FOSTER THE PEOPLE

“TORCHES”, UNO DE LOS DISCOS DEL VERANO

Al parecer, la crítica es el acto por el que la subjetividad se hace pasar por objetividad. Adornando el argumento y aportando algún dato o hecho comprobable, se intenta transmitir lo que no deja de ser la idea, el criterio de una persona, como algo parecido a un axioma científico. Pues bien, este no va a ser el caso. Desde su publicación, a principios de junio, “Torches” (Sony) se convirtió en una de las reproducciones frecuentes de mi iPod. Es más, “Pump Up Kicks” desbancó a la que sin duda parecía iba a ser mi canción personal del verano, “Ice Cream” de Battles. Cada visita, cada persona que me ha preguntado, ha sido obligada a escucharla, junto a “Helena Beat” o “Waste”. Son ese tipo de cosas que no sabes muy bien cómo funcionan pero un disco, que puede no ser nada del otro mundo, te engancha y cada vez que piensas qué escuchar acabas en el mismo punto. En ese caso el punto es un trabajo de sensibilidad electrónica y vocal a partes iguales. Dentro de una línea menos hippie que MGMT y más pop que Midnight Juggernauts, “Torches” discurre entre sonidos para un baile tontorrón o una escucha activa. Según Cubbie Fink, bajista de Foster The People “el disco resume nuestro sonido e influencias. Tenemos un gusto ecléctico y creo que eso se nota”. Sin embargo, la sensación es que el continuo falsete, las voces múltiples y los ritmos machacones labran un trabajo que peca justamente de cierta linealidad. Pero eso da igual, el disco contiene dos “temazos” y eso puede asegurarle un espacio en la memoria, al menos en la mía. Aunque ellos rechazan las comparaciones, el mismo Mark Foster asegura que el próximo año dirán que son las nuevas bandas las que suenan como ellos, en ocasiones he pensado si “Torches” no habría sido un segundo trabajo de MGMT más apropiado de lo que fue “Congratulations”. 
Quizá su pretensión fuera mucho mayor, no en vano la propia “Pump Up Kicks” habla de un chaval armado a punto de organizar una masacre en su escuela. Pero tampoco está mal, si al final lo que consigues es que alguien se quede con tus canciones grabadas en el cerebro.