Entrevistamos a Roberto Arcos, CEO de la empresa familiar que lleva más de dos siglos y medio fabricando cuchillos en Albacete. Él representa la novena generación al frente de una firma que, en lugar de mirar al pasado con nostalgia, se mueve a diario entre robots de última generación y pedidos con destino a casi cien países.
Fundada oficialmente en 1734, Arcos es la primera compañía española en producción de este instrumental culinario de alta calidad tanto para uso profesional como doméstico. Sus plantas, repartidas por la ciudad manchega, suman 30.000 metros cuadrados, más de 500 trabajadores y una capacidad de fabricación que supera las 70.000 piezas diarias. En este encuentro con Roberto Arcos hablamos de decisiones que nunca se han tomado -como trasladar la producción fuera de España-, del equilibrio entre diseño, funcionalidad y sostenibilidad, y del reto de mantener el pulso industrial sin olvidar su origen artesanal. También nos cuenta cómo se toma el relevo en una empresa donde el apellido y la marca son la misma cosa, y recuerda una anécdota con Dabiz Muñoz en sus primeros años como máximo responsable.
Imágenes superiores: 1) Set de cuchillos Eclipse; 2) Retrato de Roberto Arcos
Arcos es una marca con casi tres siglos de historia. ¿Qué peso tiene ese legado en tu manera de liderar hoy la compañía?
Muchísimo. No se trata solo de conservar una marca con casi 300 años de historia, sino de hacerla evolucionar con coherencia. Nuestro compromiso es respetar el legado artesanal que nos ha traído hasta aquí. Un pilar básico que se ha transmitido de padres a hijos es fabricar en Albacete, y sobre esa base vamos estableciendo distintas estrategias que nos permiten adaptarnos a los tiempos.
¿Cómo ha influido la tradición cuchillera albaceteña en que Arcos se haya convertido en un nombre de prestigio mundial?
Albacete es la cuna de la cuchillería en España y eso impregna todo lo que hacemos. Aquí se respira oficio y respeto por el detalle. Lo que nos ha permitido salir al mundo es combinar esa tradición con una mentalidad abierta a la innovación y una cultura industrial muy sólida.
Cuchillo Eclipse
¿Qué diferencia realmente a un cuchillo Arcos frente a otros del mercado?
Tenemos una manera muy propia de entender la cocina, especialmente la cultura culinaria española, que es única en el mundo. Desde Arcos la comprendemos profundamente y la traducimos en nuestros productos a través de la calidad, el diseño y la experiencia de uso. Eso es lo que nos hace diferentes.
“Un pilar básico que se ha transmitido de padres a hijos es fabricar en Albacete”, Roberto Arcos.
Si tuvieras que señalar los modelos más emblemáticos de vuestra trayectoria, tanto para el ámbito profesional como para el doméstico, ¿cuáles destacarías?
A lo largo de nuestra historia ha habido modelos emblemáticos. Uno de ellos es un cuchillo de mesa con mango de madera diseñado por Gregorio Arcos. Es una pieza que sigue presente en muchas casas.
¿Cuál es vuestra facturación anual actual? ¿Cómo ha evolucionado en los últimos cinco años?
Los últimos cinco años han sido un aprendizaje continuo. La pandemia fue para nosotros un auténtico máster. En 2023, pese a que el sector a nivel mundial sufrió una crisis muy grave, supimos reaccionar con inversión en I+D y desarrollando nuevos productos que nos han traído hasta el punto positivo en el que estamos hoy.
Cuchillo Nórdika
¿Qué parte del negocio representa el sector profesional (hostelería, restauración) frente al doméstico?
Algo muy sano ha sido mirar siempre a ambos mercados. Ha habido años en los que hemos tenido más ventas en el profesional y otros en el retail, y ese mix nos ha permitido balancear y lograr buenos resultados de forma estable.
¿Cuál ha sido el año con mayor crecimiento de ventas en la historia reciente de Arcos? ¿A qué lo atribuyes?
El 2021 fue un año de gran crecimiento. Tras la pandemia, al pasar más tiempo en casa y con menos movilidad, muchas personas decidieron renovar sus utensilios del hogar, y hubo un auténtico boom de la cocina doméstica. Años después, como en 2023, vivimos una bajada de ventas global tras ese pico de demanda.
¿Cuántas unidades fabricáis al año y cuál es la capacidad máxima de producción de vuestra planta?
