UNA BONITA Y MASAJEANTE HISTORIA
Después de nueve años en pareja su vida era previsible, en definitiva aburrida. La sexual también. Casi ni se tocaban, casi ni se besaban. Su existencia era cómoda sin grandes altibajos. Se querían, pero la rutina les estaban volviendo casi unos extraños. Ella no se resignaba a la situación, ella quería sentir, ser tocada, abrazada, besada. Si las cosas seguían así buscaría un amante y después le dejaría. Eso es lo que hacen todas, o al menos, algunas de las que ella conoce. Aunque ese no era su estilo y, por otro lado, dónde iba a conocer ella a otro hombre si trabajaba con mujeres y no salía sola. Pero un día algo cambió. Una compañera de trabajo, soltera y felizmente sin compromiso le habló de un nuevo aparato que había salido al mercado, un masajeador sensual de Philips. El nombre ya le sonó bien. Ella, curiosa, le pidió detalles y la otra no tuvo ningún reparo en dárselos. Consistía en un pequeño vibrador de textura suave, y del tamaño de la mano, para estimular diferentes partes del cuerpo, desde la espalda, pasando por la tripa, el pecho, los brazos, los muslos, allí donde se te ocurriera. La compañera aseguraba que un hormigueo placentero la recorría entera, y, cuando se sentía sola, la compensaba con creces.
Ella pensó que en pareja sería todavía mejor. Esa misma tarde lo compró. Y fue sin dilación a casa para estrenarlo. Por suerte su marido no volvía hasta dos horas después. Aunque se podía utilizar en la ducha prefirió tumbarse en la cama. Probó el estimulador sensual en todas sus variantes, cambiando el modo, la velocidad y la posición. Su cuerpo enseguida reaccionó a los estímulos. La piel erizada, exultante. La experiencia le encantó y deseó a su marido como hacía tiempo que no ocurría. Se arregló y preparó una cena romántica, con velas y mantel. El marido se mostró sorprendido al llegar a casa ya que hacía mucho tiempo que ella no se ponía así de guapa y más aún siendo martes. Cenaron de buen humor, se bebieron la botella de vino, hablando de todo. Y después del postre, ella le pidió que se desnudara y se tumbara en la cama. Desconcertado pero contento, lo hizo. Y ella sacó el maravilloso estimulador sensual. Él preguntó qué era, ella solo le dijo que cerrara los ojos y se dejara hacer.Comenzó por el cuello, la nuca, los brazos, con tranquilidad le iba masajeando todo el tórax, la cara interna de los brazos, la tripilla incipiente, él se retorcía de gusto y ella, satisfecha, empezó a ver que él se estaba animando como pensó que ocurriría. Su cuerpo se curvaba de placer . Cuando pasó al interior de los muslos, cambio el nivel de vibración, lo puso un poco más fuerte de modo que él, en pocos minutos, llegó al borde del clímax. Abrió los ojos, le arrancó el pequeño aparato de las manos, lo posó suavemente en la mesilla de noche y se abalanzó sobre ella. Lo que pasó después cualquiera se lo puede imaginar…
El nuevo Masajeador Sensual de Philips cuesta 69,69 euros y lo puedes encontrar entre otros sitios en Carrefour, el Corte Inglés, Media markt o a través de esta web.
18 de marzo de 2010 a las 16:57
No sabes tú nah, inexplicable.
18 de marzo de 2010 a las 16:41
Pues habrá que probar esta maravilla, a ver si así nos animamos la vida.
Si alguien me lo regala, claro…