Venecia cuando estaba pintando esos cuadros, me gustaba mucho pintar cerca de la gente, cuando había mucho público, me hacía feliz. Aquí en el estudio, a menudo pinto, la gente viene de visita, y me gusta que haya vida social alrededor de las obras.
Entrevista a Ragnar Kjartansson: amistad y colaboración
MM: Además muchas obras son colaborativas, eres una persona generosa porque haces muchas cosas con amigos y colegas.
RK: Sí me gusta hacer cosas colaborativas, la colaboración atraviesa mis obras. Me encanta trabajar con personas. Y luego también me gusta colaborar en obras de otras personas. Yo funciono casi como los músicos de jazz: puedes alternar, unas veces tú trabajas con ellos y otras ellos contigo. Un buen ejemplo es que la exposición que hicimos con Pussy Riot en el espacio Kling og Bang en Reykjavik, se expondrá en el museo danés Louisiana donde viste mi retrospectiva. ¡Es fantástico! Así que en los últimos días, he estado inmerso en una profunda colaboración con Pussy Riot. Muy loco todo. Cuando vas a un lugar y conoces gente, una forma de mantener las relaciones es transformarlas en colaboraciones artísticas. Es como cuando los niños salen a jugar, después cuando los llamas, no quieren dejar de jugar.
Pussy Riot, acción “Punk Prayer”, Catedral de Cristo el Sabio, Moscú, 2012. Foto: Mitya Aleshkovsky
Entrevista a Ragnar Kjartansson: la música
MM: No podemos acabar sin hablar del papel de la música en tu vida y en tu trabajo, obviamente es muy importante,
RK: Mucho, mucho. Tengo una profunda relación con la música tanto en mi vida personal como en mi trabajo, constantemente. Me encanta escuchar música. Pero la música es constante en mi vida, y también en la de mi familia. Y el otro día estaba conduciendo con mi hija de 13 años, y cantábamos a todo volumen Olivia Rodrigo (risas).
MM: También parece que estructuras las obras como partituras. Precisamente en Louisiana me dieron tu catálogo, que es precioso. Y hay una doble página con una especie de diagrama para “The Visitors” donde pones piezas sobre un pentagrama, ¿es así?
RK: Totalmente. Ese diagrama es la partitura para la pieza. El nombre “The Visitors” es en honor al último álbum de ABBA, la banda de pop sueca, antes de su reunión en 2016. Comienza con la interpretación de una canción escrita por Ásdís Sif Gunnarsdóttir. La obra se muestra en nueve pantallas, cada pantalla muestra músicos solos o en grupo en diferentes habitaciones de una mansión en ruinas del norte del estado de Nueva York. Todos actúan simultáneamente pero por separado. La canción es interpretada por todos los instrumentos involucrados en habitaciones diferentes y se mezcla del mismo modo que se produce un disco. Cuando se graba un disco, cada músico toca en la sala de grabación y después de posproduce, se mezcla y queda la canción final con todos sus componentes sonoros.
Entrevista a Ragnar Kjartansson: sus padres en sus obras
MM: Me gustaría que hablaras de “Me And My Mother”. Ese gesto de tu madre escupiéndote a la cara…
RK: Es una pieza muy complicada de hacer y como todas en las que está mi madre muy querida mí. La realicé al comienzo de mi carrera y la hemos ido repitiendo cada cinco años. Mi madre es actriz, así que es como un papel más, para ella es fácil.
MM: Y tu padre, ¿nunca hiciste nada con tu padre?
RK: Creé una pieza que se ha convertido en una de mis favoritas. Con amigos, fuimos a un museo en Viena para recrear la novela “World Light” de Halldór Laxness, considerada la biblia del arte islandés. La obra aborda la vida y muerte de un artista, siendo este épico libro el favorito de mi padre, quien ha realizado tres adaptaciones teatrales. Trabajé con él en el museo para representar el anhelo de belleza. La novela tiene cuatro partes, y mi pieza se exhibe en cuatro pantallas en un caos total. Aunque estaba orgulloso del resultado, el nieto del escritor, también mi amigo, comentó que su abuelo se habría disparado en la cabeza al verla (risas). En cualquier caso, te recomiendo la novela “World Light” por su brillante mezcla de humor, dolor, ironía y sinceridad.
Fotograma “World Light – The Life and Death of an Artist”, 2015. Duración: 20 horas y 45 minutos
Entrevista a Ragnar Kjartansson: mercado del arte
MM: Gracias no la conocía. Ahora después de tanta poética, me gustaría hablar de cosas banales y materiales. Como artista exitoso y con tus piezas en muchas colecciones prestigiosas, ¿como manejas el mercado del arte?
RK: Pues está a cargo de mis galerías, confío en ellas plenamente. Llevo trabajando con ambas mucho antes de ser famoso o de convertirme “en un número”. Es una colaboración basada en la amistad. No se meten en mi trabajo De hecho, durante años solo hice arte performático y extraño aquí en Islandia y de repente una galería en Nueva York quería trabajar conmigo. La verdad es que venden las obras, ellos son muy tradicionales, y las colocan en colecciones e instituciones muy buenas. Así que mi obra no está en el mercado secundario. Bueno nunca diré nunca… También me hace gracia como engañan a los coleccionistas para que compren mis obras. Pero para mí es crucial no pensar en el mercado cuando hago arte. Y tengo mucha suerte de que mis galeristas siempre me apoyen en eso.
MM: Ahora sí, llegamos a la última pregunta, ¿cuál es tu próximo proyecto?
RK: Tendré una exposición en el Museo Tamayo en México en noviembre. Luego, después de estos proyectos tan intensos, siento que … estaré renaciendo. No sé qué hacer, lo cual es genial.
MM: No te veo preocupado muy preocupado con que tu imaginación se agote.
RK: No, pero sería divertido si la imaginación se fuese y finalmente tuviera que conseguir un trabajo real (risas).
Así nos despedimos de uno de mis artistas favoritos de todos los tiempos. Muchas gracias.
Retrato de Ragnar Kjartansson. Foto: Rafael Pinho
Todas las fotos: Cortesía del artista, Luhring Augustine, New York e i8 Gallery, Reykjavik © Ragnar Kjartansson
Enlace a Ragnar Kjartansson en i8, Reykjavik
Enlace a Ragnar Kjartansson en Luhring Augustine, Nueva York