La marca de Manchester presenta su última colección otoño/invierno 2012 frente a los restos del muro de Berlín.
A finales de los movidos 80 aparecía Bench, una marca británica que se abría hueco dentro del loco mundo de la moda de aquella época, que escuchaba a los Happy Mondays, The Stone Roses y a New Order. Sus looks inspirados por el skate y las BMX hicieron que rápidamente fueran muchos los que abrazaran sus maneras relajadas.
Desde ese momento, el streetwear se perfilaba como nueva religión y volvía a situar a Manchester (su origen) en el mapa, devolviéndole protagonismo más allá de su reputación como ciudad musical. Fiel a su espíritu dinámico y enérgico, Bench siempre ha pretendido sorprender. Prueba de ello, las localizaciones de sus desfiles, cada cual más políticamente incorrecta. Con motivo del lanzamiento de la temporada otoño/invierno 2012, viajamos al límite que separaba Berlín Oriental del Occidental: la estación de Postbahnhof. Un espacio de arquitectura bruta y formas geométricas, que fueron testigo de los 80 outfits, para él y para ella, que cruzaron sobre la pasarela.
Una colección inspirada en Nirvana, el arte urbano berlinés y el festival Melt y que transfirió a Postbahnhof denominación de origen Bench, que ya se ganaron antes otros escenarios igual de extraordinarios como la Catedral Anglicana de Liverpool y el Monasterio Gorton de Manchester.
