Monkey 47 lucha contra la extinción de primates

Triste, pero cierto es la nueva campaña de Monkey 47 para recaudar fondos que ayudarán a evitar la extinción de seis especies de primates

Monkey47, la marca ultra-premium de ginebra perteneciente a Pernod Ricard lanza “Triste, pero cierto”, la nueva campaña para recaudar fondos contra la extinción de primates. Para conseguirlo, ha lanzado seis botellas de edición especial donde sustituyen a su icónico mono Max por seis ilustraciones de los primates en peligro de extinción a los que Monkey 47 va a ayudar con esta campaña tan comprometida con la biodiversidad del planeta: El mono tití de Milton, el mono Roloway, el gorila occidental, el mono narigudo, el orangután de Borneo y el tamarino león dorado. Con la serie exclusiva de botellas “Triste, pero cierto” la marca de ginebra con más ingredientes del mundo (47 botánicos para ser exactos) nos deja claro que a pesar de estar en una situación complicada, nunca es mal momento para seguir colaborando con el mundo.

A parte de sustituir al mono Max, las botellas de edición limitada de Monkey 47 representan con la ausencia de ginebra en su interior el impacto que la deforestación y la caza furtiva tienen sobre la población mundial de primates: una realidad triste, pero cierta. Esto, es solo la punta del iceberg de  lo que realmente está ocurriendo ya que son 283 las especies de primates se encuentran en peligro de extinción.

Monkey 47 lucha contra la extinción de primates

“En la Black Forest Distillery decimos que cada botella termina vacía en algún momento. Así que pensamos, ¿por qué no venderlas de esa manera por una buena causa?” Alexander Stein, fundador de Monkey 47

Los beneficios obtenidos por las seis nuevas ediciones se donarán de manera íntegra a la ONG WWF y se podrán adquirir AQUÍ por un precio de 25€ unid.

Monkey 47 lucha contra la extinción de primates

Sobre los orígenes de Monkey 47

Británico y nacido en la India, el coronel Collins (original creador de Monkey 47) participó en la liberación de Berlín al final de la Segunda Guerra Mundial y permaneció en la ciudad un tiempo para ayudar a reconstruir el zoo. Allí apadrinó a un mono llamado Max, que se convirtió en su compañero vital. Cuando Collins decidió mudarse al sur de Alemania, no dudó en ponerle el nombre de su fiel amigo al pequeño hotel rural que fundó en la Selva Negra en los años 50: The Wild Monkey Inn.