Primavera Sound 2016 (1ª parte)

Triunfo de la edición más multitudinaria del festival

Primavera All Stars. Así se anunciaba desde hace meses la decimoséptima edición del festival barcelonés más internacional, en un alarde de chulería más propio de la publicidad anglosajona que de nuestros habituales complejos patrios. Aunque a decir verdad, una vez desvelado el cartel a principios de año, esa denominación NBA-style parecía adecuarse bastante al plantel de grupos que pasarían por el Fórum del 1 al 4 de junio. Y quien lo quiera discutir, que se remita al sold-out de abonos y entradas de día que se alcanzó hace ya unos meses, cumpliendo el sueño húmedo de cualquier promotor y congregando una media de 50.000 asistentes diarios, lo que sin duda marcaría el desarrollo del festival. Cifras que no hacen sino consolidar el evento frente a la opinión pública, mientras otras voces más críticas hablan de desproporción y megalomanía. Y puede que ambas sean correctas. Pero vamos con la música.

La jornada del miércoles arrancaba pronto. Demasiado pronto, incluso, y muchos no fuimos capaces de llegar a tiempo para ver a Doble Pletina presentar su reciente disco “Así es como escapó”. Una lástima, pues se trata sin duda del disco más inspirado de la banda, donde su pop sencillo (que no simple) alcanza las cotas más altas en cuanto a composición musical y lírica. Algo más de gente concentró El Último Vecino, que también se encuentran presentando nuevo álbum, “Voces”, en el circuito festivalero habitual. Con la seguridad de jugar en casa salían Gerard y los suyos para encontrarse con problemas técnicos desde el primer minuto. Un micrófono que no funcionaba era el responsable de que la voz de Gerard no se oyera, haciendo evidente su enfado. Se solucionaría al cabo de un rato, pero el mal ya estaba hecho y la incomodidad sobre el escenario era patente, impidiendo disfrutar plenamente del revival ochentero de sus canciones recientes. Al menos, tuvieron la oportunidad de resarcirse al día siguiente en otra de las actuaciones programadas en el mismo festival. La tarde seguiría con más artistas que presentan disco, en este caso Antonio Luque aka Sr. Chinarro, que llegaba con “El progreso” recién publicado en El Segell del Primavera. Todo quedaba en casa. No es el sevillano conocido precisamente por hacer de sus conciertos algo memorable, pero esta vez dejó su desgana habitual a un lado (casi toda) y tiró de sus muchos clásicos y una banda joven muy metida en su papel para hacer las delicias de fans incondicionales y casuales. A su pop costumbrista no le viene mal un buen guitarrazo de vez en cuando.

Primavera Sound 2016 (1ª parte)

Esta imagen: Sr. Chinarro / Imagen inicio: Ambiente Goat. Fotos: Dani Cantó

Caía la tarde y el escenario Primavera empezaba a congregar en su ladera a la gente que, de manera bastante evidente, estaban allí para ver a Suede, el plato fuerte de la noche. Pero antes se las tendrían que ver con Goat, uno de los intentos de hacer del festival un evento “multicultural” y abierto a todo tipo de músicas. Ritmos africanos fusionados con algo de electrónica que no muchos llegaron a entender a juzgar por la avalancha que se produjo en la zona de comidas en ese momento. “Que se dejen de historias, aquí hemos venido a ver a Brett Anderson”, decía alguien mientras esperaba su turno en la cola de un puesto de hamburguesas. Pues a las diez de la noche, puntualidad inglesa mediante, aparecía el líder de Suede con toda la banda para deleite de fans (en su mayoría ingleses) que ya abarrotaban el recinto. Comenzaba a sonar “Outsiders” y se desataba la locura colectiva, también encima del escenario, con un Brett Anderson pletórico que se movía con la misma energía de la que presumía en los 90, cuando el britpop era la moda y su reinado parecía no tener fin. Poco tardó en bajarse al foso, saludando al público entre carrera y carrera, para acabar con la camisa totalmente desgarrada cuando aún no se había alcanzado el ecuador del concierto. La intensidad se mantuvo durante todo el set en uno de los mejores arranques del festival de los últimos tiempos.