Producimos más de 70.000 piezas al día. Este año vamos a alcanzar los 13 millones de unidades, y nuestra capacidad máxima sería de unos 18 millones. Lo importante para nosotros es crecer de forma equilibrada en todas las tipologías de producto: desde cuchillos de cocina hasta los de mesa.
¿Qué porcentaje de vuestra producción se destina al mercado nacional y cuánto se exporta?
Actualmente, el 60% de nuestra producción se destina a la exportación.
¿En cuántos países estáis presentes actualmente y cuáles son vuestros principales mercados fuera de España?
Estamos presentes en 100 países. En algunos estamos muy consolidados, como Francia o Chile. En otros, como Japón y Corea, estamos creciendo con fuerza. Incluso en aquellos donde vendemos menos, valoramos cada pedido, porque vender en cualquier rincón del mundo tiene un gran mérito.
“Japón y Francia, también España. Esos son los países que mejor comprenden el valor de un cuchillo”, Roberto Arcos.
¿Te ha tentado alguna vez trasladar la producción fuera de España?
La verdad es que no nos habían hecho esta pregunta antes. Y si soy sincero, nunca nos lo hemos planteado. Ni siquiera en momentos difíciles como la crisis de 2008.
¿Cuál es el tiempo medio que pasa desde que un cuchillo empieza a fabricarse hasta que llega al punto de venta?
Es difícil dar una cifra única porque depende mucho del tipo de producto. No es lo mismo un cuchillo de mesa que uno profesional como un cortaquesos. Si hablamos solo del proceso interno de fabricación, el tiempo medio actual está entre 25 y 30 días.
Desde tu experiencia, ¿qué país comprende mejor el valor de un buen cuchillo… y cuál crees que aún no ha sabido apreciarlo?
Japón y Francia, también España. En Latinoamérica, países como Argentina tienen una gran cultura, aunque por diversos motivos tienen difícil acceso a la venta.
Gama de sartenes y cacerolas Samoa iconic
¿Cuáles dirías que son hoy los grandes retos a los que se enfrenta la industria cuchillera, y cómo los estáis afrontando desde Arcos?
La sostenibilidad, la digitalización y la competencia global. Apostamos por procesos más eficientes, materiales responsables y una producción local que combina tecnología puntera con saber artesanal. Reforzamos nuestra presencia online y adaptamos la experiencia del cliente a nuevas demandas.
A medio y largo plazo, ¿qué caminos tenéis trazados? ¿Hablamos de crecimiento, diversificación, entrada en nuevos mercados…?
Queremos seguir creciendo de forma sostenible, consolidando nuestra presencia internacional y explorando nuevas categorías dentro del universo de la cocina. Apostamos por el diseño y por colaboraciones como la de José Andrés, que nos conectan con nuevos usuarios.
“No hay mayor arraigo que estar comiendo en la otra punta del mundo con un cuchillo de tu tierra”.
¿Qué te gustaría que heredaran las próximas generaciones de Arcos, además del apellido?
El compromiso con la excelencia y el respeto por el oficio. Lo que hacemos tiene valor porque lo hacemos bien y con propósito. Me gustaría que mantuvieran ese espíritu: no conformarse, cuidar los detalles y seguir innovando sin perder el alma.
¿Dónde está el desafío estético en un objeto cuyo valor siempre ha sido práctico?
Justamente ahí: en lograr belleza sin renunciar a la funcionalidad. Un cuchillo puede ser elegante, sobrio, y seguir siendo una herramienta precisa. Ahí está el diseño con propósito.
Cuchillo Eclipse
¿Qué es lo que más te enorgullece cuando visitas una cocina profesional y ves vuestros cuchillos sobre la encimera?
Para toda la familia, para cualquier persona que trabaja en Arcos e incluso me atrevería a decir que para muchos albaceteños, lo primero que hacemos cuando vamos a un restaurante o a casa de un amigo es mirar de dónde son los cuchillos. No hay mayor arraigo que estar comiendo en la otra punta del mundo con un cuchillo de tu tierra.
“Un cuchillo puede ser elegante, sobrio, y seguir siendo una herramienta precisa”.
¿Has tomado alguna decisión empresarial que crees que habría escandalizado a tu bisabuelo?
Quiero pensar que no.
¿Alguna anécdota con un chef que se pueda contar?
Cuando conocí a Dabiz Muñoz, él tenía 25 años. Fue en 2013, en una reunión de diseño. Yo estaba en una etapa de aprendizaje, con poca experiencia, pero no hace falta experiencia para saber que alguien es un genio. Y él lo es. Eso es lo que transmite cuando estás cerca.