RASTROS DE SÁNDALO

REENCUENTRO RACIAL Y BUENROLLISTA

Los amantes de esas películas de Antena3 de sobremesa están de enhorabuena. Si pensabas que esas historias de madres que pierden a hijos, hijos que pierden a padres y son dados en adopción o familias enteras desperdigadas por el mundo y que gracias al cosmos vuelven a encontrarse, solo eran argumentos de tv movie estás muy equivocado. La barcelonesa María Ripoll se adentra con Rastros de Sándalo en una historia racial basada en el homónimo best seller de la escritora Asha Miró, que nació en la India y cuando contaba solo con 7 primaveras fue entregada en adopción a una pareja catalana. Una historia muy del gusto de esas sobremesas de las que hablaba, que no solo indaga en el pasado y esa búsqueda de los orígenes de cada uno, sino en la obsesión de la estrella de Bollywood, Mina, que hace de su última película el perfecto reclamo para encontrar a su hermana “española” y descubrirla un pasado que totalmente desconoce. Ocupada actualmente en la comedia que protagonizarán Dani Rovira, María Valverde y Clara Lago, la cineasta María Ripoll apuesta por una historia apta para todos los públicos y que sin tratar de sentar cátedra en ningún apartado cinematográfico, nos ofrece momentos entretenidos y emotivos, tras los cual poder pensar un poquito. Las actrices Aina Clotet (Sita/Paula) y Nandita Daas (Mina) encabezan una historia desgarradora desde el primer minuto, pero que va tornando en amable según pasan las escenas. Una aventura de Bollywood a Barcelona con parada en más de un momento lacrimógeno que parte de un guion escrito por Anna Soler Pont, coautora junto a Miró de la novela en que se basa la película y que emociona de la ficción a la realidad y viceversa, sin caer en elementos facilones de moqueo continuo. Estamos por tanto, no ante una película que quede ante los anales de la Historia de la Cinematografía española, pero si ante un drama con pequeños tintes de comedia que nos hace partícipes de una historia que se ha repetido desde que el hombre es hombre, en la que dos hermanas son separadas, procediendo a su reencuentro muchos años más tarde. María Ripoll con Rastros de Sándalo nos sigue demostrando cómo tras Utopía o Tu vida en 65’ es capaz de ceñirse a una puesta en escena muy correcta y a una labor argumental que la confiere desde los primeros minutos en toda una virtuosa artesana. Un mix de diferencias culturales que engancha al espectador que rasca más allá de un simple ‘callejeros viajeros’, que consigue hacer de este melodrama una historia de esperanza y amor sin barreras y sobre todo una cinta en la que Clotet y Daas dan lo mejor de sí para que este choque de culturas quede lo más realista, lo más bonito y lo más todo sin caer en un noñerismo de libro.

RASTROS DE SÁNDALO

RASTROS DE SÁNDALO

RASTROS DE SÁNDALO

RASTROS DE SÁNDALO