John Barrita: el poder de un bocata molón

¿Conoces a alguien a quien no le guste los bocadillos? Desconfía. Ya podemos invitar a nuestra mesa a platos de otros mundos como el ramen, el poké o el omnipresente bao, que hay bocados que no admiten destierro. Posiblemente porque son perfectos. El bocata, más incluso que el gintónic, no admite sustituto. Sucedáneos, sí, pero nunca sustituto. Por eso John Barrita se consagra a un formato tan español, aunque nos lo disfrace de modernidad, fusión y aderezo viajero. Da igual, sus bocatas son bocatas que molan. John Barrita mola. Lo molón es tendencia pero no pasa de moda.

Restaurante John Barrita: el poder de un bocata molón

Imagen superior: detalle del logo en la pared de restaurante John Barrita

John Barrita: el poder de un bocata molón

Imagen superior: mesa alta de restaurante John Barrita

La idea. John Barrita viene de John, de apellidos Edward Torres, artífice de La Panotheca y suministrador de los panes artesanales que se sirven en La Tasquería de Javi Estévez. Junto con Quike Pedraz, su jefe de cocina en ese establecimiento que ha conseguido reivindicar la casquería en el siglo 21, decidieron ampliar su afición y montar un nuevo espacio que estuviera íntegramente dedicado a panes con cosas. Lo que viene siendo un bocadillo, vaya.

John Barrita: el poder de un bocata molón

Imagen superior: vista general del local de restaurante John Barrita

El local. El estudio Lavela, el mismo que dio forma a Lamian y Soy Kitchen, firma el interior de John Barrita, un pequeño local de la calle Vallehermoso que desnuda la idea de bareto castizo para lucir un look industrial y práctico, de estilo global. Mucha madera ruda, ladrillo visto, chapa y uuralita. Una barra con taburetes, algunas mesas altas y otras bajas. Resultón y abierto a la bocacalle por múltiples ventanas. Eso sí, en estos días de temperaturas imposibles se agradecería taponar el fuego exterior y tirar sólo de aire acondicionado.

John Barrita: el poder de un bocata molón

Imagen superior: bocata de calamares. Derecha: ensaladilla rusa La Paloma del restaurante John Barrita

La carta. La oferta se presenta en papel desplegable. Sin complicaciones y bajo el hashtag #Bocatasquemolan se divide la carta en varios apartados: Sobre Pan (para entendernos, tostas crujientes, aunque también se incluya un brioche), Entre Pan (bocatas más al uso, con alguna focaccia tostada, chapata, pan de aceite y pan de tomate), Barritas (panes ricos de tomate, de maíz y blanco), Varios (entrantes y acompañamientos como una versión de croqueta de ropa vieja, una lasaña de carrillera o una ensaladilla rusa La Paloma servida casi en timbal junto a los cueros típicos de Salamanca, y que lleva guisante, zanahoria, patata hecha puré, cebollino, pimiento, ventresca y mayonesa líquida) y Postres (algunos también con pan).

John Barrita: el poder de un bocata molón

Imagen superior: bocata de Rústico & Roast Beef. Derecha: hamburguesa

La chicha. Todo lo relatado está muy bien, pero hay que valorar si la visita es tan molona como la pintan. El calor sufrido dentro del local, como ya hemos advertido, se combate con tercios y cerveza de grifo. Una Alhambra congelada ayuda a perdonar el sofocón. Nos quedamos con dos bocatas: Rústico & Roast Beef (un Sobre Pan rústico con lomo bajo, mayonesa chipotle y encurtidos), fresco y sabroso a la vez; y Blanco Carrillera (una Barrita de pan blanco, carrillera guisada, mayonesa de chipotle, cilantro y cebolla encurtida), con el que hay que decidir el punto de picante. Del 1 al 5 pedimos el 4 pero presumimos que el máximo es también perfectamente tolerable. Volveremos a probar los panes con sardina ahumada, con carne de La Finca, con hamburguesa casera, con calamares, con pollo confitado, con chicharrón… Cada vez que repitamos, un nuevo bocata. Así es la vida.

John Barrita: el poder de un bocata molón

Imagen superior: Mango & Fresa y Torrija & Helado

Ojo, John Barrita no sólo no se toma el apartado postre a título de inventario, sino que da el do de pecho con una selección a la altura de un restaurante de mayor postín. No puedo enjuiciar el Budin & Chocolate (pintaza), pero sí puedo hacer la ola tras disfrutar de las otras dos opciones: Torrija & Helado (torrija de pan, ligera y caramelizada), con un helado de limón SU-BLI-ME; y Mango & Fresa (natillas de mango, fresas estofadas y helado de vainilla), para fans de los cierres más frutales. Pues sí, algo más que bocatas que molan.

John Barrita: el poder de un bocata molón

Imagen superior: Budin & Chocolate

*Fotos: John Barrita y Miguel Á. Palomo

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Restaurante John Barrita
Vallehermoso, 72, Madrid
Tel. 91 858 84 51
johnbarrita.com

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