PHOENIXEL RENACER

Nelly (Nina Hoss) es una superviviente del campo de concentración de Auschwitz donde ha pasado nueve meses. Una bala le ha destrozado la cara cuando el ejército nazi, ya derrotado, se encargó de ir dejando en su retirada más rastro del horror. Acompañada por Lene (Nina Kunzendorf), una antigua amiga suya que trabaja para la Agencia Judía, una delegación encargada de identificar a los fallecidos y devolver a los supervivientes lo que les fue robado, Nelly regresa a Berlín. Tras la operación de cirugía a la que se somete, Nelly no se reconoce y tarda un tiempo en aceptar su nuevo rostro. Obsesionada con encontrar a su marido Johnny (Ronald Zehrfeld), Nelly pasea por las calles de un Berlín arrasado por las bombas buscando alguna pista de su paradero. Lene consciente de lo que Johnny oculta, intenta impedir que Nelly continúe con sus pesquisas y le ofrece la oportunidad de empezar otra vida en el nuevo estado de Israel. Pero Nelly no se rinde y continúa con su búsqueda hasta que en el sector americano encuentra a Johnny trabajando en el club Phoenix. Johnny no la reconoce como su mujer, a quien da por muerta, aunque ve en ella cierto parecido. Y así los protagonistas inician un perverso juego de identidad y memoria para conseguir la herencia de la “difunta” mujer de Johnny. Nelly entregada al juego de roles, en un principio por amor, comienza a sospechar que la información que le ha dado Lene sobre su marido es cierta.

PHOENIX

Time is so old and love so brief
Love is pure gold and time a thief.

La canción “Speak low” (Kurt Weill & Ogden Nash) es el personaje sonoro que acompaña a la protagonista en este largometraje, una metáfora del mito del ave Phoenix (Nelly) que vuelve del más allá para renacer con todo su esplendor. Pero ¿cómo alguien, después de haber vivido el holocausto en primera persona, retoma su antigua vida como si nada hubiera pasado? ¿Cómo alguien puede resultar irreconocible para quien una vez le amó? ¿Cómo es posible que quién viste las mismas ropas, calza idénticos zapatos, escribe con la misma letra y firma de la misma manera, no sea quién intenta imitar ser? (ella misma). Y mientras uno se empeña en falsificar la identidad de su “difunta” mujer, la verdadera intenta recuperar la suya, esa que el horror desfiguró y robó. Y de eso trata esta magnífica película, de cómo se sobrevive no al horror (del que no hay ni un solo plano) sino al recuerdo y sus consecuencias, combinando con temple el más puro cine negro americano del Berlín de posguerra con una visión más introspectiva de las heridas provocadas por el holocausto. Una película que mantiene magistralmente el suspense hasta la secuencia final y con la que el director alemán, Christian Petzold, fue galardonado con el premio FIPRESCI en el pasado Festival de San Sebastián, premio otorgado por la Federación Internacional de la Prensa Cinematográfica. Todo un acierto.

“Phoenix” se estrena en cines el 5 de junio

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