Las tres Marías, tres hermanas suizas de ascendencia belga, tienen sus recuerdos veraniegos directamente ligados a Tarragona. Ahora, han podido hacerse con una casa, que gracias a la astuta reforma de los arquitectos barceloneses Bajet Giramé, junto con el estudio suizo Burckhardt, se convertirá en el escenario para todas las historias de sus próximos veranos.
Desde muy joven, el padre de las tres Marías veraneaba en una casita de la zona de Tarragona; misma casa en la que la abuela de las tres Marías, decidió retirarse. Hace unos años, se puso a la venta la propiedad colindante a la casa familiar. Las tres hermanas vieron la oportunidad perfecta de perpetuar la tradición que, desde niñas, las había llevado cada verano a la costa mediterránea.
La casa en cuestión fue construida en los años sesenta y tenía un tímido carácter de casa-patio. El encargo inicial que los arquitectos, Bajet Giramé y Nicolas Burckhardt, recibieron consistía en rediseñar el jardín y reformar uno de los baños. Desde las primeras visitas, los arquitectos, vieron el gran potencial de la casa. Sin más rodeos, propusieron a las tres Marías una serie de pequeñas operaciones que consiguieran potenciar este carácter casa-patio tan mediterráneo. Las tres Marías no pudieron rechazar la propuesta.
Bajet Giramé nos cuentan cómo se desarrolló el proceso: “Empezamos trabajando el jardín, lo que nos llevó a esa idea de “apertura doméstica”, negando así, la diferenciación entre interior y exterior. Trabajamos el conjunto de tal forma que creamos una concatenación de espacios de diferentes características: patios, habitaciones, porches jardines…” El resultado es un hábitat deliberadamente ambiguo entre interior y exterior. La casa se expande hasta los límites de la parcela para crear una suerte de tablero en el que cada espacio es muy diverso. Tan amplio y soleado como íntimo y umbrío; un hogar que ofrece rincones, topografías, porches y jardines, dotando de vitalidad este paisaje vacacional.
“Es curioso porque nos dejaron manga ancha en todo el proceso proyectual. Solamente nos pusieron una condición: tenían clarísimo que querían utilizar terracota como pavimento. La baldosa manual de barro nos parece un material fantástico. De hecho, lo hemos utilizado por todas partes: en suelos, paredes, bancos, peldaños. Este uso del material nos ha permitido enfatizar esa idea de paisaje continuo interior-exterior.” El resultado es la configuración de una topografía de terracota sobre la que la casa parece posarse. Los diferentes ambientes se crean de forma completamente orgánica sobre esta topografía. La baldosa de terracota es trabajada de tal manera que se adapta y demuestra su versatilidad creando todo tipo de configuraciones: pasarelas, repisas, tapizando paredes, creando diferencias y jerarquías entre espacios…
En esta casa, sin aire acondicionado, no se pasa calor. La cubierta está levantada sobre un grosor de densos tabiques conejeros y una cavidad ventilada, otorgando una gran inercia térmica. Se mejora la ventilación cruzada y se crea una protección del asoleo con la adición de celosías metálicas. Los espacios interiores se convierten así, en los más agradables en los calurosos días de verano. Respecto al jardín, se han incrementado las superficies drenantes y ajardinadas en todo el perímetro, con tal de mejorar la humedad atmosférica y sensación de confort ambiental. Todas estas decisiones demuestran que la tradición arquitectónica mediterránea esconde muchas de las soluciones para crear las condiciones ambientales perfectas en una casa de verano.
Con la compra de la casa, las tres hermanas replican, desde cero, un modelo de “casa de verano familiar” que muchas veces surge de manera espontánea, casi siempre por herencia. Por otro lado, en esta acción vemos un pragmatismo muy contemporánea del compartir. Así nos lo comenta Maria Giramé como conclusión sobre sobre sus charlas con las tres hermanas: “¿para qué voy a pagar por una casa entera, cuando la puedo compartir y disfrutarla organizando un Google calendar? Para ellas el proyecto de Montroig es una opción lúdica, económica, romántica y veraniega.”
Desde que finalizó la obra, la casa está poniendo a prueba su potencial de adaptabilidad a situaciones cambiantes. “La idea de adaptabilidad es algo en lo que insistimos bastante durante el proyecto: la casa original tenía 4 habitaciones “cerradas” con puertas y ventanas pequeñas. Espacios prácticamente condenados durante el día. Sin derribar muchas paredes y con gestos sutiles, como la posición de una puerta pivotante o de una apertura en fachada, hay dos de las habitaciones que se pueden utilizar como parte del “estar” fácilmente. La idea es que no hay “dormitorios de nadie”, sino que todas son visitantes que pasan unos días en la casa.”
Sobre Bajet Giramé
Bajet Giramé es un estudio de arquitectura que, a través de proyectos a múltiples escalas, exposiciones, investigación y docencia, tiene como objetivo explorar y ampliar la multiplicidad de la práctica espacial emergente. Imaginar realidades ambiguas entre apropiación e infraestructura, digital y vernáculo, específico y genérico, ecología y poética, inutilidad y política.
Maria Giramé y Pau Bajet fundaron su estudio en 2017, después de 4 años en Londres trabajando para David Chipperfield. Actualmente están realizando proyectos de vivienda social y equipamientos públicos para el Ayuntamiento de Barcelona, reformulando un modelo de turismo rural en el Delta del Ebro, planeamiento urbano, así como realizando distintos proyectos de rehabilitación y reforma interior.
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Las 3 Marías
Arquitectos: Bajet Giramé + Burckhardt
Ubicación: Mont-roig del Camp, Tarragona
Fotografía: José Hevia
Material terraza: Huguet Mallorca
IG: @bajetgirame
+ www.bajetgirame.com