Primavera Sound 2016 (1ª parte)

Goat. Foto: Dani Cantó

La jornada del jueves se inauguraba de nuevo con sabor nacional. Esta vez eran los madrileños Autumn Comets los encargados de inaugurar el escenario Ray Ban con las canciones de su último disco, “We are here / You are not”. Un set de treinta y cinco minutos que dejó a muchos con ganas de más. Post-rock, noise y shoegaze se entremezclaban en canciones que ganaban fuerza con cada nota y que sonaban demoledoras, hipnotizando a los curiosos que comenzaban a dejarse caer por allí. Hubo dedicatoria final para Jason Molina, referente de la banda que unos años antes había tocado en esas mismas tablas. Difícil no emocionarse. Con una intensidad y potencia aún mayores aterrizaron en el escenario Heineken Algiers, aunque decepcionaron a todos los que iban buscando su inusual mezcla de soul y punk. Sí, el sonido era bueno (excelente, incluso), las ganas estaban ahí, pero las formas no eran las correctas. Quizás buscando innovar y dar algo diferente a lo esperado se perdieron en desvaríos que no les sentaban demasiado bien. Al menos la voz de Franklin James Fisher no perdió su tono y nos siguió dejando con la boca abierta.

Primavera Sound 2016 (1ª parte)

Daughter. Foto: Eric Pamies

Y de la potencia y el ruido pasamos a la delicadez con la propuesta de Daughter. Había mucho miedo a que un escenario como el Heineken, con sus monstruosas dimensiones, diluyera unas canciones tan delicadas como las del trío, pero nada más lejos de la realidad. Conscientes de dónde estaban, adaptaron las canciones lo justo para no desentonar mientras que al mismo tiempo no perdían su esencia. Sonaron temas de su nuevo disco, “Not to disappear”, que se llevaron la ovación del público, pero fueron los de su primer trabajo, “If you leave”, en especial “Youth”, los que consiguieron el coro multitudinario, situación que hizo enrojecer a una timidísima Elena Tonra que apenas se atrevió a decir unas pocas palabras al público. Por suerte su voz no falló en ningún momento mientras cantaba y nos brindaron uno de los mejores conciertos del día. De riguroso blanco salían al escenario los franceses Air. Poco que decir de un concierto que parecía la banda sonora de una terraza chill out ibicenca. No consiguieron emocionar a pesar de su correcta ejecución y de un “Cherry Blossom Girl” con el que acabaron el set.

Primavera Sound 2016 (1ª parte)

Tame Impala. Foto: Eric Pamies

Ya era noche cerrada cuando sobre el escenario H&M comenzaba uno de los conciertos más esperados del festival, el de Tame Impala. Después de la disparidad de críticas recibida por su último álbum, “Currents”, el público tenía ganas de ver como Kevin Parker y su banda defendían ese giro electrónico en directo sin perder la silueta psicodélica que conquistó al mundo entero en “Lonerism”. Tras un pequeño interludio para comenzar sonaría el single “Let it happen” y comenzaría a llover confeti de colores sobre la multitud. Dos simples gestos para meterse al numeroso público en el bolsillo. Pero darlo todo al principio tiene sus problemas, y el concierto se deshinchó un poco según iban sonando las canciones más lentos del último disco. Para solucionarlo, vuelta a los hits como “Elephant” y tema resuelto. Está claro que Parker sabe manejar los tiempos y lo que funciona en un concierto de tales dimensiones. Aunque no le salió bien del todo la jugada, ya que un corte de luz provocó un “coitus interruptus” durante “Eventually”. El público, que no sabía si estaba ante un bis o el final del concierto, se miraba desconcertado y tras diez minutos de silencio decidió ir a las barras o al baño pensando que se había acabado el show, cuando los australianos volvieron a salir para retomar la canción en el mismo punto donde la habían dejado. Caras de estupor y risas que se disiparon con “It feels like I always go backwards”, tema de cierre con más confeti, ovación cerrada y satisfacción general.

Primavera Sound 2016 (1ª parte)

LCD Soundsystem. Foto: Eric Pamies

Sin mucho tiempo para descansar tocó darse la vuelta para ver el regreso de LCD Soundsystem. Mucho se ha dicho ya del timo que ha supuesto esta vuelta de James Murphy y los suyos, tras haber vendido por activa y por pasiva discos, DVDs y merchandising de su último concierto en el Madison Square Garden. Por eso lo tenían difícil: había que ganarse a un público enfadado por tantas idas y venidas falsas. Y lo consiguieron a base de lo que mejor saben hacer, que es poner a todo el mundo a bailar en una juerga discotequera sin descanso que sonó demasiado baja para algunos. Repitieron el setlist que unos pocos afortunados habían disfrutado en martes en la sala BARTS y no falló ningún clásico. La fiesta era evidente a tenor del polvo que levantaban miles de zapatillas saltando al unísono sobre la arena del Fórum. Que todos los regresos sean así, por favor.

Y para los que aún tenían ganas de bailar, Neon Indian tenían listo su repertorio plagado de funk y disco setenteros que supieron defender de manera correcta, dándole a la gente lo que quería. O sea, bailar pero sin gastar las fuerzas que iban a hacer falta para encarar las dos jornadas siguientes.