MICHEL MAJERUSInstalaciones, grafitis y pinturas gigantescas. Estética neopop influenciada del cómic, la publicidad y las nuevas tecnologías. Reflexión sobre la globalización, la imagen, las marcas y la estética contemporánea. Primera retrospectiva en el CAPC de Bordeaux.
La carrera del artista luxemburgués Michel Majerus es tan corta como meteórica. Se dio a conocer en 1996 en una exposición en el Kunsthalle de Stuttgart antes de participar en la Manifesta 2 de Luxemburgo en 1998 y de ocuparse del pabellón italiano en la Bienal de Venecia de 1999. Un trabajo caracterizado por sus siempre impresionantes dimensiones, que le llevaron a decorar la fachada del pabellón en dicha bienal, y a proponer a menudo unos cuadros e instalaciones de desmesurada escala en los que el artista mezcla sin complejos múltiples referencias a la cultura digital, el cómic, la publicidad y los iconos mediáticos. Una estética del sampler, por citar el título de un mediático ensayo de Eloy Fernández Porta, que también ofrece una actualización irónica y distanciada del estilo de algunos grandes maestros como Andy Warhol o Gerhard Richter. Los trabajos de Majerus son enormes cuentos sintetizados en los que igual te puedes encontrar a un protagonista de Toy Story, una marca de zapatos conocida, una imagen de Space Invaders, un fotograma de Tron o un personaje manga. Una espectacular e impactante manera de plasmar concretamente el mundo globalizado, interconectado, descentrado, híbrido y desmaterializado en el que vivimos, lleno de raudales de información, saturación de signos equívocos y redes invisibles y neuróticas. Como si de una metaimagen general se tratase, las propuestas del artista luxemburgués, muchas veces completadas por videos y complejas reflexiones espaciales, intentan fijar un instante preciso de esa sociedad líquida de la que hablaba Zygmunt Bauman. Una especie de “Pop Reloaded”, como reza el título de la importante exposición en la que participó Majerus en el 2002 en Los Ángeles justo antes de morir. Y es que todas estas problemáticas, tan actuales y pertinentes, las llevó a cabo antes de estrellarse en noviembre del 2002 en un accidente de avión en Luxemburgo. La exposición en el CAPC de Bordeaux presenta una gigantesca rampa de skate de 43 metros dibujada por el artista que los espectadores podrán usar. Una obra con un título tristemente poético, precioso, duro y premonitorio: If you are dead… So it is. Pero sus creaciones siguen ahí.

Hasta el 23 de septiembre. CAPC de Bordeaux. Entrepôt 7, rue Ferrère. Bordeaux.

MICHEL MAJERUS

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MICHEL MAJERUSImagenes: Vistas de la reciente exposición en Hamburgo.