La cerda, lo llaman. No se ofendan, este lugar es inofensivo a no ser que uno sea vegetariano, aunque algo siempre se puede hacer al respecto. No hay barrio más vivo en Barcelona que Poble Sec y desde julio de 2016 lo goza con La Porca, un rincón amigo para brindar con vermú y cañas, un bar alegre y buenrollista que tira de platillos ricos y bocadillos en los que el cerdo es el invitado principal. Con perdón de los cerdos.
La Porca: alegría del Poble Sec en bocadillo
Desde el Paralelo hasta Monjuic, enfilando las primeras cuestas del barrio, vemos el letrero y las puertas de madera con las imágenes de la ilustradora Olga Capdevila. El rojo es el color de La Porca, un proyecto impulsado por Rubén León que, junto a su amigo el diseñador Guiye Comín, dio el salto del blog gastronómico Stomako a la realidad del contacto directo. Tras un viaje iniciático por Colombia y Perú y sin más idea que la de haber mamado la cocina de su madre, Rubén montó este pequeño restaurante que se basa más en la tradición barcelonesa de los entrepans, al estilo de La Taverna dels 11 y Entrepanes Díaz, que en algo como La Porcinería de Madrid, ya glosada en una de nuestras entradas anteriores. Con un puntazo latino reconocible, además.
El local de La Porca engaña: es más grande y vistoso de lo que aparenta. Empieza en una primera sala presidida por un luminoso que se inspira en el hocico del cerdo, logo diseñado por Carles Murillo. Varias mesas altas y bajas, taburetes y repisa, además de la generosa barra de mármol. Al fondo, patio interior y una sala más en donde poder celebrar ágapes privados.
Carta en mano, en seguida el nuevo se da cuenta que La Porca es mucho más que bocadillos. Para empezar, cerveza de barril “bien tirada y cremosa”, birras artesanas locales, limonada casera y, obvio, cultura vermutera de la mano de Morro Fi y El Bandarra. En cuanto a tapas y raciones, hay croquetas variadas, ensaladilla murciana (la marinera se completa con una rosquilla en la base y se corona con una anchoa del cantábrico), impresionante tartar de fuet, y patatas chips con salsa especial, olivas y piparras, con o sin mejillones. Casi todo servido en platos de Duralex.
Pero hemos venido a zampar bocadillos, así que nos obligamos a probar el hit de la casa: La Porca, esto es, carne de cerdo asado (“3 horas de amor a 150º”) acompañada de pesto de tomates secos, cebolla roja marinada con lima y reducción de vermú casero. Viene dentro de una crujiente torta de cristal.
Otros entrepans, todos ligeros y algunos de temporada, de La Porca:
“Bikini” de cerdo asado con queso Puigpedrós de Molí de Ger y aceite de trufa blanca. Envuelto en pan de coca.
Bocadillo de salmón marinado con eneldo fresco y semillas de mostaza, acompañado de rúcula, crema de aguacate y mostaza dulce de eneldo.
Rosbif de lomo bajo, queso St. Nectaire, cebolla caramelizada, encurtidos caseros, mayonesa Dijon. Lo aguanta un mollete de Cloudstreet Bakery.
Albóndigas de pollo con parmesano, cilantro y yogur. Bañadas en salsa de tomate ahumado casero elaborado durante casi tres. Abrazado por la coca Folgueroles, espinaca baby fresca y queso fundido.
Cordero al horno con ciruelas, ras el hanout, crema de queso casera con aliño de aceite de oliva y menta sobre rúcula fresca.
Vegetariano: Berenjena ahumada y marinada con limón y especias acompañada de cebolla roja encurtida, feta y nueces.
Postres: tiramisú de limón, gazpacho de frutas con helado de yogur o pan con chocolate, caviar de avellanas y un toque de sal maldon.
Además de su cuartel general de Poble Sec, en donde se realizan acciones como la de Vermuts Musicales, con sesiones de dj, La Porca cuenta con un food truck que se presenta en Palo Alto Market o en la última edición del mercado All Those. Fast food, finger food y slow food, todo junto. En Barcelona, la visita a este inquieto y discreto bar fuera de radar es parada obligatoria.
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La Porca
Carrer de Mata, 16, Barcelona
931 79 51 75
laporca.com
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