FUEGO

EL DIRECTOR LUIS MARÍAS LLEVA A JOSÉ CORONADO A VENGARSE DE ETA

Era cuestión de tiempo que dejáramos atrás un poco el tema de la Guerra Civil, para ahondar un poco más en algo más actual como ETA. Si hemos sido testigo de la avalancha de películas que se han hecho eco de cualquier nimia escena de aquella guerra que nuestros antepasados sufrieron, ahora ‘descansamos’ un poco, para volvernos a liar la manta a la cabeza y sacar punta de otra de las épocas más oscuras de España. A Tiro en la Cabeza de Jaime Rosales, Clandestinos de Eloy de la Iglesia, El Lobo de Miguel Courtois, Días Contados de Imanol Uribe y un par de títulos más, se les suma ahora Fuego, la cinta con la que el director Luis Marías regresa al género thriller con José Coronado como Carlos, ex oficial de policía al que un atentado en su domicilio mató a su mujer y dejó a su hija Alba (Aida Folch) sin piernas. Más de una década después, sigue obsesionado con el accidente y sus deseos de venganza son cada vez más latentes. Una historia así, de primeras nos podría parecer muy manida o carente de interés alguno, pero la manera en que Marías no solo presenta a los personajes sino los giros que va dando a lo largo de su metraje, te hacen involucrarte como testigo de primera en la trama. Fuego nos hace reflexionar moralmente sobre este tema que nos ha azotado hasta hace poco. Una historia de venganza desgarrada, de pena obsesiva que lleva a un hombre a vengar aquel acto terrorista que destrozó su vida y que en su interior sigue caliente como fuego que no deja de avivar la llama del odio. Una película que parte de una trama sencilla y simple, pero que sobrecoge y nos da perfecta cuenta de lo que significa una buena dirección de actores. Observamos cómo hasta qué punto el ser humano es incapaz de olvidar el dolor, pese al paso de los años, y como Carlos sigue atado a esa ira que le hace ir urdiendo el plan que le salve de sus pesadillas. Sabemos que no es la mejor de las actitudes, pero según avanza la cinta, vamos empatizando con él y entendemos aquello que le mueve para actuar así. En el camino descubrimos papeles como los de Aida Folch, Jaime Adalid, Leyre Berrocal o Gorka Zufiaurre que completan el relato con personajes bien escritos y bien situados en una trama que en ningún caso te deja impávido, pero sí con ganas de que el fuego se calme con otras herramientas. José Coronado vuelve a ejercer ese papel de hombre ley que parece le ha gustado en los últimos años, pero no defrauda en una historia guionizada con atino y una fotografía que nos deja entrever lo bonito, verde y tranquilo que es el País Vasco, pese a la cruenta historia que enmarca. Una película a la altura de las circunstancias, a la altura de una trama que en la actualidad sigue presente en la cabeza de muchos españoles y que al verlo en pantalla grande, sigue haciéndonos partícipes de una triste venganza que nos quema a todos, pero que deja una ventana abierta a la esperanza.

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